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Agüimes

Viticultores de Agüimes triunfan con el vino de la última añada

Señorío de Agüimes, en blanco y tinto, cautiva por su aroma y frescura

"Las parras están cargadas de racimos, da gusto mirarlas", resaltó Manuel Sánchez, viticultor de Agüimes, mientras mostraba ayer todo el cultivo que tiene plantado, en alto, siguiendo el sistema tradicional, o en el suelo, que se conoce como espaldera, en su finca de La Charca. Este agricultor, de 71 años, fue de los primeros en animarse, de eso hace ya quince años, a participar en el proyecto municipal de recuperar la tradición bodeguera de esta localidad del Sureste. Fue tanta la ilusión que sintió cuando le trasladaron la idea de que con sus uvas se iba a producir vino que, según confesó, respondió que se podían llevar toda la cosecha "a cambio de nada". Ayer, sin embargo, enseñaba, acompañado de su mujer, María Candelaria Artiles, que también participa en las labores agrícolas, las vides, que se distribuyen por una superficie de unos mil metros, como quien muestra un gran tesoro. De lo único que se quejaba era de lo "carísimos" que son los productos fitosanitarios porque una bolsa de un kilogramo, que "no da para casi nada, cuesta cinco euros".

Agüimes volvió a sorprender ayer por la calidad de sus vinos. Los blancos y tintos de la cosecha de 2016, que fueron descorchados en esta finca de La Charca, llamaron la atención por su aroma, sabor y sobre todo porque conservan la frescura y la autenticidad de los caldos que históricamente han emanado de estas tierras.

José Juan Martín, presidente del Comité de Catas de Vinos de Denominación Gran Canaria, destacó en la presentación de la producción del pasado año, una edición limitada, que los caldos de Agüimes reflejan las características de una elaboración cuidada y una tradición que viene de siglos atrás.

Auténticos y frescos

Del blanco destacó su color amarillo limón, el tono limpio brillante, el aroma intenso, que recuerda al moscatel y a especias, y lo definió como "sabroso, equilibrado y de acidez fresca". En cuanto al tinto, puso de relieve su color rojo rubí cereza, un aroma a frutos rojos y balsámico, en el que se palpa la hoja de higuera, y algo de mineral. "Carácter auténtico y textura" fueron, en este caso, los atributos que remarcó de esta variedad hecha con listán negro, en la que también dijo se impone la frescura al no estar maquillada la producción con la madera como sí que hacen otras bodegas de renombre.

Bajo la marca Señorío de Agüimes se produjeron el pasado año en este pago unos 1.000 litros de vino que fueron posibles por los 2.000 kilos de uvas que se recogieron en las fincas de nueve viticultores. Aunque la cosecha se vio mermada en casi una tercera parte debido a las inclemencias del tiempo, los productores brindaron ayer porque la calidad que ofrecen sus caldos recompensa el trabajo de todo un año. Las miras están puestas en la próxima cosecha que ya anuncia, a la vista de lo que muestran las parras, que se van a conseguir los 6.000 kilos, con lo que se recuperan registros anteriores.

"El pasado año por este tiempo se me salían las lágrimas. Desde que comenzaron a brotar las parras lo noté, y es que la planta se equivocó porque en pleno invierno hacía mucho calor y cuando empezó todo a brotar llegó el frío de golpe", explicó Juan Sánchez, que añadió que lo mismo les ocurrió a los olivos que también ha plantado en el mismo terreno.

El alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, destacó ayer en esta presentación que el proyecto de recuperar la producción de vinos surge en 2002 con la idea de diversificar la economía porque ya en la costa se potencian los deportes náuticos y la restauración, y quedaba por rescatar las labores del campo. Tras felicitar a los productores, les animó a seguir adelante con ese proyecto que representa una alternativa del desarrollo agrícola y también un valor añadido en la promoción del municipio.

El vino Señorío de Agüimes se ha hecho un sitio en poco tiempo entre los caldos más reconocidos de la Denominación de Origen de Gran Canaria. La empresa municipal Turismo Rural Agüimes SL comercializa toda esta producción junto a la aceitera, también con marca propia, Virgen Extra Caserío de Temisas, a través de la red de museos o directamente en los comercios del municipio. También hay una apuesta por parte de los locales de restauración por servir la cosecha local.

Por su parte, el presidente del Consejo Regulador Denominación de Origen de Gran Canaria, Luis Norberto López, señaló que al apoyar la producción de uvas no sólo se potencia la viticultura sino a toda Gran Canaria porque "se depende mucho de fuera y a todo el mundo le gusta saborear un buen vino cuando se sienta a la mesa". En cuanto a la calidad de la pasada cosecha añadió que "son una joya enológica que no tiene nada que envidiar a otros vinos".

Concluyó el presidente del Comité de Catas de Gran Canaria que con el Señorío de Agüimes se recupera la tradición de estas tierras que hace cinco siglos eran propiedad de la Iglesia, y como en todos los terrenos del mundo del clero se cosechaban "grandes vinos". Son esos suelos los que vuelven a conquistar por sus caldos, generar riqueza y lograr galardones para los agricultores de esta localidad.

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