A pesar del cierre de los accesos a las cumbres de Gran Canaria y de los avisos del Cabildo, advirtiendo del pelibro, fueron muchos los que no resistieron el poder de atracción de la nieve y se aventuraron a cruzar los cortes a pie. El objetivo era llegar hasta lo más alto, donde habría más nieve. El ansia de algunos terminó mal. Los efectivos de emergencias tuvieron que evacuar ayer por la tarde a varias familias con menores de los alrededores del Pico de Las Nieves por el frío y la fatiga. Alrededor de 40 personas, entre ellas dos mujeres embarazadas, quedaron atrapadas por el temporal de frío y nieve.

Las nevadas intermitentes engañaron a más de uno. Fueron varios los que se vieron sorprendidos cuando la nieve cayó con más intensidad por la tarde. Los momentos de tregua fueron aprovechados por algunos que querían llegar hasta lo más alto y que cuando la nieve volvió a caer con fuerza fueron incapaces de salir sin ayuda.

Los equipos de emergencia piden precaución ya que las condiciones no permiten adentrarse ni estar a la intemperie. Además, el Cabildo solicita la colaboración de no subir hasta que sea seguro. De esta manera, se facilita el trabajo del dispositivo de más de 500 personas.

Entre los 40 evacuados, que fueron conducidos hasta la Cruz de Tejeda, había adultos con menores y un bebé en carro, ancianos y personas con problemas sanitarios, además de las dos embarazadas. El 112 tuvo que acudir una ambulancia para una de las evacuaciones de una persona que sufría síntomas de hipotermia.

Muchos querían disfrutar la oportunidad de ver la nieve. Cientos de grancanarios aprovecharon que el Cabildo abriese las carreteras de acceso a la cumbre durante un breve espacio de tiempo por la mañana para subir hasta que la Guardia Civil les cortara el paso. "El asfalto no está tan mal", dijo Acoidán González, que subió junto a su pareja, Yaneli Alonso. Los que se aventuraron a subir se agolparon en el cruce de la Cruz de Los Llanos, donde fueron recibidos por una nevada a mediodía que regaló estampas propias de las fechas navideñas.

Lo nunva visto

"Nunca había visto nevar así", aseguró Alonso, ataviada como una esquiadora profesional pero con un solo guante para poder operar la pantalla táctil de móvil. "Hay que inmortalizar el momento", explicaba mientras subía historias a las redes sociales. La pareja aprovechó el final de exámenes de Alonso y el día libre de González para tener una cita especial. "Subimos desde el Burrero, desde bien prontito para que no se nos escapara la nieve", detalló González. Ambos no salían de su asombro. "Esperábamos encontrar algo de nieve en el suelo, pero que nos nevara tanto no", desveló Alonso. La pareja ya había subido otros años cuando la cumbre se tiñe de blanco, pero reconocieron que esta vez era diferente. "Nunca había visto nevar así, y menos en Gran Canaria", aseguró González.

Otra pareja, Virginia Góngora y Alejandro Hernández, tuvieron una idea más descabellada. "Decidimos pasar la noche aquí arriba", reveló Góngora mientras paseaba a su perro Zeus y Hernández recogía la tienda de campaña recubierta de nieve. "El lunes vinimos a caminar por la montaña con el perro, y como nevó por la tarde quisimos pasar la noche aquí y ver si al amanecer nevaba más", detalló la mujer, que reconoció estar ilusionada por ver la nieve por primera vez.

Hernández comentó que durante la noche no nevó en los Llanos de la Pez, "llovió un poco, pero pasadas las diez de la mañana llegó la nieve". La pareja aseguró que no pasó frío. "Dormimos los tres pegaditos", explicó. Mientras recogían el campamento Zeus corría de un lado a otro, asombrado por el manto blanco. El perro se hidrataba lamiendo la nieve, ya que el cuenco con agua que los dueños le pusieron a la entrada de la tienda se congelo. "Fue una noche tranquila, no hemos sido los únicos que tuvimos esta idea", aseguró Hernández, ya que en la zona recreativa había más casetas de campaña recubiertas de nieve.

Los menos aventureros, como Adriana Marrero, Celia Déniz, Tania Navarro y Adrián Medina subieron por la mañana en coche, como la mayoría. "Con la calefa a tope y con bebidas calientes", dijo Marrero. La pandilla de jóvenes decidió pasar un día diferente lejos de la capital grancanaria. "Vimos que las carreteras estaban abiertas y no nos lo pensamos", reveló Medina. Los chicos dejaron el coche estacionado en el arcén en la Cruz de Los Llanos y emprendieron el camino hacia el Pico de Las Nieves a pie. "Cuanto más arriba más nevará", dedujo Navarro. Déniz apoyaba esa teoría. "Si te fijas, en Cruz de Tejeda no caía nada, solo lluvia, y a pocos metros antes de llegar al cruce toda esa lluvia se transformó en nieve", explicó.

Otros jóvenes reconocieron que decidieron faltar a las clases de ayer para acudir a presenciar el fenómeno meteorológico. "Creo que la nieve siempre es una excusa válida para saltarse las clases", dijo uno de los muchachos, que prefirió no revelar su identidad ante tal afirmación. "Lo malo será si te engripas y faltas toda la semana", añadió su acompañante, también anónimo. Esta pareja de estudiantes ausentes se presentaron en la cumbre con el lo que ellos llamaban el "pack básico" del canario en la nieve: "Un leche y leche caliente como el diablo, ropa de invierno permeable, calzado deportivo y el bugui". Tras ser entrevistados, ambos salieron corriendo carretera arriba con el objetivo de llegar a la cima y bajar hasta la ciudad sobre la tabla acuática.

Como bien explicaron, no fueron los únicos en acudir a las cumbres con un bugui. Desde Cruz de Tejeda subió otro grupo de jóvenes, conformado por Salvador Hernández, Alejandro Torres, Cristo Gil y Samuel Izquierdo. Los chicos tuvieron que llegar hasta la Cruz de Los Llanos caminando desde Cruz de Tejeda. "Llegamos tan pronto que no se podía subir hasta aquí en coche", detalló Gil. Tras una marcha de casi una hora, un coche de Medio Ambiente recogió a los muchachos y los acercó hasta el cruce de Los Llanos. "Fue nuestro teleférico particular", dijo entre bromas Torres.

El grupo ascendió por la carretera hasta encontrar un firme equilibrado para que, al deslizar por el asfalto helado, no acabaran en la cuneta. Unas curvas más arriba encontraron su pista de esquí. "Aquí está bueno, dale", decía Hernández, incitando a Izquierdo a que se lanzara con el bugui. Así lo hizo. Cogió carrerilla y saltó con la tabla, sobre la que deslizó una docena de metros antes de terminar pegado a la cuneta. "No hay suficiente pendiente", resolló Izquierdo tras su primer eslalon.

Gil le tomó el relevo. "Verás como se hace, me da igual tener que remar y hacer el pato", dijo antes de lanzarse. Gil pulverizó todos los récords de esquí alpino cosechados hasta la fecha en la cumbre grancanaria. Sus compañeros le aplaudieron desde la cima de la carretera. "Vamos a buscar una cuesta mejor", replicó Gil. Así, los jóvenes siguieron subiendo hacia la cumbre en busca de la pista perfecta para sus deslizamientos.

Llegando a los Llanos del Salado decidieron probar en otra cuesta. "Aquí, que el asfalto no te echa pa fuera y podemos bajar bastante", afirmó uno de los jóvenes. Era el turno de Torres. Quería demostrar a sus amigos y a la prensa allí presente que aún estaba a tiempo de participar en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang. "Porque no se puede esquiar aquí, que sino más de un canario habría en las olimpiadas", argumentó antes de lanzarse. La cuesta no ofrecía lo prometido y a los pocos metros de emprender el eslalon acabó con el bugui en la cuneta helada. "Hay que seguir buscando", replicó empapado.

Como una trashumancia o una migración, los que iban llegando hasta el cruce de Cruz de Los Llanos emprendían el camino hacía el Pico de Las Nieves. "Hay que buscar más nieve", espetó una mujer que intentaba encenderse un cigarrillo bajo su paraguas cubierto de nieve. El recorrido se hacía despacio y con pausas, sobretodo para fotografiar los pinos chamuscados por el último incendio recubiertos en blanco. "El negro y el blanco contrastan mucho en los árboles", resaltó un hombre que inmortalizaba la estampa con su móvil.

Pese al mal tiempo, la línea de telefonía aguantó y todos los aventureros pudieron colgar instantáneamente las fotos en sus redes sociales. "Supongo que todos queremos dar un poco de envidia a nuestros amigos", reconoció Laura Sánchez, que probablemente llenó la memoria de su dispositivo lanzando fotos a diestro y siniestro. "Luego selecciono las mejores y borró la mayoría", añadió.

Al igual que cada nevada, muchos padres aprovecharon la ocasión para traer a sus pequeños para que descubrieran la magia de la nieve. "Esto se hace especial por ellos, porque lo recordarán para toda su vida, y nosotros también", explicó uno de los padres que paseaba con sus vástagos por la cumbre. Otros trajeron a sus animales de compañía, perros en su mayoría. "Pero quien los traiga que vengan abrigados, que ellos también pasan frío", señaló una mujer que paseaba a su can por la nieve.

Pasado el mediodía, y tras la nevada, la Guardia Civil y el Cabildo volvieron a cerrar los accesos. Los que consiguieron llegar hasta Cruz de Los Llanos tuvieron que marchar, pero disfrutaron de una dosis de nieve que nunca olvidarán. "Esto ha sido espectacular", así calificó la nevada Acoidán González, que recordó que hay que circular con mucha precaución cuando hay nieve y hielo en las carreteras y subir si es seguro.