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Adiós a un expresidente insular Vivencias en Telde

El chico alto que de niño jugaba al boliche y quiso ser alcalde de Telde

José Macías nació en el barrio de San Gregorio, tuvo su primer destino profesional en San Juan, donde su carácter amable y servicial atrajo al pueblo y le catapultó a una carrera política de siete décadas

José Macías, bailando con María Australia Navarro, durante un descanso de la campaña electoral.

Más conocido por su labor como diputado y senador, José Macías Santana también dejó su huella en Telde, su municipio natal, en el que había nacido el 6 de julio de 1925 en el barrio de San gregorio. Concejal y alcalde accidental en dos ocasiones, una por la marcha a Fuerteventura del entonces regidor, Manuel Amador, que le introdujo en la política, y otra con la de Agustín Florido, su figura es recordada en la ciudad como la del hombre del consenso, del talante abierto y dialogante y, sobre todo, el de un gran servidor de la cosa pública. Su personalidad cercana, además, le convirtió en uno de los representantes públicos más apreciados por la ciudadanía.

El Ayuntamiento de Telde, que le nombró Hijo Predilecto y cuenta con su retrato en el salón de plenos, ha decretado un día de luto oficial y la colocación de la bandera a media asta. El Casino La Unión, donde era socio honorario, también mostró su pésame con la colocación de un crespón negro en su bandera. Varios partidos políticos han mostrado su pesar por el óbito del político teldense a su familia y formación y han destacado su faceta de servidor público.

Su etapa en el Ayuntamiento de Telde se remonta al tardofranquismo, donde fue concejal primero y durante dos ocasiones, alcalde accidental. Un recorrido no demasiado amplio por la institución local, pero no por eso, según recuerdan quienes lo conocieron, dejó de trabajar por Telde y por Gran Canaria, sus dos pasiones políticas.

Una muestra de su carácter integrador fue cuando Manuel Amador, entonces alcalde, le propuso entrar en política. Él, funcionario en la Seguridad Social, de la que llegó a ser subdirector provincial, le dio un sí condicionado a que en la corporación municipal entrara una mujer. Y así fue, Ana Rosa Fleitas se convirtió en la década de los 60 del siglo pasado en la primera concejala del Ayuntamiento.

Político inmerso en el espíritu del consenso que hiciera famoso el también fallecido Adolfo Suárez en los Pactos de la Moncloa, José Macías solo dejaba de lucir su bonhomía y gesto cercano cuando veía cómo la política se convertía en una riña, en una gresca y no en el debate educado de las ideas. De hecho, no se le conocía enemigos o rivales exacerbados, sino todo lo contrario, aunque tampoco hay que olvidar su incontestable tirón popular. El reflejo de este aspecto se ve en su elección seis veces como senador, aunque también figura en su historial las actas de diputado nacional y regional, aparte de la presidencia del Cabildo de Gran Canaria dos veces. La primera, muy corta, de dos meses, de febrero a abril de 1979 y la segunda durante el mandato de 1995-99. En esta última, incrementó su ya afamada trayectoria de visitante empedernido de los municipios y de asistente a todo acto social al que le diera tiempo llegar.

No tuvo palabras más altas que otras con sus rivales políticos, de los que llegaba a decir que nunca se había enemistado con ninguno en su amplia trayectoria pública. En Telde, José Macías intentó ya con la Democracia convertirse en alcalde, el único cargo electo que le faltó conseguir en las urnas. Fue en el mandato 1983-87, cuando en la coalición AP-PDP logró un resultado histórico, con ocho concejales, pero que no fueron suficientes para evitar que Francisco Santiago repitiera en la Alcaldía.

Sin embargo, su retrato, al igual que de otros hijos predilectos de la ciudad, está presente en todas las sesiones plenarias y actos oficiales en el salón donde los representantes elegidos por los ciudadanos debaten sobre la ciudad.

Aquel niño alto y rubianco, que le gustaba de pequeño jugar al boliche y a piola e ir a ver sus tíos en La Fraternidad para recibir su bendición y alguna que otra peseta para gastar, también tuvo a Telde como su primer destino profesional.

Fue en la Caja Nacional de Previsión, al lado del ambulatorio de San Juan y muy cerca del Ayuntamiento. Allí atendía en una de las ventanillas a los ciudadanos, donde se granjeó su fama como persona buena y servicial, preocupado por atender a quienes se acercaban para informarse.

Francisco Artiles, exconcejal y amigo de Macías, al que define como un hermano, recordaba ayer cómo "logró que mucha gente pudiera cotizar en la Seguridad Social preocupándose de que tuvieran toda la documentación, rastreando en los expedientes para que trabajadores que no conocían bien sus derechos, pudieran tener pensión".

Pero no solo se puede hablar de José Macías como político, sería dejar incompleta su biografía. Todavía se recuerda su compromiso social con su participación en la fundación de la Cruz Roja en Telde y su actividad en pro de las personas que necesitaban su ayuda. Raro es en Telde quien no veía en Macías la persona a la que dirigirse directamente para explicarle su situación, de la que el político tomaba nota e intentaba solucionarla.

La edad no fue impedimento para continuar con este compromiso social, ya que en los últimos años estaba inmerso en su labor en la Fundación Alejandro Da Silva de lucha contra la leucemia.

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