Maspalomas se ha convertido en la sede central de la primera edición que Míster Gay World celebra en un país de habla hispana. Un séquito de 21 aspirantes, procedente de cinco continentes, desembarcó ayer en el hotel Tamarindos de San Agustín para hacer gala de sus dotes naturales y exportar al resto del mundo la "tolerancia" que irradia la bandera multicolor de San Bartolomé de Tirajana durante estos días con motivo de la celebración del Orgullo.

Tras recorrer los pasillos del Congreso de los Diputados en Madrid, donde se aprobó hace 12 años la ley que permite el matrimonio entre homosexuales, los candidatos a hombre gay más guapo del mundo llegan a la Isla encandilados por el sol y la libertad que se respira en Las Afortunadas.

En su novena edición, el certamen se estrena en tierras hispanas de la mano de 21 activistas de los derechos del colectivo LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales).

Para su debut en ambiente latino, el concurso cuenta con una delegación integrada por embajadores de países tan diversos como Taiwán, Sudáfrica o India y un elenco de cinco representantes de Latinoamérica y España.

El encargado de lucir la pluma nacional y coger al toro por los cuernos mañana en la gala final del concurso en Yumbo nació hace 27 años en Santa Cruz de Tenerife. Cándido Arteaga, enfermero de profesión, ostenta en la actualidad el título de Míster Gay España y aspira junto a sus compañeros de pasarela a convertirse en el activista más guapo del mundo en el colectivo LGTB.

El año pasado, durante su visita al Orgullo de Maspalomas, se presentó casi "por casualidad" al concurso y tras convencer al jurado madrileño ahora opta a la final a nivel mundial en su propia tierra.

En el backstage de Yumbo compartirá vestidor con un exiliado político de la denominada octava Isla. Alberto Rodríguez, bisnieto de un canario que emigró en tiempos de guerra a Venezuela en busca de oportunidades, también opta al título bajo la bandera tricolor que preside Nicolás Maduro y que a día de hoy oprime a los homosexuales.

Cuenta este joven médico de Caracas que tuvo que huir a la ciudad de Sao Paulo (Brasil) hace tres años debido a la persecución que ejerce el régimen político venezolano sobre los homosexuales.

A su orientación sexual se une que "desgraciadamente" en la república bolivariana la gente con empleos cualificados transita por la calle con una etiqueta en la frente en la que figura su precio de secuestro. Un día, al salir del hospital, un grupo de encapuchados se lo llevaron maniatado a una favela de Caracas. Su familia tuvo que pagar cerca de 7.000 dólares en menos de 24 horas por su liberación. Un mes después el joven tuvo que emigrar a Brasil, donde la legislación garantiza derechos a los homosexuales, y emprender una nueva vida alejado de su familia.

Ahora, que ejerce de neurólogo en Sao Paulo, vive "felizmente" casado con un brasileño y gestiona en la distancia una fundación orientada a mejorar los hábitos alimenticios de la población venezolana con escasos recursos.

"Si en mi país la gente no tiene ni para comer, resulta aún más complicado luchar por los derechos de los homosexuales. Es cuestión de prioridades. Primero intentaremos avanzar por la formación de la población y luego por conquistar la igualdad social del colectivo LGTB", aseguró Alberto junto a los organizadores del certamen y autoridades del Cabildo y Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.

La misión del nuevo Míster Gay World consiste, según destacaron los organizadores del certamen, no solo en mostrar sobre las pasarelas del mundo una bonita sonrisa sino "visibilizar" las reivindicaciones de un colectivo que en pleno siglo XXI aún debe de sortear persecuciones en algunos países.

Gran Canaria en general y Maspalomas, en particular, con más de 600.000 visitantes gays en 2016, representa un destino turístico que abraza la bandera multicolor los 365 días del año.