San Mateo está dividido. Y la división ha llegado hasta el punto de que uno de los vecinos ha sido agredido por este motivo. Al menos una decena de pancartas colgadas en los balcones de viviendas colindantes constatan el malestar existente en el centro del pueblo por el horario y el volumen de los bailes dominicales en una carpa privada en la plaza, y que llevó a vecinos a denunciar al ayuntamiento por incumplimiento de la Ley de Espectáculos y la ordenanza municipal. También hay quien defiende este tipo de eventos porque sirven de reclamo y mantienen activa la economía local.

"Esto le da vida al pueblo y entretiene a mucha gente; si no, esto estaría muerto. Otros municipios están imitando a San Mateo, y la música está hasta una hora prudente". José Silva es un vecino que defiende la continuidad de los bailes dominicales.

A la conversación se suma el concejal de Fiestas, Joaquín Amador. "Yo creo que es más el ruido de la gente que la música". El edil anuncia que se va a instalar un regulador de volumen, y que el próximo año la carpa se trasladará al espacio libre que se está construyendo junto a las dos naves del mercado, para poder acometer la transformación de esta plaza en un aparcamiento con tres alturas y con capacidad para unos 400 vehículos.

Joaquín Amador recuerda que el horario de la carpa es de 11 a 15.30 horas, para que el promotor pueda cubrir gastos, pese a que los afectados piden que se limite hasta las tres. Y remarca que San Mateo es el único pueblo feriante declarado desde el siglo XIX, y que más de 200 negocios se benefician de la actividad de los domingos, tanto en lo que se refiere a las tiendas y la hostelería, como a los puestos del mercado.

Sin embargo, en la Cafetería Mestura, situada junto a la plaza, dudan de las ventajas de esta carpa al aire libre con música. Recuerdan que en su momento el Ayuntamiento ofreció a los empresarios locales regentar este negocio con unas restricciones horarias de tres horas y media, que ahora se incumplen en beneficio de la persona que lo gestiona. Ademán, señala que esa actividad ha ido ampliando su actividad, contando ya con una quincena de mesas, por lo cual dudan de que se favorezca al resto de locales. Algunos vecinos, incluso, se preguntan por qué no existió un concurso para su adjudicación, y por qué se permite fumar y beber en el lugar, cuando está pegado a un parque infantil. Y apuntan que la música ha llegado a permanecer hasta las seis, además de los sorteos.

Bentejuí Déniz asegura que la actividad de la carpa impide a muchas familias llevar a sus hijos a esta zona de ocio infantil. Y explica, como ejemplo, que la música retumba en casas como si su vecino estuviera de fiesta en muchos edificios situados en una segunda fila y con las ventanas cerradas. Un lugareño que evita dar su nombre admite que en los últimos tiempos se ha bajado el volumen, pero critica que durante mucho tiempo no hayan podido descansar por esta carpa y otras celebraciones.

Un estudio técnico del Cabildo de noviembre del año pasado constataba exceso de ruido, según la denuncia presentada en el juzgado por afectados. Una vecina ratifica que el problema son los decibelios que ofrece el chiringuito y remarca que hace meses había muchas más pancartas. Y otro residentes lamenta la ausencia de la policía local cuando cierra la carpa. Manuel Rivero apoya este tipo de actividades, ya que se celebran de día. Entiende que puede haber a quien no le guste, pero que es un atractivo para San Mateo. "Creo que es un bien para todos, y echa una manilla a muchos empresarios".