Pese al intenso calor reinante durante toda la jornada y hasta alcanzar el ocaso, cientos de romeros se dieron cita en la tarde noche de ayer en Valsequillo de Gran Canaria para rendir tributo a San Miguel Arcángel, patrón de este municipio de las medianías de la isla. Pasadas las ocho de la tarde y tras la celebración de la eucaristía, los feligreses portaron hasta la entrada de la Plaza de San Miguel la imagen del santo, única talla de arte sacro que sustituye el habitual dragón vencido a los pies del Arcángel por un malévolo perro encadenado, obra del prestigioso imaginero grancanario José Luján Pérez y datada entre 1803 y 1807.

Acto seguido, fueron desfilando por la calle principal del casco la docena de carretas en representación de todos los barrios del municipio, enyuntadas a portentosos bueyes y acompañadas por agrupaciones folclóricas, rondallas y cuerpos de baile que, entonando folías, isas parranderas, malagueñas o polcas, amenizaron la ofrenda al patrón. Una muestra de tradición y solidaridad, con la que se recolectó una importante cantidad de frutas, verduras y alimentos no perecederos destinados a las familias con menos recursos. Y que fue recibiendo y agradeciendo en la entrada a la plaza el párroco valsequillero, Jorge Hernández, quien destacó la generosidad y devoción mostrada un año más por los vecinos del pueblo. "Valsequillo es muy solidario y cuando apelamos a la solidaridad para atender situaciones de necesidad, la gente responde inmediatamente", aseguró Hernández.

Asimismo, el religioso se mostró especialmente emocionado y afirmó que "la romería es un símbolo y una expresión de solidaridad de los valsequilleros" pero defendió que "se trata de un signo más de lo que el pueblo tiene detrás, pues no solo les llamamos a la solidaridad un día como hoy, sino que se les reclama muchas veces al año y siempre hay una respuesta". Aprovechando la onomástica del Arcángel, Hernández encomendó a los fieles a seguir las pasos de San Miguel en la lucha contra el mal y en las situaciones cotidianas que nos rodean. "San Miguel lo que hace es luchar contra ese mal, pero lo importante es descubrir cuáles son los males de la sociedad", explicó el párroco, para enumerar que "tienen que ver con las luchas de los pensionistas, el paro, las reivindicaciones de género, los pecados cometidos por la iglesia como la pederastia, las situaciones de pobreza, la violencia o las adicciones". En su opinión, "todos esos son los signos del mal en nuestra sociedad y nos hace falta un San Miguel" para combatirlos, sentenció Hernández, quien concluyó invitando a los valsequilleros "a intentar ver el mal y hacer que desaparezca".

Como es habitual, las carretas participantes en la romería volvieron a recrear diferentes oficios históricos, episodios costumbristas y personajes populares del municipio, en el afán de la organización por mantener el valor etnográfico de uno de los eventos más multitudinarios de las fiestas, junto con la Suelta del Perro Maldito del próximo sábado. Desde afiladores, zapaterías artesanales o las lavanderas en el barranco hasta homenajes a la agricultura, la ganadería, la apicultura y, como no, al gofio como sustento de tantas generaciones de canarios, entre otras temáticas. Todas las creaciones fabricadas por los propios vecinos durante meses de arduo trabajo y recurriendo a la imaginación, pues como afirmó Samuel, uno de los artífices de la carreta del barrio de Las Vegas, "buscar ideas innovadoras y diferentes cada año es complicado". Lleva doce años en esta misión, fiel a la romería de Valsequillo, y en esta ocasión su carreta recreó el taller de un herrero de finales del siglo XIX, con afilador incluido "que funciona a la perfección", explicó orgulloso. Además, fue elaborada con material reciclado y reutilizable, durante un mes de trabajo y con un presupuesto que apenas superó los 200 euros en total. "Utilizamos madera de pales y restauramos la rueda de un carromato antiguo, adaptándonos al material que íbamos encontrando o a lo que nos iban prestando los vecinos", añadió. Un esfuerzo que se vio recompensado con la admiración del público durante el recorrido hasta la iglesia.

Las carrozas participaban en un peculiar certamen cuyo premio es ser la carreta que represente a Valsequillo en la próxima edición de la romería del Pino en Teror. Además, el reconocimiento a la carreta ganadora incluye un cochino del que darán buena cuenta los vecinos en un asadero popular que organizarán próximamente. Este aliciente hace que desde meses antes de las fiestas se genere una sana competición e incluso divertidas situaciones de espionaje entre los valsequilleros, para intentar "golisnear la creatividad de unos y otros", explicó Verónica, representante de la carreta de Lomitos de Correa.

"Nosotros escenificamos cómo se lavaba la ropa antiguamente en el barranco y con jabón lagarto", matizó Verónica señalando a las dos mujeres que volteaban y golpeaban contra piedras naturales varias prendas de color blanco, mientras el agua seguía por un circuito hasta la acequia fabricada en la carreta. Cerca de esta, la comitiva en representación del barrio de La Palma, con el título Valsequillo de Gran Canaria con Justicia y Honor, como bien se especificaba en un cartel junto al escudo de Valsequillo y grandes higos: 'con justicia y honor partimos el higo para completar el kilo'. Leyenda que Mario se encargó de contextualizar asegurando que esta costumbre de los agricultores del municipio de cuadrar de manera tan estricta las cantidades de alimento que iban a cobrar "la hacemos no por tacaños, sino por ser justos". En este diseño participaron seis personas durante unos veinte días de trabajo, quienes ya saben lo que es ganar el concurso de carretas dos años consecutivos, con un campanario y un homenaje al rancho de ánimas, en 2015 y 2016 respectivamente. En la de Tenteniguada participaron doce personas durante quince días, explicó Carmelo, "y representamos una zapatería artesanal que existió en nuestro barrio para rememorar las tradiciones de antaño". Esta carreta asiste a la romería de San Miguel por ser la premiada en Tenteniguada, único pueblo que en su romería también celebra una selección previa para elegir la alegoría que asistirá a las fiestas patronales.

La fiesta contó con la música de las agrupaciones folclóricas Brisas de San Juan, con Las Vegas; la parranda Risco Verde, con el barrio del Helechal; parranda El Cilantro, con Las Casas; agrupación San Patricio, con el barrio de La Palma; Buchito de café, acompañó al barrio de La Cantera; la parranda El vino, a La Barrera; Los dos roques, con Los Llanetes; Guacimara del mar, con Mirabala; las agrupaciones Echimencey y Labrante, con el casco; Lomitos de Correa con la agrupación del mismo nombre; Las Mahoneras acompañó a Tenteniguada; y Era de Mota al barrio del mismo nombre con puntos cubanos.