La carretera de El Risco (Agaete) a La Aldea vuelve a estar cortada de forma indefinida. Una avalancha de 300 metros cúbicos de rocas tumbó en la mañana de ayer una malla de seguridad con forma de visera, tras un corrimiento de tierra a unos 40 metros de altura, llevándose consigo también 60 metros lineales de vallas de la vía. El alcalde, Tomás Pérez, abogó por abandonar definitivamente este tramo, y esperar a la inauguración de la nueva autovía con sus túneles, prevista en el último anuncio del Gobierno de Canarias para diciembre, ante la inevitable inseguridad que presenta este tramo, así como el tiempo y dinero que costaría ahora su puesta en servicio.

Los aldeanos volverán a tener que recurrir al Sur y al interior para salir y entrar del municipio. Un nuevo corrimiento de tierra y piedras acaecido sobre las siete de la mañana ha vuelto a dejar incomunicado por el Norte a los vecinos, que se han venido acostumbrando inevitablemente a este tipo de contratiempos.

En esta ocasión, el desprendimientos tuvo lugar en el punto kilométrico 20,4, a la altura de el Andén Verde, y a apenas unos 200 metros del acaecido hace un año. Ni siquiera el sistema de seguridad preventivo pudo hacer frente a esta masa en movimiento de enormes toscas, que se llevó por delante la estructura metálica.

La Consejería de Obras Públicas del Cabildo anunció ayer su intención de acometer ahora "una obra emergencia con el fin de restaurar la normalidad lo antes posible". La actuación, añade, "se realizará conforme a criterios técnicos que permitan resolver la situación lo antes posible, pero manteniendo la operatividad técnica y la homologación de la estructura mallada".

Sin embargo, el alcalde de La Aldea se mostró más pesimista sobre el futuro de esta vía. A su juicio, existen pocas garantías de que una vez acabada esa posible intervención se pueda evitar otro incidente de las mismas características en cualquier otro punto de la vieja carretera. Tomás Pérez recalca que este desprendimiento tuvo lugar cerca del anterior, y que el lugar contaba con una malla de seguridad, que no pudo hacer frente a las toneladas de rocas que se le vinieron encima. Además, señala que su posible reposición también generaría un riesgo para los trabajadores, y un elevado coste económico, además de que no avala por completo la seguridad de los automovilistas.

Por este motivo, Tomás Pérez entiende que lo más viable en estas circunstancias, ahora que se inicia el invierno y que es posible que se registren más caídas de rocas por las lluvias, es abandonar la vía definitivamente, ya que en cualquier caso se hará en poco tiempo cuando se ponga en servicio la autovía ahora en obras. "No existen la seguridad, aunque se arregle, de que no se va a producir algo parecido en algún otro punto, porque estamos desafiando a la naturaleza", según el regidor.

El Gobierno de Canarias había mantenido, tras sucesivos retrasos en sus previsiones, que la nueva autovía estaría en servicio antes de final de año, si bien la conexión final hasta la playa tardaría algunos meses más.

Tomás Pérez confía en que el Ejecutivo regional pueda poner más empeño en estas próximas semanas para rematar esa obra, teniendo en cuenta las circunstancias actuales. Y, a su vez, ya piensa en sacar a concurso la segunda fase entre El Risco y Agaete el próximo año, para acabar definitivamente con un añejo problema de los aldeanos.

De forma paralela, el Ayuntamiento ha solicitado a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias que la gestión sanitaria se traslade al hospital de Meloneras, como en crisis similares anteriores, para evitar que los pacientes de su municipio tengan que ser atendidos en el ambulatorio de especialidades de Gáldar y el Hospital Dr. Negrín.

El Ayuntamiento informó ayer que el director general de Obras Públicas del Cabildo de Gran Canaria, José Francisco Duque; la concejala de Obras del Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás, Naira Navarro; y técnicos de Carreteras y de la empresa que instaló las mallas, Lopesan, visitaron la zona del desprendimiento en el Andén Verde, "para analizar las causas y recabar datos con los que establecer los plazos de intervención y reapertura de la vía".

Los expertos concluyeron que "este nuevo desprendimiento se produjo por un deslizamiento de la ladera provocado por los importantes índices de humedad de esta zona, expuesta a bajas y altas temperaturas en un espacio corto de tiempo, lo que provoca un importante proceso de erosión de la montaña. Concluyen también que las mallas respondieron y que de no existir, el daño hubiera sido mucho mayor".

La constructora "se ha comprometido a informar cuanto antes de los plazos de reparación de la vía y las posibles fechas de reapertura, con malla y sin malla".