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David Llarena Pulido, ingeniería en gran formato

El grancanario es especialista en Obra Pública en la multinacional Mott Macdonald. Hoy ultima la planificación de aparcamientos, accesos y drenajes de la mayor central nuclear de Gales, Gran Bretaña

David Llarena Pulido, ingeniería en gran formato

David Llarena Pulido es grancanario de nacimiento y majorero de adopción. Al poco de nacer, un 24 de enero de 1989, marcha con su familia a la isla de Fuerteventura para descubrir, entre otros, los juegos que ofrece el marisco, desde la navegación en Optimist, con los que llega a competir en trofeos nacionales, y el bodyboard, modalidad con la que llega al quinto puesto del campeonato de España. Entre ola y ola, estudia en el colegio Pablo Neruda, y la secundaria en el instituto de Puerto del Rosario. Eso sí, antes de cada examen, "recogía conchas por la playa, me relajaba y creo que hasta me daba suerte".

David Llarena vivía en un proceso constructivo permanentemente. En sentido literal. "Mis padres siempre se han dedicado a comprar, arreglar y vender inmuebles, y con esa experiencia, me dije que Ingeniería Civil era lo mío".

Con un excelente currículum académico en el instituto, se matricula en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y sigue embalado hasta el último año, cuando decide culminar sus estudios superiores en el prestigioso Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México.

"Fui siguiendo el sueño del surfing, el de ir a un lugar en el que surfear, divertirme y disfrutar del último año de carrera. Allí lo encontré todo, aprendí muchísimo e incluso mi familia, al volver, me aseguraban que había cambiado totalmente mi manera de ver las cosas." Era 2013. Y no duró mucho en esa escala grancanaria porque en un arranque, y sin inglés previo, saca un billete a Inglaterra con el ánimo de hacerse con el idioma.

No llevaba tres meses allá cuando el Cabildo de Gran Canaria le ofrece una beca de un año en el Departamento de Carreteras e Infraestructuras. Y se vuelve. "Pero sentía que no había estudiado para mantenimiento y cosas de ese tipo, así que antes de acabar el año me vuelvo a Gran Bretaña".

Su primer empleo no es precisamente en estructuras. "Empecé en un restaurante. Fue terrible. Compartiendo habitación con un montón de gente. Sin dinero. Trabajando en invierno y caminando media hora a cuatro bajo cero para ir del restaurante a casa. Un día me pregunto. ¿Pero si trabajo de cara al público en un restaurante sin saber inglés, también podría calcular. Y envío mi primer currículum a la consultoría más grande de Inglaterra: Mott Macdonald", una multinacional implantada en 150 países, con 16.000 empleados.

Para su sorpresa, le llamaron. "Fui pitando de Newcastle a Liverpool. Dos señores me hicieron cinco preguntas técnicas, pero yo no podía responder. Les pido un lápiz y un papel. Les expliqué que con mi poco inglés les entendía pero que no podía explicarlo, pero que sí se los podía dibujar. Se reían".

Con las cuatro primera atina. Pero la quinta, lo deja en blanco. "Yo les dije que no sabía la solución pero que, por favor, quería que me dijeran la respuesta. Que no me quería ir de la entrevista, -me cogieran o no-, sin saberla. Y esa fue la clave, me dijeron que era la primera persona que de verdad se interesaba por una solución".

Ese mismo día le explican donde comer y cómo organizarse en Manchester. "Pero en realidad no me enteré de lo que me habían dicho y me vine de vacaciones a Canarias. Cuando llego recibo una llamada en la que me preguntaban si por fin había encontrado piso, ¡que empezaba el lunes!"

Sacó un billete para el día siguiente y a toda mecha se muda de Newcastle a Manchester, a un hotel. Me gasté una pasta", confiesa, "pero era la oportunidad de mi vida". Era finales de 2014. Principios de 2015. Con ellos sigue. En proyectos apasionantes. Pero, sobre todo, enormes.

De entrante, trabajó en la remodelación viaria de centros urbanos, como el de Chester. Luego en la adaptación de una autovía para convertirla en autopista inteligente, diseñando arcenes capaces de convertirse en carriles transitables o en reversibles en casos de atasco o de urgencia, e instalando todo tipo de sensores para ofrecer información en tiempo real tanto a los conductores como a los controladores, un sistema "que lleva un montón de ingeniería."

Hoy, tres años después de la 'quinta pregunta', ya es líder técnico de Mott Macdonal, dirigiendo un equipo multidisciplinar de entre 30 y 40 personas, cuya cantidad varía según las necesidades de cada proyecto, y es el que brega entre el cliente y su firma para buscar las soluciones más eficaces.

Son retos de fuertes presupuestos, como el de 20 millones de libres para actualizar los accesos y la conexión de las áreas residenciales e industriales de Warrington, de 200.000 habitantes, que obligan a cambiar toda la red urbana para maximizar los flujos circulatorios y que requieren de un año de diseño y cuatro para su ejecución.

Aquél camarero que no sabía inglés hoy está "encantadísimo" con un nuevo desafío. De los gordos. El de la planificación en 20 hectáreas de todos los accesos, aparcamientos, drenajes e infraestructuras de servicios de la central nuclear más grande de Gales, la Wylfa Nuclear Power Station.

Su complejidad es tal, que tuvo que superar entrevistas con la dirección de la central para evaluar un nivel de experiencia que avalara los estrictos criterios que requiere el complejo, además de recibir cursos de seguridad y salud en el diseño y la obra. Como especialista en Obra Pública, "que no quiere decir que no trabaje para clientes privados, de hecho la planta lo es", coordina a equipos formados por profesionales de estructuras, de electricidad, o de drenaje, "que me presentan sus estudios y una información que yo pongo en un mismo plano para presentar al cliente, tras revisar todo para detectar incongruencias o fallos. Que el de electricidad no me ponga una toma a tierra en una alcantarilla. Todo ello en BIM, en formato 3D".

David es el líder técnico más joven de unos equipos cuyos cargos de mayor responsabilidad suelen tener en torno a los 40 años. "Pero cuando estoy en una mesa con 14 personas, me vengo arriba", expresa entre risas.

¿Y Canarias? "Yo amo a Canarias y me gustaría volver porque quiero recuperar mi vida, mi hobby, y sobre todo, a mi familia".

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