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Ingenio XXIII Festival Internacional de Folclore

Historia de alpargata en Ingenio

Una exposición recoge cómo se manufacturaba el calzado que llevaba la mayoría de la población de Gran Canaria

Historia de alpargata en Ingenio

Una exposición que coordina el etnógrafo Francisco López Monroy y organiza la Peña del Pan de Ingenio, recoge, en el Centro Cultural Federico García Lorca del casco de Ingenio, la importancia que este calzado cobró en la sociedad grancanaria durante finales del siglo XIX y principios del XX, así como su arduo proceso de su creación artesanal.

Más baratas aún que el tabaco, las alpargatas tenían lamentablemente para la población del interior de Gran Canaria una duración que se refleja bien a las claras en el dicho que todavía recuerdan los mayores del Sureste: "Las alpargatas, 30 días sanas, 30 días rotas, 30 días esperando por otras".

Usadas por hombres y mujeres en sus labores de labranza, aparceros y también por niños, la alpargata se socializó en la Isla a partir de la utilización del hilo de pita.

Su proceso artesanal de elaboración, según López Monroy, era bastante laborioso. La elaboración de una alpargata para adulto precisaba de unos catorce metros de trenza de pita que se elaborada con cuatro cabestros, cada uno de ellos formado por dos cordeles, labor que requería hora y media de trabajo manual.

"Primero se extraía el hilo de pita majando la hoja de la pitera. Ese hilo se secaba, se iba uniendo a otros hilos para conseguir una mayor consistencia y después se realizaba una trenza que tenía que medir al menos tres brazas y media. Posteriormente, esta trenza se cortaba y se hacía una especie de rueda que se cosía para formar la suela de la alpargata. Una vez hecha la base, se confeccionaba la solapa con tela que se unía al fondo de la alpargata", explicó el etnógrafo respecto al proceso de elaboración de este modesto calzado.

El color dependía de las telas que tuviera el artesano en ese momento en su taller, aunque generalmente las mujeres las calzaban blancas y los hombres blancas o negras. Las negras o azules, por lo sufrido de estos colores, eran las de empleo diario. El negro era el color obligado en los períodos de luto y las blancas, las que se utilizaban los días festivos.

"Al ser de pita se estofaban y había que ponerlas al sol, por lo que se hinchaban. Cuando se mojaban dos o tres veces se echaban a perder", señaló el etnógrafo, que reunió en la muestra algunas piezas de la época en la que se aprecia la evolución de las mismas y el uso de los distintos materiales empleados, desde las elaboradas con soga de pita a las de suela de caucho empleando el material desechable a partir de las ruedas de los primero automóviles que circularon por las carreteras de Gran Canaria.

Francisco López sostuvo que poco a poco los artesanos buscaron materiales más cómodos para trabajar y sustituyeron los hilos de pita por los grandes cabos que los barcos abandonaban en el puerto cuando éstos se vencían. "Los marineros los abandonaban en el muelle y muchos eran los alpargateros que los cogía las llamadas maromas para hacer la suela de las alpargatas. De esa manera ya no tenían que trabajar el hilo de pita, sino que directamente ya tenían las grandes trenzas de la soga", recalcó, al tiempo que agregó que evolucionó tanto que se dejó de usar definitivamente la pita.

Las dimensiones tradicionales se distinguían generalmente por un número estandarizado, habitualmente de una sola cifra, aunque podía oscilar del uno al diez y que equivalía a las tallas usuales del calzado actual. Por ejemplo, el siete se corresponde con el 40 actual, el ocho con el 42, el nueve con el 43, etcétera.

Don José conserva una plantilla grabada sobre madera con las medidas y sus números identificativos de la que se sirve para comprobar la correcta longitud de las coyundas.

Lamentablemente el trabajo de artesano alpargatero ha desaparecido totalmente. "Se dejó de producir porque se fue imponiendo el zapato sobre la alpargata", manifestó. "Actualmente es un verdadero reto mantener esta tradición artesanal española. Ahora se traen alpargatas de la Península de fondo de lino y es lo que se está usando para las romerías. De hilo de pita ya no hay nadie que las haga en Canarias", concluyó.

Esta exposición sobre las alpargatas se mantendrá abierta hasta el próximo día 22 de julio y que puede visitarse de forma gratuita con el horario de 18.00 a 20.00 horas en el Centro Cultural Federico García Lorca, de Ingenio. Esta muestra forma parte del programa de la XXIII edición del Festival Internacional de Folclore Villa de Ingenio Muestra Solidaria con los Pueblos que organiza la Asociación Cultural Coros y Danzas de dicho municipio.

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