La reutilización de los lodos de las depuradoras en la agricultura mejora la calidad de los cultivos y permite reducir de forma drástica la importación de fertilizantes en Gran Canaria, que suponen actualmente un gasto de 6,9 millones de euros al año. Estos son los primeros resultados obtenidos en un experimento que han puesto en marcha el Consejo Insular de Aguas, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG), cuya segunda fase se inicia ahora con un presupuesto de 120.000 euros.

Las depuradoras de agua de la isla de Gran Canaria generan más de 6.000 toneladas métricas de lodos al mes, el equivalente a unos 70 millones de kilogramos, que hasta ahora se eliminan íntegramente en los complejos ambientales de Salto del Negro y Juan Grande, con los correspondientes gastos en transportes por carretera, las tasas de basura o la rápida colmatación de esos vertederos.

Ante esos y otros inconvenientes, desde el año 2013 se han concatenado varios proyectos para analizar la utilización de esos lodos en la agricultura y la jardinería, explicó ayer Manuel Redondo, técnico de la COAG, durante la presentación de los primeros resultados de esos experimentos. En el acto, que también conmemoró el Día Mundial del Agua, intervinieron el presidente del Cabildo, Antonio Morales; el consejero insular de Soberanía Alimentaria, Miguel Hidalgo; el rector de la ULPGC, José Regidor; y el presidente de la COAG, Rafael Hernández. También acudieron alcaldes y concejales de Agricultura de los 21 municipios.

"Desde el Cabildo se entendió que un problema se puede convertir en una solución, pues son conocidas las cualidades de los lodos de depuradoras como fertilizantes orgánicos de calidad", resaltó Manuel Redondo al detallar los resultados preliminares de los experimentos.

En primer lugar se estudiaron las características de los lodos y la fórmula para elaborar el compost, consistente en la mezcla de una parte de tierra de depuradora y tres partes de residuos vegetales triturados. Todo ese material se depositó en pilas de tamaños que variaron de 5 a 20 metros, dejando que se fermentara durante tres o cuatro meses. Tras analizar la validez del compost resultante, que por las condiciones climáticas de la Isla elimina más rápidamente los patógenos, se probó en cultivos de ciclo corto, en dos especies de lechugas y en calabacines. En todo ese proceso se controló el compost para garantizar el uso seguro en la alimentación, apuntó Redondo.

Después de analizar más de 200 muestras (de lodos, vegetales, agua, suelo, compost, cultivos) con unos 60 parámetros (físicos, químicos, biológicos, nutricionales) se llegó a cuatro conclusiones: que los lodos son válidos para el compostaje; que dan buenos rendimientos en los cultivos; que permiten un alto valor nutricional sin agotar los terrenos de plantación; y que tienen una influencia positiva en el control de enfermedades y en la retención de agua.

Con esos resultados, se han definido tres nuevas líneas de trabajo a partir de ahora. En el agua, se va a confirmar el ahorro de riego con el uso del compost de lodos y la menor contaminación por nitratos. En agricultura y ganadería, se investigará la utilización en cultivos forrajeros y se comparará con los compost de importación. Por último, en la línea medioambiental, se analizará el uso forestal para viveros y repoblaciones.

Entre los posibles beneficios para el sector agrario y ornamental, Redondo resaltó la reducción de la dependencia exterior en abonos, en los que se gastan 6,9 millones al año; el ahorro en fertilización y aguas, que suponen entre el 10% y el 25% de los costes de una explotación agrícola; el freno a la erosión de los suelos por la mayor cohesión de las partículas de tierra; y la disminución de las sequías por una mayor retención de agua.

Entre otros beneficios para la colectividad, destacó la disminución del 20% del transporte de lodos, lo que supone un ahorro de 168.000 euros, así como una reducción de la dependencia exterior y la valorización de la agricultura local.

El presidente Antonio Morales sostuvo que los primeros resultados del estudio del Cabildo "demuestran que el rendimiento y el valor nutricional de las producciones de tierras abonadas con compost de lodos de depuradora son excelentes", por lo que anunció una inversión de 120.000 euros para la segunda fase de la investigación. Al respecto, recalcó que "se evita el derroche de un recurso con gran potencial para su reutilización en el campo, por su gran riqueza en fósforo, nitrógeno y potasio.

"Este despilfarro evidencia la debilidad del actual modelo de gestión que acarrea costes económicos importantes para los agricultores grancanarios, que destinan anualmente casi siete millones de euros a adquirir fertilizantes importados, por lo que la demanda potencial sería enorme", concluye el estudio.

Fertilizantes

Los agricultores grancanarios destinan esos 6,9 millones de euros, apuntó el presidente de la COAG, Rafael Hernández, en adquirir 11 toneladas de fertilizantes del exterior de la isla. Ese abono viene empaquetado en 500.000 envases, que también hay que gestionar después como basura.

Miguel Hidalgo, consejero del Sector Primario y Soberanía Alimentaria, recordó que "este proyecto se enmarca en la prioridad del Cabildo de hacer de Gran Canaria una ecoísla a través de la protección del territorio y el tratamiento limpio de los residuos, así como del uso de energías renovables en el tratamiento del agua y la potenciación del mundo rural por cuanto mantiene viva la identidad de la Isla".

Esta investigación en I+D+i es pionera en Canarias por su enfoque, ya que abarca cada una de las fases del proceso, desde la identificación de los materiales hasta la evaluación de los efectos en alimentos, cultivos y suelos abonados con fertilizantes generados a partir de los lodos, recalcó.