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Cabildo La revisión del PIO

El Plan Insular contabiliza 34 especies de flora autóctona en "peligro crítico"

El nuevo planeamiento del Cabildo fija medidas para proteger las 119 plantas amenazadas

El Plan Insular contabiliza 34 especies de flora autóctona en "peligro crítico"

El nuevo Plan Insular de Ordenación (PIO) de Gran Canaria ha contabilizado hasta 119 especies vegetales amenazadas, de las que 34 están en peligro "crítico" de extinción, entre ellas el drago endémico de la isla, la yerbamuda de Jinámar ( lotus kunkelli) y las diversas variantes de la siempreviva y la salviablanca. Las medidas de protección han llegado tarde para otras plantas autóctonas, como el tomatillo de Nava, que ya se da por desaparecido.

La revisión del PIO, que tramita actualmente el Cabildo de Gran Canaria, incluye un estudio actualizado de la flora insular y propone las medidas para su conservación. Así, cataloga las 119 plantas amenazadas en cinco grados: una está extinguida, 34 en peligro crítico, 31 en peligro, 43 en situación vulnerable y 10 en otros estados.

"La mayoría de las plantas amenazadas son endemismos insulares, lo que demuestra la elevada diversidad y gran fragilidad de los ecosistemas insulares en general y de Gran Canaria en particular y, en consecuencia, la importancia de conservación para el mantenimiento del patrimonio natural del Archipiélago", señala el nuevo documento del PIO.

Las especies en peligro crítico son el oro de risco, orejaburro, bencomia de Tirajana , cenizo, col de risco, trébol de risco de Broussonet, drago de Gran Canaria, mosquera de Tamadaba, mosquera de Tirajana, margarza de Guayedra, Jarilla de Inagua, turmero peludo, cruzadilla de naciente, escobilla de Guayadeque, crestagallo de Doramas, siempreviva lunaria, siempreviva azul o de Amagro, siempreviva de Inagua, espinocha, mata parda, yerbamuda de Jinámar, cardo de Tenteniguada, dama de Bandama, dama de Guayadeque, flor de mayo leñosa, sauco, fistulera de Gran Canaria, salviablanca de Amagro, salviablanca de Doramas o savia amarilla, salviablanca de Ayagaures, pimentero de Temisas, rejalgadera de Doramas, retama peluda y gildana de Faneque.

Amenazadas

En el listado de endemismos en peligro, el PIO contabiliza, entre otros, el gongarillo de Tenteniguada, magarza de Doramas, cardo de mar, cabezón de Güi-Güí, chaparro canario, mostaza de Guayedra, drago común, Taginaste, corazoncillo de Andén Verde, tomillón de Tamadaba, canutillo de Tamarán o hierba conejera y cerraja de Don Enrique.

El informe sobre el drago de Gran Canaria recuerda que es un endemismo exclusivo del sector suroccidental de la isla Gran Canaria y precisa que en la actualidad cuenta con unas pocas poblaciones ínfimas y muy fraccionadas en dos núcleos disgregados, uno en Arguineguín-Tauro y otro en Fataga-Vicentillos, así como algunos individuos aislados fuera de estos dos enclaves.

De los 76 dragos vivos censados, 63 son juveniles (no han florecido nunca), 12 adultos y uno senescente. También se ha comprobado la muerte de diez ejemplares, la mayoría adultos, en los últimos 25 años, mientras que no se han encontrado plantas jóvenes que se puedan asignar a dicho periodo.

La principales amenazas del drago autóctono, que han reducido y fragmentado su población, son los desprendimientos de tierra, las sequías periódicas, vendavales, lluvias torrenciales, pastoreo, ganado residual y guanil, alta vulnerabilidad a la acción de cabras y conejos en sus fases iniciales de crecimiento, daños ocasionales causados por insectos masticadores, recolección para hacer huroneras y proliferación de pistas, fincas o edificaciones próximas a sus lugares de refugio.

Entre otras medidas de protección, el PIO propone la ampliación del Monumento Natural de Tauro, pues 34 dragos se hallan fuera de ese espacio protegido, así como el control del pastoreo y la eliminación de cabras cimarronas. También se plantea la recolección de semillas para su conservación en bancos de germoplasma.

Respecto a la lotus kunkelli, otro emblema de la lucha para evitar la extinción de una especie endémica, el nuevo documento del PIO señala que la extracción de áridos, las sequías y las obras acometidas en los alrededores de la zona han puesto en peligro la única población existente. "Existen pistas que pasan por la población vegetal, asimismo ha podido verse afectada por el pisoteo, sus efectivos se encuentran amenazados por corrimientos o desprendimientos al estar ubicados en una ladera de costa y la polución del aire por las instalaciones vecinas de la planta eléctrica pueden afectar asimismo a la población", advierte.

El plan de recuperación propone limitar el acceso a las plantas, restaurar el hábitat en parcelas adyacentes, recolectar semillas y poner más vigilancia en la zona.

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