El drago de Las Meleguinas, en San Brígida, uno de los más antiguos del mundo con 490 años, queda en manos de los científicos de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria para su estudio, tras desplomarse el miércoles.

El Drago de las Meleguinas, con sus 27 periodos florales, era uno de los más antiguos de Canarias, según el experto del Jardín Canario Rafael Almeida. Estaba situado en el margen derecho del barranco de Santa Brígida, casi en su confluencia con el barranco de Alonso, creciendo sobre escorias y lavas basaníticas. Se encaramaba sobre piedra volcánica y picón, esa era una de sus peculiaridades, ya que no se asentaba sobre la tierra.

Como ya publicó ayer este periódico, el ejemplar situado en los jardines de Las Grutas de Artiles, en La Angostura, cayó a mediodía del miércoles, tras años de deterioro. Los expertos lo achacan al cambio en las condiciones del suelo en el que se encontraba.

Estaba integrado en los jardines del restaurante Las Grutas de Artiles. "Su porte era poco llamativo, presentando un tronco largo y delgado con una copa ascendente bastante rala formada por cuatro ramas primarias y ramificaciones de orden inferior muy tortuosas que derivan en 45 rosetas foliares. Su porte desgarbado, idéntico al de los dragos silvestres que crecen en riscos, se debe probablemente a que vegeta en la ladera de un montículo rocoso con ausencia prácticamente de suelo. Pero lo que llama la atención de este ejemplar es el número de periodos florales, 27 en total, lo que no deja de ser sorprendente si se considera por ejemplo que en los dragos de Icod y de San Juan en Tacoronte (Tenerife), hemos contado un máximo de 23. Se trata por lo tanto de uno de los dragos más viejos que conocemos, al que se le deduce una edad de más de 400 años si se asigna un promedio de 15 años a cada periodo floral, aunque teniendo en cuenta el sustrato donde enraíza podría ser incluso más viejo, al medrar en unas condiciones en las que el crecimiento se ralentiza considerablemente", señalaba Almeida en un libro publicado por el Cabildo de Gran Canaria en 2003.

El drago es uno de los árboles más descritos por los naturalistas de los siglos XVIII y XIX. "El primer estudio botánico digno de mención realizado sobre el drago en las islas Canarias se debe al joven naturalista Sabino Berthelot (1794-1880)", recordó el cronista de Santa Brígida, Pedro Socorro.