El mar volvió a golpear dos veces la Playa de Arinaga, en el término municipal de Agüimes, durante la jornada de ayer, con fuertes olas, inundaciones y piedras que llenaban el paseo de los Pescadores y las terrazas. Esta situación se espera que se vuelva repetir por tercer día hoy viernes, cuando esté de nuevo la marea alta, en torno a las dos de la madrugada y sobre las 14.20 horas.

En cambio, cuando la marea estaba baja ayer, la normalidad y la limpieza reinaban provisionalmente en la avenida de Playa de Arinaga. Había oleaje, pero no llegaba a golpear e inundar el paseo. La bandera continuaba siendo roja. Los niños y jóvones pudieron participar con normalidad en la actividad de la biblioplaya a las siete de la tarde, como se prevé que lo hagan hoy. Se espera que esta tranquilidad se produzca cuando la bajamar tenga lugar a las 8.00 de la mañana y a las 20.35 horas.

Respecto a lo sucedido este jueves, las olas que golpeaban el paseo se convirtieron en un atractivo espectáculo para cientos de vecinos y curiosos que se acercaron a la avenida, muchos con la cámara o el teléfono móvil en la mano, o con el bañador puesto. No faltaban por supuesto los turistas, que sentados en una terraza, tomaban café al tiempo que grababan en vídeo.

El fuerte viento también reinaba ayer en el litoral de Agüimes, como prácticamente en toda la costa de la comarca del Sureste.

Los niños se divertían mojándose con el agua de la ola que golpeaba el paseo. Algunas madres aprovechaban, con sus bañadores, para sacarse fotos junto a sus vástagos y bajo la ola que rompía contra el muro. El reboso y las fuertes olas que arrastraban piedras por la avenida se produjeron, primero, en torno a la una de madrugada de ayer, y luego en torno a la una de la tarde. Al parecer, la intensidad fue algo menor respecto a la que se produjo el miércoles, aunque los daños fueron parecidos.

Esta situación obligó que desde primera hora de la mañana operarios de las Concejalías de Obras y Servicios, Parques y Jardines y Limpieza Viaria de Agüimes comenzaran las tareas de limpieza y de retirada de piedras. Para ello, utilizaron un tractor.

Estas labores continuaron al mediodía y después de la una de la tarde, cuando volvía a llenarse de cantos la avenida de los Pescadores y las terrazas. El trabajo se repetía durante la tarde para el nuevo turno de operarios. Los trabajadores de restaurantes y cafeterías también tuvieron que retirar mesas, sillas y el agua que inundaba las terrazas. Para hoy viernes estarán preparados los operarios municipales desde las ocho de la mañana para actuar y recoger todo lo que haga falta.

"Estas fuertes olas se vinieron muy temprano", comentó un vecino en la avenida, que seguía con mucha atención todo lo que ocurría. "Lo normal es que sean en septiembre, no en julio", agregó. Uno de los otros dos que le acompañaban comentó que "estos trabajadores se apuran en balde a recoger las piedras porque dentro de unas horas las olas las dejarán otra vez en el mismo sitio del paseo".

La bandera roja ondeaba también ayer en Playa de Arinaga. Como este miércoles, un grupo de surfistas y winsurfistas no quería perder la ocasión para disfrutar de las olas de casi cinco metros.

Los socorristas municipales tuvieron que intervenir al mediodía cuando un surfista era empujado por la fuerte corriente, aunque después pudo salir del agua por sus propios medios en la zona del final de la avenida. El miércoles sacaron a otros dos surfistas, un hombre y una mujer, porque no podían salir del agua.

"Estamos intentando que todos estén fuera del agua. Los socorristas dan recomendaciones a través del altavoz", afirmó la concejala de Playas, Juani Martel, que estuvo prácticamente todo el día en el pueblo costero agüimense y pendiente de si ocurría algún incidente. "El problema es que estos deportistas quieren estar dentro y disfrutar porque se ven seguro en el agua con su tabla de surf, pero el peligro está ahí, no sólo por las olas sino también por las fuertes corrientes", agregó la edil.

Finalmente, las distintas concejalías, como establecimientos de la restauración, tienen previsiblemente todo preparado ante la repetición del fuerte oleaje y la presencia de numerosos curiosos.