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San Bartolomé de Tirajana

El Cabildo busca por segunda vez una constructora para la obra del Faro

La corporación saca a concurso el proyecto por 700.000 euros más que cuando lo contrató en 2014

La obra de mejora del Faro de Maspalomas se vuelve a ofertar tres años después de que fuera adjudicada a la constructora San José, que dejó los trabajos sin concluir tras la aparición de termitas en las vigas de los techos de este icono de Gran Canaria. Unos 300.000 euros pagó el Cabildo de Gran Canaria por unos trabajos de saneamiento, y el derribo de unos tabiques para preparar un cuarto para colocar las instalaciones de aire acondicionado, si bien La adecuación de este monumento como centro etnográfico, y la edificación de una tienda de artesanía, y un punto de información turística se encargó por un 1.030.000 euros. Ahora, el mismo proyecto se va sacar a concurso el próximo mes por 1,7 millones de euros, es decir por 70.000 euros más que en diciembre de 2014.

Según explicó la consejera de Industria y Comercio de la corporación insular, Minerva Alonso, este incremento en el coste se debe a que se ha incluido un tratamiento preventivo de la toda la madera para hacer frente a la plaga de termitas, el reforzamiento con acero de las vigas, y también la instalación de un ascensor, intervenciones que no se tuvieron en cuenta en el anterior proyecto.

Las discrepancias entre la constructora San José y los técnicos del Cabildo raíz de que se detectaran las termitas, cuestión que obligaba a modificar la actuación, tuvo como desenlace la rescisión del contrato a esta empresa. Es por ello, que en los presupuestos de la corporación de 2017 se han previsto 1,3 millones para sacar adelante la adecuación del Faro, y se espera que el resto se pueda cubrir con partidas del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan), aunque a la vez el gobierno de Antonio Morales baraja la posibilidad de tener que disponer de esta cantidad.

Con todo, la consejera comentó que en esta ocasión se ha aprendido de los "errores del anterior mandato"- que lideró el PP-, y se ha encargado a un equipo multidisciplinar de arquitectos y de ingenieros que coordine toda la actuación, y además, en el pliego de condiciones también se ha intentado no repetir los mismos fallos.

Alonso aseguró que todo el proyecto nuevo está redactado, y solo queda pendiente que los técnicos le den el visto bueno para que la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía (Fedac), que tiene la concesión de este inmueble que le otorgó la Autoridad Portuaria de Las Palmas pueda sacar a concurso la obra de este monumento histórico.

Además, insistió en que la obra se ha más orientado a las necesidades actuales, y por ello, se ha incluido mobiliario y equipamientos más modernos, así como elementos multimedia traducidos a varios idiomas, adaptados a las etapas educativas de los menores, así como a las personas con discapacidad , para responder también a las demandas de todos visitantes que llegan de todo el mundo y que quieren conocer nuestra historia.

Aunque fue el 3 de diciembre de 2014 cuando se adjudicó la transformación del Faro en un museo, en realidad fue el 8 de abril de 2015 cuando se firma el acta de replanteo y se inician las obras. La oferta de la constructora San José fue la más ventajosa en coste y tiempo, pero finalmente, el problema de las termitas no sólo ha sido una amenaza para las vigas, sino que ha provocado que este Bien de Interés Cultural permanezca cerrado. La constructora , en su afán por hacerse con la obra, incluso rebajó los tiempos, y se comprometió a acabar todo en solo cuatro meses. Finalmente, concluyó el ejercicio y empresa y Cabildo continuaban enfrascados en la discusión por culpa de unos insectos.

Ese mismo año 2015, justo cuando se cumplían los 125 años de la construcción del Faro, el que fuera consejero del PP, Juan Domínguez, anunció que el proyecto museístico que estaba siendo objeto de una ampliación por parte de la Fedac, con la colaboración del Cabildo de Gran Canaria, con el fin de subrayar la importancia de este icono de Maspalomas estaría terminado a finales de ese periodo. Por su parte, la actual consejera, Minerva Alonso, explicaba que ha sido "un año muy complicado" en el que ta tenido que negociar con la constructora para que asumiera el problema de las termitas, y aunque se intentó en todo momento que la empresa concluyera el proyecto, finalmente hubo que hacer un modificado y sacar otra vez a concurso la misma actuación.

Después de estos años, el Faro que se ubica en la zona más preciada del Sur de Gran Canaria ofrece el mismo estado de abandono, mientras que a un lado, en dirección hacia Meloneras, se explota en otra parte de este inmueble un negocio de cafetería, que también tuvo que librar una complicada batalla para obtener la concesión de la Autoridad Portuaria.

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