Es verano, el calor aprieta y la operación salida del 15 de julio hace estragos en las familias con mascotas. Aunque muchos canarios se preocupan por cuidar de sus animales incluso en el periodo vacacional, el Albergue de Bañaderos ha hecho pública la realidad que el centro está viviendo durante la última semana.

La situación, ya de por sí límite, se ha agravado este jueves con la recogida de 42 animales abandonados, que están esperando a ser adoptados y permanecen bajo su techo engrosando la cifra de mascotas en el refugio. "Desde hace ya unos años, el albergue recoge a diario entre 15 y 30 animales, y aunque hay días en los que nos vemos sobrepasados, el abandono de animales es continuo durante todo el año", explica Tito Cárdenes, auxiliar administrativo en el centro.

La labor que se realiza en el Albergue Insular de Bañaderos resulta a menudo desconocida, pero encomiable. Desde 2005, acogen a más de 4.000 animales abandonados cada año, entre perros y gatos, que recogen 19 ayuntamientos de Gran Canaria. Para algunas mascotas supone un viaje de vuelta a la vida, escapando del maltrato y desatención de sus dueños, pero para otras es una sentencia de muerte. "Por ley los animales deben permanecer 21 días en el refugio, pero intentamos mantenerlos el mayor tiempo posible hasta que sean adoptados, aunque eso depende del volumen de mascotas que tengamos", afirma Cárdenes.

La capacidad del albergue de Bañaderos es de unos 400 animales y aseguran que durante todo el año permanece al límite. Pese a que la tasa de abandono en el municipio capitalino cayó un 17,4% el pasado julio y agosto con respecto al mismo periodo en 2013, según el Área de Salud Pública del Consistorio, el equipo de este refugio dirigido por María Rosa González presencia día tras día una alarmante realidad.

Ellos nunca lo harían

En el albergue el cuidado de los animales es un objetivo prioritario. Nueve personas trabajan sin descanso para atender a los "residentes". Desde el albergue explican que a los animales tan sólo se les amarra en el momento de la llegada con cadenas -la mayoría de ellas muy gruesas y cortas-, para poder mantener a perros de gran tamaño y peligrosidad. Estas cadenas suelen ser cortas, para que no se enreden unos con otros, porque se les coloca muy juntos. Además, todos los animales, después de su "aterrizaje", pasan por una revisión veterinaria en la que también se comprueba la colocación del chip. En el recinto a los animales se les atiende sueltos en las jaulas, ordenados en función del tamaño, el sexo y la edad junto a otras mascotas, durante el tiempo que permanecen bajo su techo.

El verano es una época especialmente complicada para las protectoras de animales y los responsables del albergue animan a todos los grancanarios a practicar la adopción: "Son 70 euros, y el perro se entrega vacunado, desparasitado y con el chip en el caso de los cachorros". Además, en el caso de los adultos, la adopción incluye la esterilización de las mascotas que pertenecen a una raza identificada, "para evitar que aquellos que los adopten lo hagan por hacer negocio con los animales", resalta Cárdenes. En el resto de casos, desde el albergue se recomienda siempre la esterilización de todos los animales, y si la familia quiera realizarla en el centro, el precio es una cantidad irrisoria de 30 euros.

Las crías, tanto de perros como de gatos, suelen ser las primeras en encontrar alguien que quiera adoptarlas, pero Cárdenes asegura que las cifras de adopciones en adultos han aumentado durante los últimos años. Y la difusión es fundamental en el proceso de la adopción, por Facebook, Whatsapp o por teléfono, cualquier ciudadano puede aportar su granito de arena para buscarles un hogar.