Lidia Esther Henríquez, madre de la joven asesinada el pasado año en Lomo Magullo, ha sido denunciada por difundir mensajes privados de la actual pareja de Ayoze R.G, el agresor, en una conocida red social. "Me mandó un mensaje diciendo que mi hija merecía estar muerta", sostiene Henríquez, que defiende que "la única forma que tengo de demostrar el acoso que he estado recibiendo por parte de los familiares y amigos de Ayoze R.G es haciendo pública las conversaciones en donde se da constancia de sus amenazas", se defiende y añade que tanto ella como diferentes miembros de su familia llevan más de un año siendo intimidados por los parientes y allegados del agresor. "Me da igual que me haya denunciado; me ha faltado el respeto a mí y ha atentado contra la memoria de mi hija", asegura con enfado.

Protesta pública

Para protestar contra esta situación y reclamar un mayor amparo institucional para los familiares de víctimas mortales de violencia, Henríquez ha aprovechado la fecha de la vista judicial -que se celebra el 14 de noviembre- para organizar una manifestación a las puertas del juzgado de Arucas.

"No habíamos denunciado esta situación de inseguridad porque los insultos y los escupitajos no se consideran amenazas graves y nunca se había llegado a la agresión física; sin embargo, ahora esto ha cambiado", recalca Henríquez, pues asegura que la abuela de Yurena sufrió hace unas semanas -el 16 de octubre- un ataque por parte de un pariente cercano de Ayoze R. G. "Viven en el mismo edificio; el primo le pidió a mi madre que se asomase por la ventana del patio interior y cuando ella lo hizo le tiró un caldero de aceite hirviendo por encima", relata Henríquez. Por este suceso "hemos denunciado y el proceso se celebrará también el próximo miércoles, en el juzgado de Telde, a las 10.30 horas", aclara la madre de Yurena.

A raíz de estos sucesos, Henríquez hace un llamamiento público a todos los ciudadanos que hayan perdido a alguien debido a circunstancias violentas (como asesinatos o desapariciones) para unirse a la protesta contra la injusticia y "la falta de apoyo que poseen las familias por parte de las instituciones públicas", asegura.

"Yo organizo esto por lo que nos está pasando a mí y a mi familia, pero soy consciente de que es un problema que sufre muchísima gente por toda España; no estamos protegidos ni hay justicia", recalca Henríquez. Esta movilización tendrá lugar de 11.00 a 14.00 horas a las puertas del juzgado de Arucas, situado en la calle Alcalde Juan Doreste Casanova. "También me gustaría que asistiese a la manifestación Beatriz Barrera -adjunta de Igualdad entre Hombres y Mujeres en el Diputado del Común-, que nos ha apoyado muchísimo durante todo este tiempo", solicita la madre de la joven asesinada.

A su vez, otros colectivos la acompañarán al juzgado, así como su propia asociación Estrellas Fugaces, que trata de prestar asesoramiento a todas aquellas personas que hayan pasado por la muerte violenta de un ser querido.

Por otro lado, Henríquez sostiene que la pareja del agresor de su hija "me denunció porque considera que he faltado a su privacidad, pero la única forma que tengo de defenderme es haciendo público todo el acoso que recibo por parte de ella y de los familiares de Ayoze R. G." recalca. Henríquez se encontrará con ella y con el propio asesino confeso, que acudirá en calidad de interviniente, a las 12.00 horas, mientras continúa la protesta pública en el exterior del juzgado. "Quiero encontrarme con él, verle cara a cara y pedirle explicaciones por lo que hizo", declara con contundencia Henríquez. Yurena López fue estrangulada hasta morir el 31 de marzo del 2017, después fue depositada en el maletero de un coche por Ayoze R. G. Este le confesó a su madre lo que había ocurrido y horas más tarde se entregó a la Comisaría de Policía Nacional de Telde. Fue sentenciado a prisión incondicional y sin fianza hasta que se llevase a cabo el juicio. "Dentro de unos meses se cumplirán dos años desde su ingreso y no sabemos lo que va a pasar, está en preventiva y tenemos miedo de que no se lleve a cabo la justicia", declara temerosa.

Según relata la madre de la asesinada, un año más tarde del suceso -en concreto, el pasado 16 de junio-, mientras celebraba el que sería el 25 cumpleaños de su hija Yurena, recibió una serie de mensajes de la denunciante "amenazándome con hacernos daño y faltando a la memoria de mi hija; nos dijo que merecía estar muerta", garantiza Henríquez. "Nos habían aconsejado que no denunciemos porque perderíamos el tiempo, así que la única forma que vi para conseguir demostrar lo que está ocurriendo es enseñando directamente las conversaciones que he mantenido con la pareja del asesino de mi hija", relata: "Me dijeron que lo borrase todo o que me denunciarían, pero no lo hice porque quiero llegar al fondo de este asunto".

Agresión física

Asimismo, tampoco olvida la agresión que sufrió su propia madre, la abuela de Yurena. "Mi madre asistirá al juzgado de Telde en calidad de lesionada, para que un médico forense reconozca las quemaduras que le causó uno de los primos del asesino de mi hija al arrojarle aceite hirviendo", explica con rabia. "Estoy cansada de todo lo que está pasando, pero quiero llegar hasta el fondo de este asunto y no pararé de luchar por conseguir justicia; no sólo por mí, sino por todas aquellas familias que están pasando por algo similar", recalca.

Por otro lado, Henríquez pretende denunciar otro suceso en relación con la agresión a su madre. "Mi madre fue atendida por una doctora de urgencias que le faltó al respeto, ya que le recriminó que se hubiera asomado al patio y además le insistió en que no debía denunciar porque el chico no estaba bien; además de tener muy poco tacto y faltar al código deontológico, tuvo la poco decencia de confesar que ella también había atendido a mi hija y declaró delante de todas las personas que se encontraban en la sala que había quitado la cinta americana del cuerpo de mi hija", explica la madre, que señala con enfado que "eso es un detalle de la investigación que no podía ser revelado, y lo reveló sin miramientos delante de todos mientras atendía a mi madre". Por estos motivos, Henríquez reclama respeto para la memoria de su hija.