Los cuatro detenidos por la denuncia presentada por una menor de 16 años por una presunta agresión sexual de estos en la noche de San Juan en Playa del Inglés no irán a prisión. El titular del Juzgado de Instrucción número dos de San Bartolomé de Tirajana decretó ayer la puesta en libertad sin fianza de estos jóvenes, de entre 19 y 24 años, a los que el ministerio público les imputa la presunta comisión de un delito de abuso sexual y para los que había solicitado su ingreso en la cárcel.

Después de más de ocho horas de toma de declaraciones a los detenidos, el juez adoptó esta decisión sobre las 20.00 horas, desestimando la solicitud de la Fiscalía para que ordenara su ingreso en prisión. El ministerio público considera que a estos cuatro jóvenes se les debe aplicar el mismo criterio que al menor internado en el centro de Valle Tabares acusado de la presunta comisión de una agresión sexual. No lo entiende así el titular del juzgado número dos, que se encarga inicialmente de la instrucción.

En su escrito, el juez les impone a los cuatro investigados la obligación de comparecer cada 15 días ante el juzgado; la prohibición de salir de la Isla; la retirada de pasaporte y la prohibición de comunicarse o acercarse a la denunciante por cualquier medio.

Este juzgado se inhibirá en breve a favor del órgano que estaba de guardia cuando sucedieron los hechos, el número uno del mismo partido judicial. Se prevé que sea una instrucción larga y la causa se mantiene bajo secreto de sumario.

En este asunto concurren dos procesos paralelos e independientes. Por un lado, el del menor de 15 años e ingresado en el centro cerrado de menores de Valle Tabares, quien está acusado inicialmente de agresión sexual, mientras que en el caso de los cuatro jóvenes es una acusación de abuso sexual. Cada una de estas causas irá por su vía y los más probable es que el caso del menor finalice antes, por ser un proceso contra un único acusado y por ello es más sencilla su investigación y resolución. En cambio, el de los cuatro jóvenes se presenta más compleja. Diez horas después de la llegada de los cuatro jóvenes al juzgado, aunque sus declaraciones no comenzaron hasta las 12.00 horas, según fuentes consultadas, no irán a la cárcel, como había solicitado la Fiscalía.

Ayer sí hubo ambiente y expectación en el exterior de los juzgados de San Bartolomé de Tirajana. A diferencia del miércoles, cuando solo los periodistas acudieron a la posteriormente fallida cita ante el juez de los presuntos autores de la violación grupal, este jueves no faltó nadie o casi nadie.

Además de los informadores, un amplio despliegue de agentes de la Policía Nacional en la puerta principal del edificio, varios vehículos policiales en el exterior, el furgón que trasladó a los cuatro detenidos desde el garaje al interior del inmueble, algunos de sus familiares y algún que otro curioso conformaron una larga jornada de espera que se prolongó hasta bien entrada la tarde-noche.

Desde primera hora, los periodistas volvieron a hacer guardia en el mismo lugar que el miércoles, a la entrada de la bajada del aparcamiento de los juzgados, aunque el horario de apertura es a las nueve de la mañana. Y fue justo pasados unos minutos de esa hora cuando un vehículo del Cuerpo Nacional de Policía se dirigía hacia la bajada, pero fue una falsa alarma. Aunque no se pudo ver nada del interior del furgón, casi al instante se descartó que fueran de pasajeros los cuatro varones. Tal era la expectación que existía por su llegada que se revolucionó la calle solo con ver al vehículo dirigirse hacia el lugar.

A las 10.00 horas sí apareció el transporte esperado y cámaras y fotógrafos empezaron a filmar y captar imágenes, aunque solo del exterior del vehículo porque de su interior, por su cerramiento era imposible. Al acecho por si los citados ante el juez salían del coche y a lo lejos se podía al menos sacar sus figuras, todos se pusieron en posición para lograrlo, pero nada, no hubo forma. Y de ahí, a las carreras hacia la entrada principal de los juzgados, donde trípodes, mochilas y hasta una pequeña sombrilla se asentaron durante horas a la espera paciente de esas anheladas imágenes y fotografías.

Pero tampoco valió de mucho. A las 14.00 horas se cerraron las puertas sin que se consiguiera el objetivo y vuelta a empezar, todos otra vez hacia la bajada de los aparcamientos y con la sensación, confirmada por algunas fuentes, que las declaraciones iban para largo, para muy largo, como así fue.

Fue, además, un día de sol, de protectores solares y de gorros o viseras para evitar una insolación tremenda, además de refrescos, agua -varias botellas suministradas por una unidad móvil de recogida de sangre aparcada muy cerca-, sándwiches y otros manjares para engañar al estómago durante esas horas.

Algo alejados, queriendo pasar desapercibidos, se encontraba un grupo de familiares de los detenidos, quienes desde antes de abrirse el juzgado ya esperaban por el destino de éstos, si ingresaban en la prisión de Juan Grande o salían en libertad, como sucedió.

Ante la presencia de los informadores, su actitud fue la de no hacerse notar, estar tranquilos y atentos para conocer noticias sobre los cuatro investigados. Rehusaron hacer declaraciones a la prensa una vez se conoció que tenían relación con los interrogados. Se desplazaron hacia los aparcamientos de la Policía Local para estar más tranquilos, sin molestias y de cuando en cuando, por parejas iban a preguntar sobre los detenidos, aunque sin respuesta porque las declaraciones ante el juez se iniciaron horas después de su llegada. Horas eternas para unos y para otros, que se alargaron mientras un sol de justicia no hacía precisamente cómoda la espera.

El anecdotario de la jornada hay que encontrarlo en la sorpresa de quienes entraban al juzgado para realizar algún trámite o para asistir a algún juicio. Ante tanta cámara apostada, algunos ciudadanos buscaban la forma de meterse en el edificio sin pasar por delante de ellas, algo bastante difícil de lograr. Otros preguntaban si estaban grabando porque no querían verse en esta o aquella televisión mientras se dirigían al juzgado.