El Cabildo de Gran Canaria está llevando a cabo una delicada intervención en la Iglesia de San Juan Bautista de Arucas, con la finalidad de reducir el riesgo de la caída de sus elementos ornamentales a la vía pública. Con ayuda de grandes grúas y otros medios de elevación, media docena de operarios revisarán en una primera fase que tendrá lugar durante el presente mes de agosto unas 1.700 piezas y elementos decorativos de la fachada norte del monumental templo aruquense de estilo neogótico, considerado como una de las mayores joyas arquitectónicas de tipología religiosa de cuantos se construyeron en Canarias durante el pasado siglo.

Bajo la dirección del arquitecto Carlos Castellano Bello, esta actuación acometida por el Cabildo a través del Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico que dirige Carlos Ruiz, permitirá retirar del frontis principal aquellos elementos decorativos exteriores de cantería que pudieran presentar riesgo de desprendimiento como remates, corchetes y florones, en gabletes, pináculos y cresterías, que se encuentran visiblemente deteriorados o bien presenten un evidente riesgo de desprendimiento debido a la oxidación progresiva que han sufrido las varillas de hierro dulce utilizadas en su anclaje a la estructura del edificio en la primera fase de construcción del templo entre 1909 y 1917.

La actuación, que fue adjudicada a la empresa Matías García García, en la que el Cabildo invertirá unos 53.000 euros, se lleva a cabo fundamentalmente en las dos torres de su fachada norte, que tienen 43 metros de altura y presiden la Plaza de San Juan, así como en las tres cresterías de piedra labrada bajo los imponentes rosetones de las fachadas de la iglesia. En las otras fachadas (sur, este y oeste) sólo se revisarán en esta primera fase de intervención los pináculos, así como otros ornamentos de diversa naturaleza, según informó ayer el Cabildo en una nota.

Las piezas ornamentales de cantería que están siendo retiradas se clasificarán y documentarán para, en una segunda fase, proceder a su rehabilitación y posterior reincorporación a las zonas de donde han sido desalojadas. La calidad de la piedra empleada en dichos elementos decorativos por los canteros de Arucas no ha podido evitar que, con el paso del tiempo, la penetración de la humedad y del agua que, al contacto con el hierro dulce, ha venido provocando la reacción química que ocasiona la dilatación de este metal que llega a alcanzar hasta doce veces su primitivo tamaño. Los trabajos se están llevando a cabo con personal especializado en trabajos verticales y con grúas articuladas.