A las 11 de la mañana, una hora antes del inicio de la misa en la iglesia de Tunte, los termómetros ya marcaban unos inquietantes 37 grados, sobre todo para los foráneos que se acercaron hasta esta villa de las medianías de San Bartolomé de Tirajana para asistir a la eucaristía y posterior procesión en honor de Santiago Apóstol. El calor volvía a presentarse un año más para calibrar la devoción de los feligreses, aunque parece que el mismo Sol tuviera que cumplir una promesa permanente con el santo porque no falta ni una sola festividad, como un feligrés más.

El pequeño casco de Tunte lucía animado, con ventorrillos donde se vendían productos típicos de la tierra o los que servían comidas y bebidas para soportar el sofoco en esa caldera en la que se convierte esta parte del pueblo cuando el calor aparece. Otro refugio eran los bares y restaurantes de toda la vida que también tenían su actividad.

No muy alejados de allí, en el interior de las casas consistoriales de Tunte, el alcalde, Marco Aurelio Pérez, la corporación sureña e invitados recorrían el edificio donde, en el patio, soldados del cuerpo de gastadores de Infantería de Marina ensayaban el saludo y el desfile que posteriormente realizarían como escoltas de la imagen de Santiago Apóstol por las calles. Los músicos también esperaban su turno, con los instrumentos al resguardo del sol y ellos refrescándose con helados y agua.

Dentro del templo, que mantuvo abiertas las puertas laterales y la principal para aliviar a los feligreses que desde más de una hora antes ya ocupaban la mayoría de los bancos para participar en la misa. Los abanicos, de todos los colores, emitían su peculiar sonido impulsados por las señoras para quitarse el calor de encima, mientras los hombres, impertérritos, sudaban la gota gorda con estoicismo. El oficio lo presidió Miguel Lantigua Barrera, párroco de San Sebastián de Agüimes y canónico de la Catedral de Las Palmas.

Jóvenes y mayores, los feligreses eran de todas las edades y se mantuvieron en sus puestos en un recinto que no daba precisamente fresco, pero como decían algunos, el santo se merece este esfuerzo y más en su festividad.

Esfuerzo que bien realiza desde hace 60 años Herminio Robaina Ascanio, un vecino de Tafira Alta, de 77 años de edad. Con su traje de canario y con un bastón, Herminio Robaina lleva desde los 17 acudiendo a los actos religiosos en honor de Santiago Apóstol en esta pequeña villa sureña. No conduce, pero eso no es problema para que se desplace cada 25 de julio a la capital del municipio de San Bartolomé de Tirajana.

Este vecino de la capital grancanaria se ha subido durante años a la guagua y luego se ha bajado o en el casco de Santa Lucía o en Ayacata para continuar su peregrinaje a pie, al golpito. Este año no ha sido una excepción y como un vecino más asistió a la eucaristía y a la procesión que durante unos 20 minutos recorrió la cuesta de la calle Reyes Católicos y el resto del pequeño núcleo urbano para retornar con el trono de la imagen del santo a la iglesia.

La misa duró casi una hora y fue a partir de la una de la tarde cuando se inició la procesión. Escoltado por el grupo de gastadores de Infantería de Marina, el trono recibió los acordes del himno nacional en su honor para luego, acompañado por los miembros de la corporación municipal e invitados -detrás de la imagen- empezar su itinerario por Tunte.

La pequeña banda Estefanía, delante de la imagen de Santiago Apóstol, entonó también los primeros acordes para acompañarla en el recorrido, al que se sumaron también los sones de la banda de música Isleña. El calor, mientras tanto, se había estabilizado en la cercanía a los 40 grados, pero sin llegar a ellos. Sin embargo, los participantes en la procesión ya parecían haber superado las altas temperaturas y caminaron por la empinada calle para cumplir con la tradición. Una tradición que se había iniciado a las cinco de la mañana con la diana floreada, a cargo de la banda Isleña y a las 10.00 con la eucaristía del peregrino en el templo. Por la noche, a las 20.00 horas, hubo una nueva misa y luego, a las diez de la noche, verbena con los grupos Tamarindos y Manolo.

Actos de fin de fiesta

Hoy será el último día de las fiestas de Santiago Apóstol, que se iniciaron el pasado 13 de julio. En esta jornada el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, presidirán la eucaristía y la confirmación en la iglesia de Tunte a partir de las 12.30 horas.

Una hora más tarde tiene previsto celebrarse la fiesta de día, donde los asistentes tendrán que ir ataviados con prendas de color blanco y se clausurará la exposición dedicada al senderismo. Por la noche, a partir de las 20.30 horas, Jaime Marrero pondrá la nota de humor, habrá una gala de magia y música y un homenaje al cantante, ya fallecido, Manolo Escobar.