El rey Felipe VI disfrutó en público y en privado de lo mejor de la gastronomía de Gran Canaria a la segunda visita que realizó a la Isla desde que sustituyó a su padre Juan Carlos I.

La llegada del monarca se produjo el pasado miércoles por la tarde pero sin agenda pública ni oficial para pernoctar en el pabellón de oficiales de la base aérea de Gando. Antes de retirarse a la residencia del general que está habilitada en la base, se reunió con dos de sus más cercanos compañeros en los veranos en Mallorca e incluso en las competiciones de vela que comparte. El Rey compartió mesa en el restaurante Nelson de Arinaga con los olímpico Luis Doreste y Fernando León para sorpresa de los comensales que esa noche disfrutaban de las artes culinarias de Nelson Pérez. El jueves llegó el momento de compartir jornadas con algunos de sus compañeros de promoción del Ejército del Aire que están adscritos a las unidades con base en Gran Canaria. Don Felipe dedicó la mañana al Mando Aéreo de Canarias y la tarde del jueves al Foro Internacional de Turismo Maspalomas Costa Canaria. En el almuerzo, donde el recital gastronómico del equipo de Lopesan ofreció las altas cotas de la cocina y el servicio canarios, apareció el gofio. El mousse con gofio,m además como postre. Y Su Majestad demostró ser un amante del más tradicional producto de la alimentación canaria. No ocultó a los que almorzaban a su alrededor que el gofio era uno de los complementos energéticos utilizados en el deporte de la vela. Y , remató don Felipe, "gofio con plátanos". Los regatistas de nivel, entre ellos el Rey de España, están habituados a compartir gofio y bien escachada la fruta canaria en el cereal.