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Los últimos de El Hornillo Alto

Basilio García e Isabel Sánchez son de los últimos vecinos en abandonar el barrio tras ser expropiada su vivienda para culiminar la IV fase de la circunvalación

Los últimos de El Hornillo Alto

La pareja formada por Basilio García e Isabel Sánchez son de los últimos vecinos en abandonar El Hornillo Alto, tras ser expropiada su vivienda por el Gobierno canario debido al enlace que se ha hecho desde este barrio de Arucas, contemplado en la cuarta fase de la circunvalación. "Nos han dejado quedar y no nos han dado prisas pues desde 2011 nos avisaron, pero estamos pendientes de terminar la casa que nos hemos hecho en Las Chorreras para mudarnos" comentó este vecino a las puertas de su vivienda, momentos después de que técnicos de la obra se acercaran a preguntar si sabía como se podían poner en contacto con el propietario de otra casa contigua, en la que ya no vive nadie, y según corrobaron no tiene ni agua ni luz.

Junto al propietario de una carpintería de aluminio, que se limitó a decir que en breve abandonara el barrio, mientras rebuscaba entre algunas herramientas y enseres, esta pareja es de los pocos residentes que quedaban ayer en el pequeño pago de El Hornillo Alto donde han residido 22 familias.

La nueva carretera les ha dejado arrinconados, y separados de sus convecinos de El Hornillo Bajo. Explicaba Basilio García que cuando adquirió la vivienda, que ahora tiene que dejar, el Ayuntamiento de Arucas si que le comentó que "a largo plazo pasaría por allí una carretera pero nunca pensó que tuviera que tener que dejarla". Al preguntarle si no le ha parecido insoportable todo el ruido que ha debido generar la construcción de este enlace, señaló que "no le ha molestado nada de la obra". Incluso mostró el grosor de los muros de la vivienda para explicar como en el interior han podido estado casi aislados respecto a lo que sucedía unos metros más allá con las máquinas excavadoras. Aún a sabiendas que tiene el tiempo contado para seguir en esta morada, reiteraba lo bien que ha vidido en este tiempo, algo que en lo que también coincidía su mujer, Isabel Sánchez. "Esto es muy tranquilo" señalaba, mientras mostraba como a su alrededor ya no vive nadie.

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