¿Qué se va a encontrar el público grancanario este jueves?
Va a ver mi chirigota de tantos años y a comprobar el éxito que hemos tenido en 2016, que ha sido el más grande de nuestra historia. Nos verán acompañando a Juan en su gira mundial con Si me pongo pesao me lo dices.
¿Quién es Juan?
Juan es un personaje, la víctima del 'pesao', alguien inherente a él. El 'pesao' lleva siempre al lado a su víctima, el hombre que sufre toda la carga humana de su amigo.
¿Y qué le cuenta este 'pesao' a Juan?
De todo. En Canarias también hay 'pesaos', como en Andalucía, como en todos los sitios. Están ahí, yo tenía algunos que me daban la vara mucho pero no me fijaba en ellos como personajes para mi chirigota hasta que uno me iluminó y le dediqué una chirigota completa. Es reconocible por todos los estatus, las razas y los credos.
¿Qué sería de las chirigotas del Selu sin ironía?
En el carnaval de Cádiz prácticamente todo es ironía. Hay agrupaciones que tienen su estilo con unas letras más directas, más críticas. A mí me gusta jugar con ella en todo momento, creo que con la ironía duelen más los ataques.
Pensando en el follón político de la investidura, ¿qué se le podría cantar a los políticos?
Hay letras que por desgracia no pasan de moda. Se ve en el espectáculo: hay algunas que prevalecen, tanto en la de este año como en el recorrido que vamos a hacer por nuestras chirigotas anteriores. Hay temas que siguen prevaleciendo, porque la corrupción no pasa, los escamoteos políticos no pasan y la situación social está igual que siempre. Son letras intemporales.
¿Han recibido toques por parte del poder porque ustedes les hayan cantado algo?
Yo hablaba mucho con Carmen Romero, la ex mujer de Felipe González, porque le dedicaba letras a su marido y otras a ella. Me consta que a Aznar le han llegado a través de Teófila Martínez. Los presidentes pasan, pero las chirigotas prevalecen. Lo tienen que tolerar, además saben que nosotros tenemos mucha incidencia en la gente, en la calle, y saben que luego esto va a calar en la opinión pública. Al final van a tener en sus oídos lo que la gente de la calle piensa.
Como el huevo y la gallina: ¿qué fue antes, el carnaval o la chirigota?
La chirigota es carnaval. El carnaval tiene muchas formas de pronunciarse y la chirigota es una más. En Cádiz nos basamos mucho en los repertorios y en la interpretación de un personaje y yo respiro a través de él: todo lo que piensa el personaje, cómo lo diría y qué lenguaje utilizaría. El Carnaval y la chirigota aquí en Cádiz es lo mismo.
¿Cuánto tiempo invierten hasta llegar al gran teatro Falla para el concurso?
En nuestro caso ya hemos empezado a ensayar lo del año que viene. La gente lleva casi un mes ensayando, estamos más o menos desde septiembre hasta que llega el concurso y hasta que luego salimos a la calle. Se nos junta un carnaval con otro.
¿Cómo es el proceso creativo?
El tipo, el disfraz y el personaje es lo primero que se elige y se trabaja en función de él. Yo tengo una forma de construir un poco diferente a los demás. En mi caso, lo suscribo todo al personaje y voy construyendo todo a la vez: música, interpretación y letra. En mi caso la particularidad es que yo me tengo que meter en el personaje para hacer mi repertorio. Me tengo que abstraer mucho, meterme en el personaje, tenerlo muy claro y a raíz de ahí voy escribiendo. Cada uno tiene su forma y la mía es esa.
¿Conoce el trabajo de las murgas?
No lo conozco todo lo que debería pero sí, sé que respiramos el mismo aire de carnaval.
¿Qué puntos de unión encuentra con las chirigotas?
A pesar de todas las diferencias en cuanto a vestuario o puesta en escena, creo que el fondo es lo mismo, porque es una crítica social con música.
