La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ofrece cada año formación durante nueve meses a 15 jóvenes en la escuela de cocina que tiene en Carrizal, Ingenio. El proyecto persigue facilitar la inserción laboral de los beneficiarios, que proceden en su mayoría de países no comunitarios como Senegal, Marruecos, Venezuela, Colombia o Perú.

Los chicos de esta edición, cuyas clases acaban el próximo 13 de noviembre, tendrán que enfrentarse en un concurso de recetas de elaboración propia a siete jueces gastronómicos que valorarán sus conocimientos adquiridos durante los últimos nueve meses. En esta ocasión, la competición tiene como temática principal la cocina canaria.

CEAR ha conseguido desarrollar esta iniciativa gracias a fondos propios y financiados en un 85% por el Servicio Canario de Empleo del Gobierno de Canarias y el Fondo Social Europeo. En cada edición consigue insertar en el mercado laborar al 85% de sus alumnos. Sin embargo, pese al éxito, la labor de CEAR con este concurso de cocina puede tener los días contados. Una ley exige a quienes imparten cursos de índole social ser titulares de las instalaciones donde desarrollan la formación. No es el caso de la escuela de cocina de Carrizal, que la organización arrienda. Ahora, desde esta ONG buscan la fórmula para poder seguir desarrollando este proyecto. Entre las opciones que baraja la organización se encuentra la cesión de la titularidad de un instituto en El Tablero, aunque la tramitación con el Servicio Canario de Empleo parece que pueda demorarse. Con esta iniciativa la entidad ha conseguido incorporar al mercado laboral a más de 50 chicos de países no comunitarios.