Poco más de cuatro kilómetros lineales separa el triángulo que forman la calle Pino Vega en San Fernando, el barranco de El Veril y la avenida de los Menceyes en Playa del Inglés. En estos tres sitios se han sucedido sendos crímenes dentro de la zona turística del sur de Gran Canaria en menos de dos meses, en los que está siendo un verano negro para los agentes de la Policía Nacional, que aún tratan de resolver dos de ellos.

Anastasia F., de 37 años y nacionalidad ucraniana, residía en San Bartolomé de Tirajana desde hacía años. Tenía una hija de siete años fruto de una relación con un ciudadano alemán. Durante los últimos meses había rehecho su vida sentimental con un chico de origen italiano. Sin embargo, su vida fue segada la tarde del 24 de junio cuando fue encontrada en la bañera de su vivienda, situada en la calle Pino Vega, con evidentes signos de haber sido golpeada y estrangulada.

Los investigadores relacionaron en un primer momento a su exmarido en el caso, lo detuvieron y después fue liberado al no tener suficientes pruebas para relacionarlo con lo ocurrido. Días después fue arrestado un amigo de Anastasia de nacionalidad austriaca, que tras estar más de tres días en los calabozos de la Comisaría de Maspalomas pasó a disposición judicial, donde el magistrado decidió ponerlo en libertad con cargos. Por ahora el crimen sigue sin resolverse y las pesquisas continúan bajo secreto de sumario.

El segundo de los sobresaltos se produjo el lunes 13 de julio cuando un indigente gallego yacía muerto en el antiguo canódromo de Maspalomas, situado en el barranco de El Veril. En esta ocasión, la Policía Nacional, en colaboración con el agente rumano que pasa la época estival de patrulla por el sur de la Isla, logró identificar al autor del homicidio, un hombre de nacionalidad rumana, identificado con las iniciales S. T. y de 51 años de edad, que golpeó en repetidas ocasiones al fallecido con una pata de cabra, una cizalla y un destornillador hasta acabar con su vida. Asimismo, otros dos hombres, de 44 y 47 años, fueron arrestados como encubridores, según informó la Jefatura Superior de Policía de Canarias.

El juez envió a prisión por un delito de homicidio a S. P., quien horas después reconoció ser el autor de los hechos. Sobre las causas por lo que lo hizo, todo apunta a que la víctima había mantenido una relación sentimental con la expareja del apresado.

El último suceso ocurrió el pasado lunes cuando se produjo un macabro hallazgo. Un hombre halló en un congelador situado en su trastero el cuerpo de un hombre que, supuestamente, llevaba dos años desaparecido, aunque los agentes aún trabajan por identificarlo ya que el cadáver se encuentra congelado. La principal hipótesis con la que trabaja la Policía Nacional es que fue la expareja del descubridor y de la persona hallada el lunes, quién falleció hace un mes, el presunto autor del crimen y quien se encargó de guardar los restos en el arcón, que hasta antes de ayer permanecía cerrado con llave, según las fuentes.

Todo sucedió en un complejo de bungalós de la avenida de los Menceyes de Playa del Inglés, situado a casi dos kilómetros de la calle Pino de Vega y poco más de uno del barranco del Veril, cerrando así el triángulo que ha pintado de negro el verano en la principal área turística de Gran Canaria.