El próximo lunes día 22 de octubre es la fecha que se ha marcado la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria para iniciar la operación de traslado de la arena de la orilla de La Bajeta hasta Playa del Inglés, que es donde comienza el ciclo dunar, a fin de recuperar la erosión de este ecosistema del Sur de Gran Canaria. Esta operación ambiental, que pretende aportar hasta 60.000 metros cúbicos a las dunas, arranca así con tres semanas de retraso sobre la última fecha comprometida con la empresa pública Gesplan, fijada para el 1 de octubre, que alegó que no disponían de las estacas necesarias, que encargaron a un fabricante de la Península, para acordonar todo el perímetro en el que se va actuar.

El consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Rodríguez, señaló ayer que ya se ha coordinado todo el dispositivo, que incluye hasta informar a los hamaqueros de Playa del Inglés y Maspalomas para que sepan que van a pasar camiones por donde dejan amontonadas las hamacas y sombrillas. No obstante, si bien dijo que están a la espera de que la Inspección de Trabajo le dé el visto bueno al Plan de Seguridad y Salud para comenzar, dio por hecho que este trámite estará listo en lo que resta de semana.

Destacó que con el fin de no molestar a los turistas y usuarios de la playa el horario de trabajo de los operarios de las excavadoras y camiones de la empresa Excavaciones Trujillo a la que Gesplan ha subcontratado estas tareas será de 9 de la noche a las 5 de la madrugada del día siguiente.

Respecto a si la operación de traslado de arena se va a alargar más allá de noviembre, Rodríguez apuntó que todo va a depender de la cantidad de árido que se vaya extrayendo cada día. En principio este pionero proyecto de restauración ambiental, primero en el mundo sobre dunas áridas, se había marcado dos periodos para la extracción de arena de La Bajeta de 28 días cada uno que se llevarían a cabo entre octubre y noviembre, el primero, y entre mayo y junio de 2019, el segundo.

Los diversos estudios que han realizado técnicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de Valencia han destacado que cada año se pierden 45.000 metros cúbicos por la punta de Maspalomas, un reservorio natural con una capacidad de almacenamiento limitada, y por ello el objetivo del proyecto que lidera el Cabildo de Gran Canaria es retranquearla hasta el perfil que tenía la playa en 1995 y también aprovechar para repoblar las dunas con balancones, especie que también ha menguado. Esta actuación está dotada con 1,1 millones de euros, y pretende evitar en la medida de lo posible que desaparezca paulatinamente uno de los símbolos e Gran Canaria.