Cada año, el Ayuntamiento de Moya se ve obligado a llevar a cabo una media de cincuenta acciones de desatasco o arreglo de la red de saneamiento y depuradoras de aguas residuales del municipio, como consecuencia de las toallitas húmedas o de higiene íntima desechadas a través de los inodoros de las viviendas.

Con el consiguiente perjuicio para el conjunto de los vecinos, quienes en ocasiones sufren inundaciones de aguas fecales y malos olores en sus casas por el colapso de las tuberías y alcantarillas; para el medio ambiente, pues no son biodegradables; y para las arcas municipales, por el coste económico que suponen estos arreglos, cifrados en más de 30 mil euros al año, tanto en material como en personal. Por ello, con el fin de informar, concienciar y promover entre la población el uso responsable de este tipo de paños de higiene, el Consistorio moyense ha puesto en marcha este viernes la campaña Súmate al reto: las toallitas a la papelera.

Se trata de una iniciativa que incluye la difusión de un vídeo a través de la página web y redes sociales del Ayuntamiento moyense, donde cuenta con cerca de seis mil quinientos seguidores, así como fotografías reales de los desperfectos que causan las toallitas; cartelería en diferentes puntos estratégicos del municipio; y el envío de folletos e imanes informativos a todas las viviendas de la villa. Advirtiendo de que arrojar las toallitas húmedas por el inodoro tapona desagües y bajantes, perjudicando a todos los vecinos; atasca las depuradoras; obstruye las alcantarillas y agrava los efectos de las inundaciones en las viviendas y edificios privados y municipales; y atraen a plagas de mosquitos y roedores. Asimismo, pese a que algunos envoltorios anuncian erróneamente que sus toallitas son biodegradables, lo cierto es que el material con el que se fabrican no se desintegra y genera un importante agravio ecológico, pues muchas terminan vertidas directamente al mar.

"Sabemos que muchas personas actúan de manera equivocada porque desconocen el daño que causa arrojar las toallitas húmedas al retrete o por la desinformación de las etiquetas que anuncian que son biodegradables, cuando en realidad no lo son", explicó el alcalde de la villa de Moya, Poli Suárez, en la presentación de la campaña. "Por eso trataremos de llegar a todos los hogares de nuestro municipio y al mayor número de personas posible, concienciando y apelando a la responsabilidad", continuó Suárez, "pues las consecuencias las sufrimos y las pagamos todos, ya que tenemos que destinar recursos a arreglar los desperfectos que causan en la red de saneamiento que podríamos invertir en otras acciones más beneficiosas para el conjunto de los moyenses".

Como por ejemplo, seguir ampliando la red de saneamiento hasta cubrir todos los barrios de la Villa de Moya, objetivo por el que viene trabajando el Grupo de Gobierno con importantes actuaciones desde la pasada legislatura. Y que continúan en la actualidad, con una inversión de 118 mil euros en una nueva red de saneamiento en la calle Juan Rejón y aledaños, en el casco moyense, y otros 900 mil euros para llevar la red y conectar las viviendas desde el Barranco de Las Ñocas hasta San Fernando, en una primera fase; y desde San Fernando hasta Corvo, en una segunda actuación. "Son avances que no se ven a simple vista, pero resultan fundamentales para el desarrollo de nuestro municipio, pues no podemos seguir en pleno siglo veintiuno sin unas infraestructuras en condiciones", aseveró el alcalde, Poli Suárez, quien concluyó apelando a la colaboración de los moyenses "para que entre todos cuidemos lo que ya hemos logrado con tanto sacrificio".

Y es que cada actuación que lleva a cabo el Ayuntamiento para desatascar las alcantarillas o tuberías colapsadas de toallitas húmedas supone una media de entre dos y cuatro horas de trabajo en los casos menos graves y entre cuatro y ocho horas los más complejos, de al menos tres operarios de la Concejalía de Servicios. Además, requiere el uso de dos camiones cuba con capacidad para ocho mil litros de agua cada uno; la interrupción temporal del servicio de abastecimiento de agua a las zonas afectadas; y el arreglo o sustitución de material o de la propia estructura de la red de saneamiento e incluso el asfaltado de las calles donde hayan podido reventar las alcantarillas.