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Setenta años de servicio público

Macías fue un político atípico, más preocupado por los pequeños problemas de la gente que por los grandes proyectos

José Macías alcanzó los puestos más relevantes de la política grancanaria sin un verbo brillante ni grandes logros en la gestión pública. Lo suyo era la cercanía a la gente, el lenguaje sencillo y las acciones concretas, aunque para ello tuviera que desdoblarse y acudir a varios lugares a la vez. "Nunca decía que no y nunca supimos como se las arreglaba pero estar en tantos sitios, pero siempre llegaba a tiempo; jamás he visto a nadie con tanta vitalidad", rememoró ayer Felipe Afonso el Jaber, actual portavoz del PP en el Cabildo de Gran Canaria.

A los 20 años, al poco tiempo de acabada la Guerra Civil, ya trabajaba en la administración pública del franquismo, donde fue ascendiendo hasta llegar a subdirector provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social en la provincia de Las Palmas, lo que a su vez le permitió entrar en instituciones como el Ayuntamiento de Telde y el Cabildo de Gran Canaria.

Durante dos meses, del 20 de febrero al 20 de abril de 1979, fue presidente interino del Cabildo, el último antes de las elecciones democráticas. Aunque probablemente hubiese hecho carrera en cualquier organización política, en vez de enrolarse en la UCD, como la mayoría de los dirigentes isleños que procedían de los instituciones franquistas, Macías optó por ingresar en la Alianza Popular de Manuel Fraga.

Dieciséis años después, ya con el aval de las urnas, se convirtió en el vigésimoquinto presidente del Cabildo y tuvo el mandato más pacífico que se recuerda, pues dejó que sus vicepresidentes Juan Andrés Melián (PP) y Carmelo Ramírez (CC) llevaran la gestión de la Casa Palacio y él se dedicó a la pequeña política, a estar entre la gente con la humildad de un ciudadano más. Ahí aumentó su leyenda de persona cercana, servicial y amable. Y no era marketing político, como ahora.

Disposición

Como viajaba semanalmente a Madrid para acudir a los plenos del Senado, muchas veces iba cargado de paquetes o encargos para los grancanarios que vivían en la capital. En más de una ocasión se trasladó al centro de parapléjicos de Toledo para entregar regalos a los internos porque sus familiares no podían pagarse el pasaje.

Si se encontraba a unos periodistas en el aeropuerto de Gando y no tenían coche para volver a la capital, "don José" no tenía problemas en alojarlos en los cómodos asientos traseros del coche oficial y sentarse él en el sitio del copiloto.

Esa cordialidad en el trato, también con sus socios o adversarios políticos, le permitió gobernar en el Cabildo sin mayores sobresaltos, primero como número dos de Pedro Lezcano, otro político atípico, y luego como presidente.

Macías huyó de las luchas internas de la derecha canaria, primero en AP y luego en el PP, y sobrevivió a todos las rupturas , pues siempre tuvo la habilidad de alinearse con el ganador. Superó los sucesivos cismas que acabaron con los liderazgos de Felipe Baeza, Ángel Isidro Guimerá, José Sintes, José Miguel Bravo de Laguna, Ignacio González, Antonio Luis Medina o María Bernarda Barrios.

No pertenecía a ninguna de las familias del PP porque él formaba su propia facción y tenía un elemento infalible para convencer a los demás: los votos. Hasta su retirada en el año 2011, nadie cuestionó que ocupara los primeros puestos de las planchas electorales.

Pese a su tirón en las urnas y las simpatías que despertaba entre la militancia, prefirió la lealtad a las siglas y no ofreció batalla cuando la dirección del partido le impidió repetir como candidato a la Presidencia del Cabildo en 1999. Fue sustituido por María Eugenia Márquez buscado una mayoría absoluta que no llegó. Cuatro años después, Márquez sufrió las mismas circunstancias y se retiró.

Protagonismo

Aunque revalidó su escaño en el Senado en los años 2004 y 2008, su poder en el PP fue disminuyendo en el nuevo siglo y en alguna ocasión se le oyó quejarse del poco protagonismo que le daban en las campañas electorales. Se le alejaba de los focos y de los micrófonos porque su carácter y su desparpajo a la hora de abordar algún problema social podría contradecir el argumentario oficial.

Esas cualidades fueron resaltadas ayer por sus compañeros del PP y también por sus adversarios políticos. El presidente del Gobierno español , Mariano Rajoy, expresó su pésame por el fallecimiento del exsenador del PP con una emotivas palabras: "Mi sentido pésame a la familia, amigos y compañeros de Pepe Macías, histórico político y hombre cercano que dedicó su vida a las Canarias".

"Tuve la ocasión de estar con él hace muy poco y, la verdad, como siempre, afable, siempre cercano y dispuesto a colaborar", recordó el actual presidente del Cabildo, Antonio Morales, quien apuntó que "José Macías quedará en la memoria de los hombres y mujeres de esta Isla como alguien muy cercano, muy dispuesto a estar siempre allí donde se le demanda para solucionar los problemas de la gente". Las banderas oficiales ondearán a media asta hasta el mañana miércoles en todos los edificios del Cabildo.

Macías, que en 2010 recibió la Encomienda de la Orden al Mérito Civil por su dilatada labor pública, recordó al retirarse que había cotizado durante 55. Y no de dejó de trabajar hasta sus últimas fuerzas.

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