El Cabildo de Gran Canaria ha declarado la emergencia de las obras de reparación de la carretera vieja de Mogán, tras el derrumbe que hirió a dos personas en la madrugada del pasado martes, y ha anunciado que los trabajos para reconstruir la vía y asegurar el talud empezarán a finales de la próxima semana, con una duración de dos meses y medio.

El consejero insular de Obras Públicas, Ángel Víctor Torres, ha declarado este viernes que los Servicios Jurídicos y la Intervención del Cabildo han dado luz verde a la declaración de la emergencia, un procedimiento poco habitual, y eso permite adjudicar las obras sin un concurso público previo, lo que retrasaría esas labores por más de seis meses.

No obstante, Torres ha advertido que el arreglo de la calzada no garantiza la apertura del tramo entre Taurito y el Puerto de Mogán, pues una vez concluidos los trabajos se realizará un nuevo informe sobre las condiciones en que se encuentran los acantilados por los que discurre la vía. "Esa carretera permanecerá cerrada hasta que se garantice la seguridad, al menos la misma que había antes del derrumbe", ha dicho el consejero, que ha subrayado que los riesgos de derrumbes en la red viaria de Gran Canaria se pueden minimizar, pero nunca evitar del todo.

Tras enviar en mensaje de ánimo a los dos heridos y a sus familiares, Torres ha explicado los detalles del proyecto que han elaborado los técnicos de Obras Públicas para retirar las rocas que cayeron sobre la calzada, reconstruir unos 40 metros del muro de contención, y colocar una malla metálica de seguridad, de unos 300 metros de largo y 30 metros de alto. La reparación tendrá un coste de 179.000 euros y se espera que la próxima semana ya se pueda adjudicar a una de las empresas especializadas en ese tipo de actuaciones.

Las obras durarán dos meses y medio, aunque es posible que se puedan reducir los plazos. "Cuando se retiren las rocas se conocerán mejor los daños en la calzada y en el muro, intentaremos que sea bastante menos tiempo", ha resaltado el consejero. Lo primero será garantizar la seguridad de los trabajadores encargados de despejar la carretera y colocar las mallas metálicas.

Los técnicos calculan que a la 01.50 horas del pasado martes, mientras Marta Anturi y su hijo Brian circulaban en motocicleta hacia Mogán y se habían parado a sacar un foto, les cayeron unas 150 toneladas de roca y tierra, entre 200 y 300 metros cúbicos. Solo les alcanzó una parte del derrumbe y ambos se recuperan de sus heridas en las piernas. Una parte de material quedó en la vía y el resto cayó al mar.