A las 13.00 horas, con el termómetro de la farmacia del Puerto de Las Nieves marcando los 25 grados y la playa hasta los topes, el Bioagaete ofrecía ayer tres conciertos simultáneos y otras cuatro actividades medioambientales a los varios miles de asistentes al festival cultural y solidario de la villa norteña. Y así todo el día, hasta que se puso el sol por el horizonte y el grupo Son del Caney concluyó su descarga de ritmos cubanos en el escenario principal.

El sábado es el día que arranca la música en el Bioagaete y el que reúne al mayor número de jóvenes con ganas de música y baile, muchos llegados desde los días interiores y alojados de cualquier forma en el municipio, desde un hotel de varias estrellas, un apartamento, una casa familiar, una autocaravana o un hueco arenoso en las playas de los alrededores.

Juan Agustín Suárez del Pino, director de Salsa Alocubano, fue el encargado de romper el fuego a mediodía en el escenario Rosa de los Vientos. Micrófono en mano, se dispuso a dictar una clase de bailes latinos con la ayuda de una docena de alumnos. A los pocos minutos ya tenía a un centenar de danzantes frente a él. De todas las edades y contagiados por el vaivén de canciones como Un vestido bonito, de los Hermanos Lebrón, o Toda una vida, de Leoni Torres.

Salsa Alocubano, una asociación sin ánimo de lucro que ofrece cursos de bailes en Gáldar y Agaete, ha participado en seis de las ocho ediciones del Bioagaete. Como todos los artistas y grupos que actúan de forma altruista, volverá a acudir en el futuro a la llamada de los organizadores, comenta Suárez del Pino, que confiesa que se enganchó de la música cubana desde muy joven y quiere darla a conocer a todo el que esté interesado. Ayer hizo unos cuantos amigos.

The Clippers, grupo isleño de rock, abrió el escenario El Molino, que como fondo tiene el océano Atlántico. A esa hora, las 12.30, el público estaba aún un poco frío, pero bastó una versión de Smells Like Teen Spirit, de Nirvana, para poner a brincar a las primeras filas.

El Bioagaete no se puede permitir un cartel con artistas de relumbrón, pues todos acuden de forma gratuita, pero tiene tanto tirón como los festivales que manejan presupuestos millonarios y es el sitio ideal para que los nuevos grupos canarios se fogueen ante la multitud. De hecho, casi todos los cantautores canarios y las formaciones de todos los estilos musicales han pasado alguna vez por sus escenarios. Otros son casi fijos.

Sin Escalas Band, de Telde, es uno de esos grupos que se abre paso con versiones de clásicos del pop y que ayer pudo presentar sus temas propios ante unas 2.000 personas. Cautivó pronto al público con canciones como The Logical Song, de Supertramp, Hotel California, de The Eagles, o Princesa, de Joaquín Sabina.

La música ya no paró en toda la tarde, con el consiguiente trasiego de gente de un escenario a otro y reiterados viajes a la playa para refrescar el cuerpo, porque la temperatura subió hasta los 28 grados a 16.30 horas. Así, por el escenario grande de la explanada de Las Nieves desfilaron después Eclipse Reggae, Guineo Colectivo, Heriberto Cruz y Flor de Canela. Son de Caney clausuró la jornada musical a las 21.45 horas porque los organizadores tratan de evitar que el festival que se convierta en un botellón nocturno.

En El Molino, el grupo teldense Enkasette entusiasmó a su nutrido grupo de seguidores con su tema estrella, Melenara, una parodia sobre las playas de Las Canteras y Meloneras con la música de Man gave names to all the animals, del mismísimo Bob Dylan. Tras su show saltarín subieron La Próxima Escapada, Los Guayres, Canturía y Fermín Romero, éste último otro fijo del Bioagaete desde sus primeras ediciones.

Pero no solo de música, playa y cerveza se alimentan los asistentes al Bioagaete. Los niños, por ejemplo, tuvieron ayer un taller de pulpitos, donde Paco Arana, un artista del papel y la tijera, les enseñó a fabricar cefalópodos con cartulinas de varios colores. Los chiquillos pasaron un rato a la sombra y salieron la mar de contentos con su pultito en la mano. Arana, que también colabora en la decoración de los recintos del festival, repite por segunda vez esta experiencia y espera que "los niños aprendan a observar a los animales como seres vivos de los que aprender algo, no solamente como un alimento que debe ser capturado".

Alternativas

Ayer también se ofrecieron talleres de fabricación de malabares, máscaras africanas, madera reutilizada o manualidades marinas. En el escenario A (alternativas económicas y sociales) y las calles de Las Nieves hubo charlas de la federación ecologista Ben Magec, Proyecto Árbol, Life+Pinzón, la plataforma contra el muelle de Agaete, Red Promar, la asociación Bejeque contra la especie vegetal invasora rabo de gato, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), la Asociación Mi Hijo y Yo, la Fundación Flora Acoge, Red Anagos y Banca Ética Fiare.

Antonio Hernández, creador del Bioagaete, expresó a primera hora la tarde "la satisfacción" de los organizadores por la respuesta del público, quizá no tan numeroso como en ediciones anteriores al suprimirse los conciertos nocturnos, pero sí más implicado en el verdadero objetivo del festival, que es el cuidado del medio ambiente, la tolerancia y la solidaridad con los más necesitados.

Antonio Hernández recordó que los beneficios obtenidos este año, especialmente de la venta bebidas (en un vaso de plástico duro que es obligatorio porque no se permiten vidrios ni latas en la calle) se destinarán a cinco organizaciones, la Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción, la Fundación Canaria Flora Acoge, la Asociación Mi Hijo y Yo, los centros educativos de Agaete y la Asociación Scout Doramas.

El festival Bioagaete nació en el 2011 como una reunión de amigos preocupados por el deterioro del litoral del municipio. Aquel año, con un solo escenario, acudieron 2.000 personas. El año pasado congregó a cerca de 50.000 personas durante los cuatro días y en esta edición se vuelven a repetir esas cifras.

Otra muestra del crecimiento se observa en la pruebas deportivas. El Biotrail, la carrera que discurrió por los senderos del municipio durante la noche del viernes y la madrugada de ayer sábado, reunió a 104 atletas en la carrera larga de 20 kilómetros y a 303 participantes en la competición corta de 8 kilómetros. Esta última ganada por Aníbal López Alonso y Elsa Padrón Vega en la categoría senior; y por Fran Nuez González y Leticia Delgado Montesdeoca en veteranos.

El Bioagaete concluye hoy domingo con los conciertos centrales de Arístides Moreno, Fran Baraja y el cierre habitual de los Hermanos Thioune, aunque se anuncian sorpresas en la cadena humana.