La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Epígrafe territorial

Una ingeniera de Maspalomas diseña el trayecto de la nave 'Cassini' en la NASA

Tatiana Vaquero trabaja en la misión que logró sumergirse esta semana entre Saturno y sus anillos

Tatiana Mar Vaquero Escribano con una réplica en miniatura de la nave Cassini, que se sumergió el pasado miércoles entre Saturno y sus anillos. LA PROVINCIA/DLP

Tatiana Mar Vaquero creció en el seno de una familia humilde en el Patronato Francisco Franco de San Fernando de Maspalomas. A los 10 años le dijo a sus padres que de mayor quería ser astronauta. Los fines de semana observa en Pasito Blanco las perseidas de la mano de Antón Fernández, su mentor en la Isla, y soñaba con explorar el espacio. Ahora, con 32 años, es ingeniera aeroespacial de la Nasa en Los Ángeles y forma parte del equipo de la sonda Cassini, que el pasado miércoles logró sumergirse entre Saturno y sus enigmáticos anillos.

Los entresijos del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de Maspalomas siempre despertaron curiosidad en Tatiana. El mundo aún por descubrir que se abre en la inmensidad del espacio la mantenía en vilo desde muy pequeñita. En una ocasión intentó visitar incluso las instalaciones de la estación espacial en el Sur, pero para aquel entonces las medidas de seguridad y la burocracia del enclave no permitieron satisfacer los deseos de una estudiante de Primaria.

La gran oportunidad para conocer el camino que le llevaría años después a convertirse en una de las pocas canarias que trabaja en la NASA (Estados Unidos) se le presentó a Tatiana cuando tenía 12 años. El astronauta Miguel López-Alegría, el primer ingeniero de origen español en viajar al espacio, ofreció una conferencia en el centro cultural de Maspalomas. Tras su disertación, la pequeña pudo mantener una conversación en privado con el astronauta de apenas 10 minutos. En aquel intercambio de impresiones, López-Alegría animó a su admiradora a trabajar duro para obtener un expediente académico de sobresaliente y estudiar una ingeniería en Estados Unidos.

Y, como las buenas notas nunca fueron un obstáculo para Tatiana, chica 10 en todas las asignaturas, aquel consejo terminó en convertirse en una realidad cuando acabó la Secundaria en el Colegio Arenas de San Agustín.

Su expediente académico ha sido "ejemplar"a lo largo de su vida. Terminó sus estudios en el colegio sureño con excelentes notas y gracias a una beca parcial de la entidad educativa.

Justo cuando acabó la selectividad una observadora de la Universidad de Saint Louis (Missouri) visitó el colegio de San Agustín con el propósito de fichar a aquellos estudiantes que destacaran por su excelencia. La universidad americana concedió una beca a la adolescente para que comenzara sus estudios de ingeniería aeroespacial en Madrid. Si al acabar los dos primeros cursos, su expediente reflejaba un "buen nivel de inglés" y una "adaptación" óptima al sistema educativo superior americano, EEUU le prolongaría la ayuda económica para continuar la carrera en Saint Louis. Y así fue. A sus 20 años Tatiana dio el salto a Norteamérica. Allí superó con éxito cada curso de Ingeniería. Sus notas le permitían obtener una beca, que cubría cerca de los 20.000 euros que costaba la matrícula por año.

Cuando acabó la licenciatura, continuó con un segundo grado en Física. A lo que sumó luego otros cuatro años de doctorado en la Universidad de Purdue (Indiana) al lado de la profesora Kathleen Howell, una eminencia de la investigación espacial.

Durante sus estudios de posgrado, Tatiana comenzó a publicar sus hallazgos en varias revistas científicas. El "diseño de trayectorias óptimas con el uso de órbitas resonantes" se convirtió en el tema central de su investigación.

En verano de 2013 tras haber difundido sus conocimientos en conferencias y publicaciones, la Nasa la fichó en su grupo de diseño de misión y navegación. Su labor consiste en controlar la trayectoria que sigue una nave espacial en todo momento. Una vez que el vehículo aeroespacial se encuentra en órbita alrededor de un planeta o en pleno vuelo, Tatiana debe calcular la posición en la que se encuentra, averiguar si se ha producido algún desvío de ruta y devolverlo a "la trayectoria de referencia". En palabras de la experta, su trabajo consiste en diseñar un "paquete vacacional para un grupo de turistas de varias nacionalidades". En este contexto, ella asume el papel de "guía", donde ha de negociar un gran "viaje" con los visitantes. "Quizás uno quiera sacar fotos, el otro pararse a visitar un parque nacional y el otro asistir a un partido de fútbol. Pero lo cierto es que solo hay dos tanques de combustible para todo el recorrido, por lo que habrá que llegar a un acuerdo" antes del lanzamiento de la nave, explica.

Precisamente ésa ha sido su función en la misión Cassini, en la que trabaja en estos momentos. Esta sonda, que viaja a una velocidad superior a 120.000 kilómetros por hora en el espacio, fue lanzada hace ya 20 años desde la Tierra por iniciativa de las agencias espaciales de Estados Unidos, Europa e Italia.

El miércoles pasado la nave se convirtió en la primera sonda que ha logrado introducirse entre Saturno y sus anillos. En concreto, cuenta Tatiana, el artilugio pasó de la "órbita exterior y el anillo más externo" del planeta a su anillo "más interno y la atmósfera". Durante la misión la nave no tripulada captó imágenes y otros datos del sexto planeta del sistema solar. Esta operación especial permitirá recoger información científica del planeta, una gran bola de gas, y de los satélites en los que puede existir algunas formas de vida.

Dado el poco combustible que queda en el depósito de la nave, el próximo 15 de septiembre Cassini se desintegrará en la superficie de Saturno. Así lo decidieron las autoridades en 2010 cuando observaron que la misión podría contaminar algunas lunas del planeta, como Enceladus, que reúne condiciones para albergar vida en forma de microbios.

Con el último vuelo suicida de la nave acaba la labor de Tatiana en esta misión. Sin embargo, la joven continuará con su trabajo en la Nasa vinculado a nuevos proyectos.

Además de este cometido, Tatiana ofrece conferencias en diferentes países del mundo. Alemania, Portugal y en estos próximos meses hasta en Japón. En estos encuentros de carácter científico, a los que también asiste un gran número de jóvenes promesas y futuros ingenieros, Tatiana estimula a los chicos a sacar buenas notas para estudiar en EEUU o en alguna universidad de renombre.

"Existen ayudas y, si eres buen estudiante, puedes llegar muy lejos. Todo es cuestión de marcarse una meta y trabajar duro para conseguirlo", asegura la experta que ha llegado desde su Maspalomas natal hasta Saturno de la mano de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA).

Compartir el artículo

stats