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Arucas

Sandokán: "Hay que educar para evitar tantos ahogamientos en las Islas"

La campaña 'Canarias: 1.500 Km de costa' conciencia a los jóvenes sobre los peligros acuáticos

Manuel Sosa Medina, Sandokán, que rescató a más de 200 personas en su día de las aguas bravas del norte de Gran Canaria, hizo acto de presencia ayer en la primera charla de la campaña Canarias, 1.500 Km de costa, que tuvo lugar en el IES Bañaderos-Cipriano Acosta. "Esto tenía que enseñarse desde hace mucho tiempo", comentó al respecto Sandokán, que tuvo un recibimiento por todo lo alto por los más de 200 alumnos que participaron en la charla. "Es increíble que haya salvado a tantas personas como estudiantes hay en esta sala", dijo Sebastián Quintana, el artífice de la campaña junto al Cabildo de Gran Canaria, la Concejalía de Ciudad de Mar del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias.

Fue la primera charla de muchas, así lo espera Quintana, que ya tiene en la agenda futuras visitas a centros educativos para advertir a las nuevas generaciones de los peligros acuáticos. "No solo el mar es peligroso", declaró, "también lo son las piscinas o las presas", añadió. El propio Quintana tiene su historia con el mar. Natural de Arucas, sufrió un semiahogamiento cuando tenía ocho años en El Puertillo. "Es una vivencia que ocurrió hace mucho y que recuerdo perfectamente", explicó.

Asimismo, los alumnos que participaron en la primera de las dos charlas programadas contaron sus propias historias. "Una ola hizo que el bugui me golpeara en la cabeza y casi me ahogo", recordó Gabriela Suárez, que desde que le ocurriera el suceso en la playa de Las Canteras le tiene "miedo" al mar. "Ya no cojo olas con el bugui", reconoció la chica. Su propia compañera de clase Andrea Rodríguez tuvo un incidente con el océano con apenas cuatro años. "Lo recuerdo muy bien", dijo, "fui engullida por el oleaje y pensé que iba a morir". Pasados los años aún no ha superado el trauma. "Recuerdo el shock demasiado bien, ya no me baño sola nunca más", comentó Rodríguez.

Todos los alumnos son protagonistas de alguna de estas historias. Gabriela Suárez narró lo que le ocurrió hace cuatro años en la playa de Las Canteras cuando cogía olas con el bugui de su hermano: "Una ola me revolcó y la tabla me dio en la cabeza". La chica sufrió un semiahogamiento y desde entonces le tiene "más respeto" al mar. Luz Granados también fue engullida junto a su padre por la marea revuelta en El Puertillo y tuvo que ser rescatada por un socorrista. "Las piedras produjeron montón de cortes a mi padre", comentó Granados, que también ha cogido cierto temor al mar.

Las historias no son puntuales, casi todos los alumnos habían sufrido algún percance en el agua o conocían a alguien. "Lo peligroso son las corrientes y el oleaje", explicó una de las chicas. Razón no le falta, por eso Quintana insta a educar en "sentido común" a las juventudes de los peligros acuáticos. "Meterse en el mar no es lo único peligroso", y añadió que los pescadores son un colectivo que sufre muchos accidentes. Tan solo en Gran Canaria, se produjeron 41 accidentes en el medio acuático en 2016, de los cuales 19 acabaron en tragedia. En las aguas del norte, donde se inician las charlas, perdieron la vida cuatro bañistas, un buceador y un pescador. "Muchos accidentes ocurren por pescar en zonas de acantilados", explicó Quintana, que recomendó que los pescadores de esas zonas deben avisar a terceros de dónde y cuándo van a realizar la actividad. "El uso de un casco salvaría muchos de los casos de los pescadores", comentó Quintana, que espera llevar la campaña hasta la UE.

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