Tamadaba es uno de los enclaves más mágicos y bellos de Gran Canaria. Desde el propio pinar, con árboles a cuya sombra se puede experimentar la verdadera felicidad gracias a la tranquilidad en plena naturaleza, hasta las espectaculares vistas de los pinos bajo los pies y, más allá, el mar, Agaete y la costa norte de la isla.

Todo un paisaje que desde hace unos meses se puede contemplar en un punto estratégico, el Mirador de los Llanos de la Mimbre, abierto por el Cabildo grancanario tras su construcción gracias a una inversión de 34.500 euros.

En este espacio de 56 metros cuadrados, levantado con plataformas de madera de pino apoyadas sobre el terreno y próximo a las instalaciones recreativas del Campamento de Tamadaba, los senderistas y visitantes disponen de bancos y también de una zona de sombra para descansar bajo los pinos.

Un lugar en el que apreciar el cielo del noroeste de la isla con paisajes como el Roque Faneque, los riscos de La Aldea, la costa de Agaete y hasta la isla de Tenerife con el Teide en el horizonte.

El de Tamadaba es el primero de una red de 20 miradores enmarcados en el Plan Territorial Especial de Ordenación del Paisaje de Gran Canaria que pretende crear el Cabildo.

De sus espectaculares vistas ya dan cuenta los visitantes, nativos y extranjeros, que comparten las fotografías de su experiencia en las redes sociales.

Pero no todas las imágenes ensalzan únicamente la belleza de las vistas desde este enclave de los Llanos de la Mimbre. También hay críticas por el impacto de la construcción, que ya fue objeto de conversación hace varios meses en las redes sociales.