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Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria Los nuevos espacios naturales protegidos (3)

Tauro aumenta su protección

El Cabildo propone la declaración de Parque Natural por la riqueza del cardonal-tabaibal y los pinares antiguos

El cardonal-tabaibal, en la imagen de la izquierda, es el principal emblema natural del futuro espacio protegido. Sobre estas lineas, un cernícalo busca alimento cerca de la Montaña de Tauro; Juan Ramírez Betancor, guardián de la presa de Soria; y señalizaciones de los senderos que salen desde el pueblo de Barranquillo Andrés hacia el interior del Macizo de Tauro. A la izquierda, crestas rocosas en el límite norte del parque.

Pocos grancanarios sabrían localizar con exactitud la Montaña de Tauro, pues ese topónimo y su diminutivo, Taurito, se asocian a las playas y urbanizaciones turísticas de la costa de Mogán, a más de 15 kilómetros de distancia en linea recta . Sin embargo, miles de ciudadanos han pasado a su lado de camino a las presas de la cumbre, recuerda Juan Ramírez Betancor, veterano guardián del embalse de Soria, que asegura que muy poca gente se ha atrevido a adentrarse por los escarpados riscos del Macizo, ni siquiera los vecinos de las cercanas localidades de Cercados de Espino o Barranquillo Andrés.

Con sus 1.214 metros de altitud, la Montaña de Tauro delimita por el norte, a modo de vértice, el futuro Parque Natural, que desde allí se extiende formando un triángulo con el barranco de Arguineguín, por el este, y el de Mogán, por el oeste. El límite sur llega hasta cerca de la autopista GC-1 y las localidades turísticas de Patalavaca, Puerto Rico, Amadores o Tauro, desde donde se divisan los paisajes semidesérticos del Macizo.

Dentro de ese triángulo se encuentran lugares apenas pisados por el hombre, como el Morro de Los Majanos, Pontón del Guirre, El Derriscadero, Llanos de Gamona, Lomo de Cortadores, Pinitos Dulces, Pinitos Verdes o Los Jaboneros. En el interior del parque solo existen algunas pistas de tierra, las que llevan a la Presa del Embudo y a las cuarterías de Catanga.

La propuesta de protección incluida en la última revisión del Plan Insular de Gran Canaria establece una delimitación coincidente con el espacio ya declarado como Zona de Especial Conservación (ZEC), en los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán, y justifica la declaración de Parque Natural por las especies vegetales que existen en su interior, "excelentes tabaibales dulces y tabaibales-cardonales.

Respecto a la integración con otros espacios colindantes y cercanos, y "sin perjuicio del mantenimiento de la actual categoría de Monumento Natural de Tauro", el Cabildo propone unificar los dos ámbitos en un único espacio, "cuya figura recomendada sería igualmente la de Parque Natural, así como valorar la posibilidad de incorporar en la declaración los pinares de las laderas del Barranco de Arguineguín, o su consideración como Zona Periférica de Protección.

El futuro Parque Natural tendrá una superficie de 5.600 hectáreas, de las 1.262 corresponden al Monumento Natural de Tauro, uno de los 33 espacios de Gran Canaria ya consolidados en el catálogo de la Red Natura 2000.

En el apartado geológico está definido como "una voluminosa estructura, en las cumbres de un macizo de mayores dimensiones, formada por apilamientos de coladas del primer ciclo volcánico y con una antigüedad de unos 12 millones de años", según ese listado, que precisa que la comunidad florística está constituida por dos formaciones vegetales bien definidas, cardonal-tabaibal en las zonas bajas; y restos naturales de bosque de Pinus Canariensis junto con pinares de repoblación en las zonas altas, unidas a matorrales de sustitución con jaras, orijama, incienso blanco, leña buena, tabaiba morisca, taginaste blanco y aulaga. Por encima de los 400 metros de altitud aparecen ejemplares aislados de sabina canaria, indicadora de la existencia de una zona de transición entre el cardonal-tabaibal y el pinar.

A pesar de que el espacio se protegió, entre otras razones, por la presencia del pájaro picapinos de Gran Canaria y del pinzón azul, éste último ya había desaparecido de la zona en el año 1991. En sus escarpados barrancos también se pueden observar aves como el camachuelo trompetero, el halcón tagorote, la calandria, el cernícalo canario, el gorrión moruno o la tórtola común. La presencia del murciélago montañero y del lagarto gigante de Gran Canaria son otros motivos para la protección.

Aunque en el documento del PIO no se hace referencia a los posibles valores arqueológicos o etnográficos, como sí ocurre en las propuestas para proteger los Volcanes de Rosiana y el Macizo de Amurga, en Tauro también existen yacimientos aborígenes, construcciones de piedra y marcadores astronómicos.

En el interior del macizo se practicó el pastoreo, pero ahora es casi inapreciable. Sí se mantienen los cultivos de tomates en las zonas más cercanas a la costa y de frutas y hortalizas en los márgenes de los barrancos de Arguineguín y Mogán. La presión humana solo es visible en la parte baja, por la cercanía de los complejos hoteleros, y en la carretera de Cercados de Espino, que atraviesa durante cuatro kilómetros el espacio protegido y alberga el polémico camping de El Pinillo.

La actual protección de ese espacio está condicionando el trazado de las redes hidráulicas y eléctricas de la futura central de energía de Chira-Soria. El Cabildo ha pedido a la empresa Red Eléctrica de España (REE) que proyecte bajo tierra las tuberías que elevarán el agua desalada desde Santa Águeda hasta los embalses, no por el cauce del barranco o junto a las carreteras.

Los vecinos de Barranquillo Andrés o Cercados de Espino desconocen mayormente la propuesta del Cabildo y su único temor es que incluya normativas que limiten los terrenos agrícolas o ganaderos, que de hecho ya están regulados en la zona por el Monumento Natural de Tauro. Creen también que una mayor protección atraerá a senderistas y turistas.

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