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Entrevista

"No voy a dimitir porque los votantes de Podemos quieren el pacto de progreso"

"El pacto del Cabildo se le atragantó a una parte de Podemos y ha querido romperlo desde el principio", reconoce María Nebot Cabrera

María Nebot, el pasado jueves en la Consejería de Igualdad. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Por qué ha optado por saltarse la disciplina de Podemos y continuar en el gobierno del Cabildo?

Quiero aclarar que yo no me saltado ninguna disciplina, porque a día de hoy la dirección de Podemos no me ha dicho lo que tengo que hacer, ni me ha pedido que entregue el acta. Tampoco me comunicó en su momento la ruptura del pacto ni me convocó a la reunión con el resto de los consejeros. Lo que yo he hecho es continuar con lo que venía haciendo. Yo entré aquí por un programa de gobierno, para apoyar un proyecto que fue fruto de un pacto entre tres fuerzas políticas y continúo en la misma fuerza política en la que entré, apoyando al mismo gobierno y al mismo programa. Creo que quien ha actuado indebidamente es la dirección de Podemos, en lo que se refiere a mí y a la ruptura de un pacto de progreso que merece la pena mantener porque es el más progresista que ha tenido Gran Canaria en la etapa democrática.

La dirección de Podemos ya ha anunciado que le abrirá un expediente para expulsarla del partido, ¿dimitirá entonces, como hizo Juan Manuel Brito?

No voy a dimitir porque no tengo por qué hacerlo. Legalmente estoy avalada para continuar en el gobierno. Hay un informe del secretario del Cabildo, que se dio a conocer cuando se expulsó al compañero Juan Manuel Brito y que además está respaldado por los secretarios de los demás cabildos, que dice que en esa situación podría permanecer en el gobierno como No Adscrita. Pero es que no tengo razones para dimitir. Si hubiera argumentos que me condujeran a ello, yo lo haría. Tienen que ser razones de peso, como que no se ha respetado el pacto, o que el gobierno ha cambiado de actitud, o que se han traicionado los principios que apuntalaron el acuerdo entre NC, el PSOE y Podemos. No ha ocurrido nada de eso ni es previsible que ocurra, porque estamos en un gobierno sólido, que ha puesto en marcha las únicas medidas que cuestionan la política neoliberal de CC y del presidente Fernando Clavijo. Es un gobierno progresista por el que merece la pena luchar y me da pena y rabia que Podemos no lo valore así.

Podemos ha dicho que llegará hasta los tribunales para impedir que ustedes dos estén en el gobierno. ¿Está usted también dispuesta a luchar en los juzgados por permanecer en el cargo?

Esa situación no la he valorado porque todavía, insisto, no me ha llegado ninguna comunicación de Podemos. Si me llega la valoraré en su momento, pero no quiero que esta situación se entremezcle con mi labor diaria. Ese conflicto interno ha contribuido a distraerme y a desgastarme. Quiero centrarme en mi trabajo, que es lo importante, y lo que merece la pena. Que Podemos haga lo que tenga que hacer, cuando me vayan llegando las cosas las valoraré. No quiero ni pensar en ello, porque ahora estoy centrada en los actos del Día Internacional de la Mujer, que son muy importantes para esta consejería.

¿Y no teme que sea tachada de tránsfuga durante los dos años que restan de mandato?

Yo espero que la ciudadanía lo entienda y hasta ahora me consta que es así. Tránsfuga es aquella persona que se cambia de lugar por propios intereses, para apoyar a otro gobierno o se va a las siglas de otros partidos. Yo permanezco donde estaba desde el principio. La gente que nos ha votado no solo lo entiende, sino que me muestra su apoyo, incluso cargos públicos de Podemos que me dicen que no me vaya y lamentan lo que está ocurriendo. Sé que sobre mí va a estar esa espada de Damocles, pero ya estoy acostumbrada a vivir con el peso que ha puesto la dirección regional de Podemos sobre mi espalda desde el mismo momento en el que entramos en el gobierno del Cabildo. Ha habido un ninguneo y un desprecio continuo. Más que esa cúpula de Podemos me preocupan las personas que nos votaron y la ciudadanía. Y creo que han entendido bien que el proceder de la cúpula de Podemos no es ni positivo ni correcto para los intereses generales del pueblo canario.

¿Le ha sorprendido que Miguel Ángel Rodríguez siga sus pasos y acepte entrar en el gobierno, con lo cual se convierte también en tránsfuga?

No me sorprende que haya personas que entiendan, igual que yo, que es un deber permanecer, incluso por coherencia moral con uno mismo. Los pormenores de sus razones las debe dar él. Pero no me sorprende porque pienso que cualquier otra persona que estuviera en nuestro lugar haría lo mismo. Miguel Ángel Rodríguez es coherente.

¿Han estado cómodos en el gobierno de Antonio Morales?

Sí, desde el primer momento. Siempre ha sido un gobierno amable, acogedor, donde impera el diálogo. No ha habido hasta ahora ningún problema para discutir y resolver las diferencias de matices entre los tres partidos. Y eso me genera confianza para seguir.

Entonces, ¿por qué cree usted que se ha roto el pacto?

Creo que las razones vienen de lejos. Una parte de Podemos nunca digirió este pacto, se les quedó atragantado y, siguiendo con esa metáfora, lo ha acabado vomitando. Creo que ha estado buscado el momento preciso para hacerlo. La ruptura fue premeditada porque la dirección de Podemos nunca tuvo intención de negociar nada. Si hay interés, un pacto significa que hay cosas que hablar con los otros socios, pero la dirección de Podemos ha venido a imponer. Y lo más lamentable, ha intentado arrinconar y obligar al presidente del Cabildo a resolver una vendetta interna. A que haga de juez sancionador de un castigo que me querían dar a mí. Aquí no hay ni una sola razón política para romper el pacto de progreso. Podemos nunca podrá decir que se ha incumplido el programa o que sus representantes han hecho una mala gestión. Eso es lo que habría que discutir, si merece la pena continuar con esa gestión positiva, pero de eso no se ha hablado, sino que se ha querido imponer una reorganización ajena a la lógica del Cabildo.

Esta crisis ha coincidido con el Día Internacional de la Mujer y, precisamente, el mayor protagonismo ha recaído en las mujeres de Podemos, como Meri Pita, Conchi Moreno, Conchi Monzón, Ylenia Pulido y usted misma. Se dice que las mujeres tienen otra sensibilidad política, pero a la hora de resolver las disputas parece que no hay mucha diferencia con los hombres.

Yo opino que ser mujer no implica ser diferente. Implica que social y culturalmente se nos trata de forma diferente. Por ser mujer no tenemos que actuar de forma distinta a la de los hombres. Que se ponga rostro de mujer a la política no garantiza que sea actúe a favor de los derechos e intereses de las mujeres, y en la historia hay ejemplos más que sobrados. Podemos tiene mujeres, sí, pero a veces son mujeres que actúan con patrones muy masculinizados en sus procederes autoritarios y en la concepción vertical de la política. Y si digo muy masculinizados es porque si algo hemos aportado las mujeres a la política, me refiere a las que venimos de los movimientos sociales y del feminismo, es un estilo y un proceder de hacer las cosas. Sabemos que en las jerarquías y en la verticalidad no es fácil que seamos escuchadas. Por eso pedimos una democracia horizontal, donde impere el diálogo y no el monólogo. Ese es lo que representaba Podemos al comienzo y de ahí su éxito electoral.

Hasta ahora le ha criticado más su compañero Miguel Montero que los grupos de la oposición, ¿estamos ante una escalada de descalificaciones en lo que resta de mandato?

Espero que no, al menos por mi parte. Espero que imperen la racionalidad, el sentido común y la honestidad. Espero que el señor Montero sea honesto y acepte este pacto, en el que él se ve fuera porque ha decidido seguir esas directrices de Podemos. Él, o el que esté de portavoz de Podemos, lo va a tener difícil en la oposición si pretende criticar a un gobierno progresista en el que ha participado y con el que se ha acordado el programa para los cuatro años, pero confío en que no recurra a las descalificaciones personales porque no sería bueno para la izquierda progresista, salvo que solo busque titulares en la prensa.

Tras este lapsus, ¿qué proyectos tiene para los dos años que quedan de mandato?

En Igualdad tenemos actuaciones que necesitan de ese tiempo para ser culminados. Tenemos en marcha una red ciudadana de apoyo a las personas que están sufriendo la violencia machista. Estamos creando el Observatorio de la Igualdad, en el que estarán representados todos los sectores sociales, desde mundo empresarial hasta el académico, para que nos ayude a calibrar los niveles de desigualdad que hay en Gran Canaria y a ponerle remedio. También trabajamos en la red de servicios de vivienda para mejorar las condiciones de acogida a las mujeres y menores que son víctimas de la violencia machista.

Si se puede comparar, ¿en qué situación está la Isla en relación a la violencia machista?

Respecto al resto del Estado, en todo el Archipiélago canario estamos más castigados por el paro, lo que tiene consecuencias después en la violencia de género.

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