El cronista oficial de la villa satauteña, Pedro Socorro, invitó a proteger el rico y variado patrimonio artístico y etnográfico del municipio durante la presentación del libro La parroquia de Santa Brígida en la historia (1500-2016), del que es coautor junto a Pedro Quintana Andrés.

Socorro recordó a los personajes y acontecimientos que han incidido en la historia de este templo, sus bienes y su variado patrimonio artístico, mobiliario y de culto, lamentando la pérdida de una gran obra que fue realizada con el esfuerzo de los vecinos y aquellos emigrantes retornados que hicieron fortuna. Fruto de esas donaciones fue el artesonado y demás piezas que desaparecieron tras las llamas del incendio y que quedaba recogido en un inventario que se había elaborado en fechas muy recientes antes de que las llamas dieran cuenta de aquellos bienes.

Por su parte, el historiador Pedro Quintana se refirió en su intervención a los orígenes y desarrollo del pueblo y sus actividades sociales y económicas, recordando que en el suelo de la actual parroquia se encuentran enterrados numerosos individuos que a lo largo de los siglos quisieron ser sepultados en suelo sagrado.

El libro es fruto de las investigaciones de Pedro Quintana, doctor en Historia Moderna por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y profesor de Enseñanza Secundaria, y el cronista Pedro Socorro, ambos vecinos de la villa.

Ermita y azucarero

El libro cuenta con aproximadamente 550 páginas, más de 150 fotografías e ilustraciones. Entre otros capítulos, se relatan la creación de la antigua ermita en una esquina del ingenio azucarero de Sataute y su evolución histórica y económica; la construcción de la segunda iglesia, de tres naves, en el siglo XVII, y la edificación de su torre campanario un siglo después; el episodio del incendio de la iglesia, en 1897, dedicándose la última parte del libro al patrimonio actual de la parroquia.

El acto de presentación, incluido en el programa de las fiestas patronales de la villa, atrajo a numerosas personas, que pudieron conocer los avatares de una de las primeras parroquias de la isla, donde un incendio fortuito arrasó el artesonado y varias de las imágenes y joyas que durante siglos acumuló el templo.