Recorrer los belenes puede la excusa perfecta para poder disfrutar en familia de un grato recorrido por las distintas localidades del Norte de la Isla. Se trata de una tradición que mantienen viva muchos artesanos, que lamentan lo complicado que resulta que sus hijos no sigan sus pasos, porque según cuentan, prefieren contemplar como montan a lo largo de meses su obra, que implicarse en esta minuciosa labor que solo dura en pie una Navidad.

Agaete

José Santana, que en enero del próximo año cumplirá 73 años, lleva realizando el tradicional portal de belén desde niño. En su casa de El Valle de Agaete ha dispuesto, primero de la huerta y después de una habitación, para instalar la representación del nacimiento de Jesús. Así durante sesenta años. Para colocar las 350 figuras componen su obra, de las cuales unas 50 están en movimiento, así como cientos de animales de ganado, entre las casas y montañas, ha estado casi dos meses trabajando. "Hay que tener un motor y mucha paciencia" comenta, cuando se le pregunta si es complicado imprimir actividad al belén. Añade, que para lograrlo debajo de la mesa hay trescientos metros de cable, y cada figura está conectada con un cuadro de electricidad.

Pero, lo que más preocupa a Pepín, como le conocen en Agaete, es que, de momento, ninguno de sus hijos hayan mostrado ningún interés por hacer el relevo. "Mis nietos me ayudan un poquito, pero nada más, aunque en sus casas montan un belén pequeñito" dice. Desde ayer se podrá visitar su montaje navideño instalado en su casa de la calle Maestro Isidoro Perdomo Díaz, y estará abierto hasta el día 6 de enero Este belén se encuentra incluido en la Ruta de Belenes de la Asociación de Belenistas, así como en la ruta que organiza cada año el Cabildo de Gran Canaria, y acercarse a contemplarlo se ha convertido ya en un reclamo turístico, que atrae a cientos de visitantes.

Moya

Pero, sin duda es Moya la cuna de los belenes. Desde el pasado domingo está expuesto en la Casa de la Cultura el trabajo de Fernando Benítez, que ha hecho de este hobby su profesión. "Los belenes viven su época dorada porque los promueven las entidades públicas, los centros comerciales, además de los particulares. Es una tradición que se ha ido rescatando" destaca. Recordó que cuando era niño no habían tantos belenes que visitar: el de San Juan de Dios, el de San Telmo, el de Ingenio y el de Moya, y hoy existe una ruta para recorrerlos todos, de Norte a Sur.

También en Moya y por vigésimo año consecutivo se puede visitar el nacimiento de Aridane Betancor. El popular belén ubicado en el número 23 del camino de San Fernando, recibió el pasado año más de ocho mil visitas. La composición cuenta con 700 figuras pintadas a mano, repartidas en una superficie de 100 metros cuadrados, en la que el autor reproduce con fidelidad la escena del nacimiento de Jesús, ríos y bosques, casas, acequias palacios y fortalezas. Este año, como novedad presenta una cuidada iluminación, que mediante un innovador sistema de control se logra ambientar los ciclos de los días y noches, proyectando el sol, la luna y las estrellas, imitando así los amaneceres y los atardeceres en tiempo real. Betancor comenzó muy joven a confeccionar belenes, y con el paso del tiempo se ha converttido en su gran pasión. Su portal, uno de los más afamados de la isla, forma parte también de la Ruta de Belenes de Gran Canaria.

Teror

Otro de los municipios donde hay que detenerse en esta excursión por la isla, es Teror. El próximo domingo se inaugura el belén solidario que ha realizado Benjamín Ramírez. Desde el pasado mes de noviembre comenzó este artista a montar todas las escenas y paisajes, entre las que aparece Egipto, para lo que ha dispuesto de 35 metros cuadrados y más de 300 figuras. Estará abierto al público hasta el 8 de enero. Para acceder al salón del Palacio Episcopal donde está instalado hay que aportar un kilo de comida (preferiblemente no perecedera) o un donativo que se destinará a Cáritas.

Gáldar

También vale la pena acercarse a Radio Gáldar, que abrió el pasado martes las puertas de sus estudios para inaugurar el portal realizado por el galdense Vicente Díaz. En este caso, igual que en los de los otros artesanos de Agaete, Moya o Teror, han sido horas y horas de trabajo las que ha empleado su creador para aprovechar de unos 2.000 tapones de plástico todo el material necesario con el que diseñar y montar las piezas que decoran el paisaje del nacimiento, y cada uno de los pequeños detalles. Es en esta tarea en la que recae mayoritariamente el atractivo de este montaje que llama la atención cuando se observa cada una de las piezas, como las tuneras, el molino de aspas, el refugio donde nace el Niño o el cielo.