El primer día de mayo volvió a convertirse en una jornada de fiesta en Cruce de Arinaga con la celebración del día grande de las fiestas patronales en honor de San José Obrero. En un ambiente familiar que las amenazantes nubes grises no pudieron desmoronar, cientos de personas se acercaron hasta la avenida de Ansite y las calles colindantes para contemplar la procesión con las tallas del santo y de la Virgen de los Dolores, a las que lanzaban vítores sin cesar.

El santo y la virgen no estuvieron solos en su recorrido, que iniciaron pasada la una de la tarde a las puertas del templo parroquial. Además de la feligresía, la banda municipal de Agüimes y la agrupación musical y de majorettes La Salle escoltaban las imágenes marcando con gracia el ritmo de la procesión.

Antes realizar su tradicional itinerario por las calles de la localidad, las dos tallas habían tenido su primera encomienda: recibir a los animales premiados en la feria de ganado, que se llevaba celebrando durante toda la mañana en la plaza aneja al templo parroquial.

Entrega de premios

En la avenida de Ansite se encontraban el alcalde, Óscar Hernández, y todo el equipo de gobierno municipal para entregar uno a uno los reconocimientos a los ganaderos. Los animales fueron acercándose hasta las tallas de los santos en uno de los momentos más emotivos para sus propietarios, que en muchos casos reconocían que el valor simbólico de mostrar sus cabañas ante el pueblo y el santo es más importante que la recompensa pecuniaria que puedan recibir al ser galardonados.

El primero en pasar por allí fue el joven Adrián Roque, que paseaba con orgullo junto al toro Marinero, con el que su padre Fernando Roque logró alzarse con el primer premio de toro del país, y tras él llegó el resto de reconocidos. En la raza bovina del país, Juan Manuel Cazorla obtuvo el primero de vaca; Juan Francisco Acosta, el primero de novillo; Víctor Jesús Vega, el primero de novilla; y Jesús David Santana, los primeros premios de becerro y becerra.

Las autoridades municipales también entregaron los premios de la raza extranjera de ganado bovino. En este caso, la categoría de toro quedó desierta pero Gregorio Bordón sí que pudo pasear a sus vacas y novillas, que se recibieron varios premios. Abián Melián se hizo con el primero de novillo y Juan Vicente Rodríguez, con el primero de becerro y becerra.

En ganado caprino el gran triunfador fue Fidel García, que se llevó cinco de los 10 reconocimientos en liza: mejor cabra, mejor macho cabrío, segunda y tercera machorra y mejor lote. Con tanto animal, no es de extrañar que tuviera que vérselas y deseárselas cuando se acercó a recoger los premios. Junto a él, Manuel Jiménez obtuvo el primer premio a machorra. Ellos dos también triunfaron en los galardones al ganado ovino. Jiménez recibió los dos primeros premios de oveja, mientras que García se alzó con el primero y el tercero de carneros.

Los premios fueron el colofón de una intensa mañana que había arrancado poco después de que el sol despuntara, a eso de las ocho de la mañana. A esa hora comenzaron a llegar los primeros camiones transportando el ganado y poco después comenzaron a llegar los curiosos. Los más sorprendidos, como suele ocurrir en estos casos, eran los niños, que preguntaban y se acercaban a tocar a los animales con una naturalidad ya perdida por los adultos.

Por sus grandes dimensiones, las vacas y los toros eran los favoritos de los pequeños para sacarse una foto, aunque en la feria de ganado de Cruce de Arinaga hubo unos protagonistas diferentes: los tres perros que Jeremi Santana y su familia trajeron desde El Doctoral. A pesar de su imponente aspecto, Kowalski, Lisa y Tao buscaban el juego tranquilo y se dejaban acariciar por todos. No eran los únicos: también sorprendió el loro Pancho con el que el ingeniense Francisco López y su pareja, Maricarmen Fuentefría, recorrieron cada esquina de la plaza. Al animal le costaba arrancarse a decir algunas palabras, pero quizás era por fastidiar, porque como reconocía su dueño "siempre habla cuando no tiene que hacerlo, como cuando estoy durmiendo la siesta".

Tras los actos de ayer -el día terminó con un concierto del grupo Vocal 7-, Cruce de Arinaga aún se guarda un as en la manga antes de despedir sus fiestas patronales hasta el año próximo. El último tendrá lugar el viernes en el teatro Cruce de Culturas con la representación de la obra de teatro Todo por amor a cargo del colectivo sociocultural Pico Viento. La cita será a las 20.30 con entrada gratuita.