Alejandro Santana Saavedra entró en el planeta por Gáldar para un no parar. "A los cuatro años entrenaba tres horas diarias en natación, atletismo, balonmano..., y me resulta muy importante de esa época tanto a nivel personal como profesional, porque enseña a enfocar objetivos cortos, y aprender a ganar y a perder, sin olvidarme del apoyo de mi familia y personas que , aunque no lleven mis apellidos, son participes de cualquier éxito que yo haya tenido hasta ahora o tenga en el futuro".
Jugador del Club Balonmano Gáldar, llega a participar con la selección canaria en varios campeonatos nacionales. Hoy sigue en andas, bien corriendo "o nadando en mar abierto, algo que me permite estar sano mentalmente".
Sus primeros estudios los hace en el Saulo Torón de la ciudad galdense y tenía claro que iba a tirar por alguna formación técnica, "y tomo la decisión por un buen amigo de matricularme en Ingeniería en Diseño Industrial", por la ULPGC. Aquí es donde Alejandro hace un alto para derribar estereotipos. "Más que dibujar, busco la relación que encontramos en la sociedad entre la técnica y las letras: nosotros somos capaces de darle otra mirada a la innovación".
Se matricula en 2007, "y tengo la suerte", subraya, "de participar en los dos últimos años en unas prácticas para la Dirección de Política Informática", y formar parte del equipo de la Cátedra de Telefónica ULPGC", donde trabaja en eventos de innovación social: HackforGood y Hacking For Something Better, el primero nacional y el segundo a nivel internacional.
Son eventos, según explica, que intentan resolver retos sociales mediante la innovación a través de aplicaciones tecnológicas, como el diseño de pulseras para localizar a personas mayores, "o simplemente conectar a personas entre ellas para conseguir alimentos".
Estos trabajos, afirma, "tuvieron mucha relevancia para el desempeño de mi día a día en la actualidad, y gracias a ellos conocí a Xavier Marcet, presidente de Lead to Change, una de las personalidades más reconocidas en su campo y una larga trayectoria internacional en innovación y estrategia y con el que llevo trabajando tres años".
No en balde, con su trabajo sobre la mejora de la eficiencia y el uso de la energía en edificios acristalados como proyecto de fin de carrera, obtuvo Matricula de Honor, a lo que se suman reconocimientos por ese mismo proyecto de la empresa Club Canarias.
Lead to Change es una consultora que está ubicada en Barcelona, "ya que la capital catalana en la actualidad es uno de los grandes ecosistemas innovadores de Europa". Lead to Change se encuentra también en Boston y Chile.
"Trabajar aquí", expone el isleño, "supone un reto cada día, somos bastante autónomos a la hora de llevar los proyectos, con bastantes responsabilidades desde el principio para cumplir con una de las máximas de la empresa: la de imprimir otra mirada a las organizaciones y que los proyectos que realizamos tengan un impacto real, basándonos en la autenticidad". Lead to Change está especializada en estrategia e innovación.
Asegura que esa cultura implica una buena dosis de humildad: "aprendemos más de nuestros clientes que ellos de nosotros, las dos partes colaboramos conjuntamente para su transformación", y añade que "lo más divertido es la capacidad que adquieres de trabajar de una manera transversal en todo tipo de sectores".
Y cuando dice en ´todo tipo´, no defrauda. "Ahora estamos llevando a cabo proyectos de economía circular, pero también desarrollamos modelos de innovación para la gestión de grandes organismos y entidades". Como es el caso de la Universidad de Guadalajara, en México, un gigante de 200.000 estudiantes. "Nosotros no creamos objetos", intenta explicar. "Nosotros implementamos agendas estratégicas que permitan a las organizaciones adaptarse a las necesidades de sus clientes o usuarios desde sus agendas con una gran dosis de innovación. Es un concepto difícil de entender a priori, pero fundamentalmente se trata de ayudar a las personas que forman las organizaciones adaptarse al ecosistema al que pertenecen o en territorios en los que se quieran posicionar". El último proyecto que han llevaron en Canarias fue el Plan Estratégico de La Universidad de La Laguna para ayudarla a adaptarse a los cambios de la educación superior y poder ofrecer el máximo valor a la comunidad universitaria, a los que se sumarán algunos proyectos más a finales de año en el archipiélago.
Que se añade, así, a multinacionales, como Suez, Basf o Arauco, la segunda forestal más grande del mundo entre otras organizaciones en varios continentes.
Alejandro vislumbra un futuro "que va a tener que ver con ecosistemas multidisciplinares y colaborativos, más que con individualismos", donde los ingenieros en diseño industrial, y todas las personas que se dediquen al diseño tendrán una gran responsabilidad, "porque disponen de un entrenamiento que permite ir más allá, una confluencia distinta que aúna dos mundos que a veces no coinciden, como ya dije, el de la técnica y el de las letras". En ese contexto y conjuntamente comenzará a trabajar con organizaciones públicas y privadas en Gran Canaria para intentar posicionar la isla como eje central de la economía circular.
Santana la entiende, "como un modelo económico que requiere de un rediseño para generar una revalorización de los residuos. Un cambio de paradigma cultural en la forma que consumimos, en el que cambiamos producto por servicios. Una nueva forma de entender las necesidades actuales y futuras de la sociedad y del entorno".
Esa mirada distinta, centrada en un pensamiento crítico, preguntando siempre por qué y quién, tiene que ver con su concepción de la formación universitaria.
Por último, Alejandro aconseja a los estudiantes isleños que no se vayan de Canarias porque consideren que no hay futuro. "Yo lo que les diría es: salgan, exploren, porque tenemos que empaparnos de otras culturas y formación, pero luego volvamos a continuar construyendo nuestra isla, con una pata dentro y otra fuera".
