Los vecinos de la playa Tauro despertaron hoy con el ruido y la nube de polvo de un tractor, enviado por el grupo Anfi Tauro, para cerrar uno de los principales accesos a la cala. Los vecinos aseguran que estas obras les dejan "aislados" de la GC-500 y responden a "presiones" de la compañía para evitar que lleguen visitantes a la cala.

La playa permanece cerrada a los bañistas desde hace meses, tras la suspensión de la concesión administrativa de Demarcación de Costas a la promotora para regenerar e instalar nuevos servicios de temporada en el enclave.

A la vista de los turistas que visitan a diario la bahía de Tauro, la pala de un tractor mueve piedras y tierra para impedir que los vehículos alcancen la costa por los terrenos cercanos a donde habitan vecinos desde hace décadas. Entre el muro de piedra, que amuralla la playa, y las nuevas excavaciones, resisten los vecinos y restauradores de Tauro.

"Solo buscan aburrirnos para que nos vayamos de aquí", aseguran algunos afectados por las obras de regeneración de la playa, que permanecen paralizadas por Costas desde hace casi un año.

La afluencia de bañistas del pasado fin de semana, con motivo de la celebración de las Fiestas del Carmen de Mogán, y las previsiones de visitantes locales durante este el próximo mes de agosto constituyen las razones, según desvelan los vecinos, de estas nuevas obras en la cala.

Sin señalización y sin previo aviso, estos trabajos comenzaron a primera hora de la mañana. Los trabajos se realizan en una parcela, propiedad del grupo Anfi, y dificulta la circulación de vehículos y camiones de mercancía, que abastecen a los bares de la zona.

Tras condenar este itinerario a la costa, el único acceso de los visitantes a la cala queda considerablemente "reducido" y amenaza la libre circulación de vehículos de emergencia.

Según la compañía, estos trabajos se realizan de acuerdo a las directrices de Costas de acotar el acceso a la playa. La empresa asegura que se trata de un "espacio privado" y que, mientras se resuelva el expediente en los tribunales, deben acatar las órdenes de restricción de acceso público a la playa.

Por su parte, Rubén Reja, director de comunicación del grupo Anfi, asegura que se está cumplimentando la orden de suspensión de la obra dictaminada por Demarcación de Costas, y que siguen sus directrices de prohibir el acceso a la playa. También sostiene que se tiene acordonada la zona por seguridad y para "evitar invasiones por parte de bañistas que no se dan cuenta que la playa no está aún acondicionada para el uso". La pretensión de Anfi, asegura Reja, no es otra que abrir la playa y complementar la oferta turística de Gran Canaria con un nuevo emplazamiento de calidad en el que han invertido "muchos esfuerzos humanos y de capital".

"Anfi estaría encantado de abrir mañana mismo, pero no depende de nosotros. Lo que sí estamos haciendo es velar por la seguridad de los turistas. Hemos procedido a cerrar el acceso y así se pone fin a un aparcamiento improvisado que se había creado en una parcela, que es privada, y donde estaban estacionando cientos de vehículos en un área que ahora vuelve a estar acotada. Anfi incluso ha contratado seguridad para evitar que se pueda acceder a la zona porque todavía no está concluida la obra. Anfi recuerda que no ha tocado en absoluto el acceso al barranco que permanece abierto e intacto, ya que no tendría sentido actuar en una zona que es pública y es la entrada hacia la playa", concluye el director de comunicación del grupo.

Tras detectar la Fiscalía supuestas irregularidades en la concesión administrativa de la playa al grupo turístico para cubrir con 70.000 toneladas de arena rubia lo que hasta entonces había sido una cala de callaos, este proyecto urbanístico permanece bloqueado por la justicia. La Demarcación de Costas de Canarias ha suspendido los permisos a la promotora y estudia la fórmula para devolver el enclave a la administración.