Trabajadores del vertedero de Juan Grande han denunciado ante el Cabildo de Gran Canaria que en el ecoparque del Sur se incumplen las funciones de reciclaje y alertan de que en esa planta "se está cometiendo un atentado ecológico de grandes dimensiones, sobre todo por el lugar donde se encuentra situado", en la puerta de entrada a las principales zonas turísticas de la Isla.

"Si el Cabildo no lo remedia, el problema puede ser catastrófico y de grandes e irreparables daños ecológicos (fauna, flora, medioambiente) y económicos (turismo)", sostiene el escrito entregado por los empleados del complejo de Juan Grande a los distintos grupos políticos de la corporación insular.

En respuesta, la Consejería de Medio Ambiente niega la mayoría de las acusaciones vertidas en ese documento, aunque sí admite que existe un problema con la eliminación de las bolsas de plástico que llegan al vertedero, pues los fuertes vientos en Juan Grande las esparcen por todo el recinto e incluso a kilómetros de distancia.

Los responsables del ecoparque del Sur también reconocen que elementos peligrosos como las bengalas de los barcos se depositan directamente en el vaso de vertido porque la planta de separación no dispone aún de un sistema adecuado para afrontar un posible incendio provocado por esos materiales. En caso de que se inicie un fuego, explica la jefa del Servicio de Residuos, Elisa Monzón, es más fácil apagarlo al aire libre que en un recinto cerrado donde hay muchas personas trabajando.

El escrito de los trabajadores de la UTE formada por las compañías Cespa y Ayagaures, presentado por miembros del comité de empresa a los portavoces de los grupos políticos del Cabildo, considera en primer lugar que el reciclaje "es una farsa" y pone varios ejemplos de esos hipotéticos incumplimientos por parte de las empresas concesionarias, que a su juicio "se están llenando los bolsillos de manera descomunal" a base de "saltarse la mayoría de las condiciones del pliego de adjudicación".

"Y a la vez que se llenan los bolsillos se colmatan los vasos de vertido de los dos ecoparques [Salto del Negro y Juan Grande], que era para llenarlos entre 17 y 19 años y ya les queda poco espacio", apunta el escrito.

Según los trabajadores, "no se está reciclando ni un 8% del material que entra por la báscula del Ecoparque del Sur (plástico, cartón, poda, aluminio, vidrio, hierro) y del poco plástico que se recicla, gran parte lo acopian en distintas calles y explanadas". Del resto de los plásticos, asegura la denuncia, "se encarga el viento de repartirlo por las laderas y barrancos que rodean el complejo, llegando a la autopista del Sur y a varios kilómetros de distancia según la dirección del viento".

Los llamados "voluminosos", añade es escrito, "no se trituran debidamente, por lo que más del 50% de material que entra en el complejo va a parar al vaso de vertido sin haber sido tratado". A modo de ejemplo, precisan que los colchones sin triturar son los mejores aliados del fuego en los vertederos por las cámaras de aire que crean.

"La empresa anterior los trituraba, pero actualmente, muchos días, se han visto los camiones de la subcontrata dejando toneladas y toneladas de voluminosos enteros, sin haber sido pasados por la trituradora. ¿Y qué decir de la cantidad de hierros, aluminio o cartón, que entran con los voluminosos y esta subcontrata no recicla ni separa? ¿Por qué?", se preguntan los denunciantes. Al respecto, aseguran que la contrata aprovecha la primera hora, las últimas, los sábados y la ausencia de jefes para efectuar dichas descargas.

En otro punto de la queja al Cabildo afirman que la UTE "arrasó" con una decena de palmeras que se encontraban plantadas dentro del recinto, las cuales no entorpecían el funcionamiento ni la construcción en el complejo. "Lo peor es que fueron taladas y mezcladas con la poda acopiada y en horas en que no había personal. ¿Por qué será?", recalcan.

A juicio de estos trabajadores, en el tratamiento de las podas se está produciendo "una estafa", pues pasan hasta en tres ocasiones por la báscula y se cobra por ello.

La anterior empresa concesionaria, según la denuncia, "reciclaba la poda en su totalidad, al 100%, y la trituraba de tal forma que se quedaba muy parecida al compost, la cual se aprovechaba totalmente porque era una materia de primera calidad, que no ocupaba espacio en el vertedero y que aprovechaban los agricultores y ganaderos".

Respecto al reciclaje del vidrio, sostienen que "es una pantomima que no tiene nombre, pues sacan cinco o seis toneladas al día, pero al vertedero desvían decenas de toneladas". Igualmente sucede con los escombros, "con una machacadora móvil que ponen en marcha para que acumule horas, pero que lleva unos dos años sin que pase ni un kilo de escombro".

"También llevan años vertiendo en el vaso camiones procedentes de Hoya Aguedita, que transportan materiales y residuos peligrosos (prohibidos), pero que, al entrar triturados y mezclados, pasan desapercibidos. ¿No habría que hacer un seguimiento a esta empresa también? Esto, acumulado a lo que pasa en los dos ecoparques, alcanza unas dimensiones catastróficas", concluye la denuncia.

Conflicto laboral

La Consejería de Medio Ambiente, que también conoce el escrito, rechaza la mayoría de las acusaciones y las achaca a un intento de los sindicatos de presionar a la UTE adjudicatoria en las negociaciones para resolver el conflicto laboral que mantienen desde hace meses. A juicio de un portavoz de ese departamento del Cabildo, que dirige Miguel Ángel Rodríguez, en la denuncia se ofrecen datos "erróneos, tergiversados o directamente malintencionados para intentar crear un escándalo que no existe".

En el aspecto puramente técnico, la jefa del Servicio de Residuos, Elisa Monzón, explica que la vida útil de los vertederos se va recalculando en función de lo que se recicla y descartó que se vayan a colmara de forma inmediata. Según las últimas previsiones, el vaso de vertido del Salto del Negro admitirá basura hasta el año 2028 y el de Juan Grande hasta el año 2032.

El nivel de reciclaje en Gran Canaria, resalta Monzón, "ha aumentado de forma espectacular en los últimos cinco años, no solo por la concienciación de la gente, que ahora separa más sus residuos, sino porque los complejos medioambientales reciclan más". Ese índice está actualmente en el 32,70%, casi como la media nacional, que está al 33%.

Respecto al 8% de reciclaje en Juan Grande que denuncian los trabajadores, señala que esa es la cantidad para la que está diseñada esa planta, pues en ella no entran residuos de la fracción verde (vidrios), ni de la amarilla (latas y plásticos) ni de la azul (papel y cartón). De la fracción, la basura de los contenedores que solo debería contener residuos orgánicos, se recicla ese 8% que no ha sido separado por la población.

"El dato es cierto, pero está malintencionado porque ese porcentaje es muy alto para proceder de la separación de la bolsa de basura", agrega Monzón, quien respecto a los plásticos que vuelan fuera del recinto reconoce que "es una realidad que nunca se ha negado".

Tras afirmar que "el mayor problema" del ecoparque de Juan Grande son las bolsas de plástico, comenta que todas las semanas se hacen batidas, con personal especializado, para retirarlas de dentro del complejo y de las inmediaciones, con los correspondientes informes al Gobierno de Canarias. "Es un problema de difícil solución y por eso apoyamos la prohibición de las bolsas de plásticos, pues no solo contaminan los océanos, sino también en tierra adentro", dice.

En referencia a la tala de palmera, cree que se usan datos erróneos. "Al conocer esa denuncia, fuimos a preguntar a la empresa y nos comunicó que, de acuerdo al proyecto, ocupó una zona en la que había palmeras, pero se realizó un trasplante siguiendo los protocolos de Medio Ambiente del Cabildo; alguna no sobrevivió al traslado, pero eso es lo habitual", puntualizó de jefa de Residuos.