"Los juegos tradicionales de inteligencia son un recurso formidable a nivel pedagógico para trabajar todas las competencias y las asignaturas. Se trata de pedagogía lúdica y práctica. Los chicos aprenden divirtiéndose. Encima estamos matando cuatro pájaros de una pedrada porque son juegos que, además de divertir y enseñar, están enriqueciendo a los chicos en su cultura y en su identidad", señala José Manuel Espinel Cejas.

Espinel Cejas cree que es un mecanismo formidable como recurso para prevención de conductas de riesgo. "Los chicos que tienen problemas de conducta o a nivel psíquico se pueden corregir de esta manera. Lo que antes llamábamos chicos con jiribilla y ahora se llama trastorno de conducta hiperactiva o algo así, se quedan relajados con estos juegos". Hay un caso de unos chicos que fueron expulsados del colegio "por cafres", acusados de intentos de violación y trapicheos con drogas. "Los tuve durante dos semanas y al final parecían niñas de las Dominicas. El proyecto lo hizo Flor Alonso Betancor, la directora insular de Educación en Lanzarote, con lo que yo le había contado de mis experiencias con golfos. Yo estuve once años en un centro de menores y con gente de la cárcel. Chicos que no se habían reinsertado en el sistema educativo por absentismo escolar y medidas judiciales; luego se sienten importante, se solidarizan con los chicos discapacitados y al final se reinsertan".

"Yo no estoy inventando la pólvora. A esto se jugaba hace miles de años. Lo jugaban los romanos, los antiguos egipcios y era un recurso lúdico. El ajedrez es un juego que amuebla la cabeza, ayuda a concentrarse, a crear hábitos de reflexión y análisis que los niños hoy en día no tienen. Cuando juegan lo hacen como actos reflejos frente a una maquinita que tiene delante, ni siquiera se socializan con otros chicos", añade.

Considera que con los juegos tradicionales nos retrotraemos en el tiempo, empezamos a relacionarnos con otras personas, "tenemos que ser coactivos, coeducadores, solidarios con los otros, no machacarlos ni humillarlos. Esto no es el fútbol ni hay goles. Aquí el juego consiste en relacionarnos pacíficamente y ver en qué hemos fallado. Yo a los chicos les enseño todos esos valores y alucinan".Estos juegos tradicionales sirven para todo tipo de disciplina educativa, tanto ciencias como letras.