Desde el año 2012, el Servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria mantiene un contacto permanente con los ganaderos porque sus animales son unos eficientes "funcionarios públicos" y actúan como bomberos en la prevención de incendios, explicó el ingeniero forestal Didac Díaz, quien resaltó que más de 50 pastores están autorizados para llevar sus rebaños a los montes públicos y a los cauces de unos 35 barrancos. Sus ovejas, cabras, vacas y hasta burros pastorean una superficie de 6.000 hectáreas.

El abandono del uso tradicional de la caña común, especie invasora y altamente inflamable, ha llenado los cauces de extensos cañaverales. Para remediarlo, los pastores llevan su ganado a comer los brotes tiernos y con el paso continuado mantienen el cañaveral con poca altura, verde y poco propenso a arder. "Los incendios forestales se apagan en invierno y en primavera, no en verano", sostuvo Díaz en referencia a las labores de prevención. Entre esas tareas, citó las barreras verdes con repoblaciones de especies de la laurisilva, más húmedas y resistentes al fuego. También se practican quemas prescritas, que actúan como una vacuna para regenerar el bosque.