Con la llamada en grito "¡hacia el Obelisco y más allá!" miles de personas, que según fuentes de la Policía Nacional sitúan en torno a las 10.000 y la plataforma organizadora en 15.000, marcharon hacia Presidencia del Gobierno desde el parque San Telmo para "salvar Agaete", y mostrar un rechazo que va en aumento contra la ampliación del Puerto de las Nieves que proyecta el Gobierno de Canarias.

En la comitiva no faltó de nada.

La Batucada Caribe ponía fondo de tambores de guerra. Otra banda de viento en formato Rama, comandada por el propio alcalde de la localidad, el también músico Juan Ramón Martín, ofrecía la base bailable, e incluso un grupo armado de pitos, tambores y chácara aportaba el punto regional vía El Hierro, de una protesta que, según Salvar Agaete, no solo atañe a la villa norteña, sino a "un concepto de desarrollo que afecta a todo el Archipiélago canario".

Por ir fue hasta un grupo indígena ataviado tal cual antes de la llegada a las islas del primer europeo, al que acompañó en todo momento el hombre del poema La maleta, de Pedro Lezcano.

Fue a partir de las doce del mediodía cuando en torno al Kiosko de la Música comenzaron a congregarse los participantes a dar volumen a golpe de bucios, y luz y color a cargo de las enormes banderolas, los zancudos de alturas imposibles o los chinchorros de cartón. Y pancartas.

Muchas pancartas. Las había desde organizaciones ecologistas como La Vinca y Greenpeace, hasta de organizaciones como Foro por la Isleta o de la Asamblea Popular de Canarias. Pero las más, las hechas en cada casa por iniciativa propia.

Exhiben lemas como 'Queremos Agaete al natural', 'Macromuelle no', 'No queremos un negocio en nuestro mar', o 'Agaete no se toca', presididas todas ellas por la que abre la protesta de acera a acera: "No perdamos el norte".

Samuel Díaz, uno de los portavoces de la plataforma organizadora expresaba su satisfacción por un apoyo que superaba a la ya concurrida anterior protesta celebrada el pasado mes de junio también en la capital, y apelaba que la asistencia es consecuencia "de lo que pasa cuando los políticos deciden sin contar con sus ciudadanos, que están dejando claro hoy el rechazo que produce no solo en Agaete sino en toda Gran Canaria a una obra que se ha saltado los procedimientos de información y de justificación para ejecutarla".

Díaz subrayaba "la desproporción de colocar una infraestructura de esta envergadura en un municipio tan pequeño, una decisión sangrante si se recuerda que el uso compartido del actual muelle por dos navieras es viable, como se demostró en la convocatoria del concurso para repartir las franjas horarias que finalmente paró la compañía Fred. Olsen en 2014".

El portavoz arremetía contra Coalición Canaria, "que ha gobernado de espaldas a esta isla durante tres décadas" y sobre la política de dotación portuaria, "como lo demuestran los fiascos de Arinaga, Granadilla o Tazacorte".

Por su parte, Juan Ramón Martín recordaba que su rechazo, como alcalde de la villa y agaetense, nace desde que se prohibió realizar la consulta popular el pasado mes de marzo para pulsar el apoyo o rechazo en su localidad, y que desde entonces ha mostrado una "opinión clara", contra la proyectada ampliación portuaria.

La protesta hizo también un alto en la sede del Cabildo de Gran Canaria, donde se dio vida a dos títeres de cartón a escala 1:1 del consejero de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, y del presidente del Ejecutivo, Fernando Clavijo.

Desde ahí se abordó la calle Tomás Morales, con más de 500 metros repletos de unos manifestantes que tardaron 25 minutos desde la cabecera hasta el final en sortear el Obelisco, última etapa de una meta que situaron en la cancela de Presidencia del Gobierno.

Allí Eugenio Reyes, de Ben Magec-Ecologistas en Acción, cargaba contra la viabilidad de un proyecto que podría no solo hacer "desaparecer la playa de Guayedra", sino que cuenta "con estudios que hablan de un impacto directo a la Reserva de la Biosfera".

Hay que recordar que el proyecto aprobado por el Gobierno de Canarias tiene un presupuesto de 45 millones de euros y establece una segunda línea de 500 metros para permitir el atraque simultáneo de dos ferris y un crucero, dedicando el dique actual para el amarre de pesqueros y embarcaciones deportivas, con más de 230 atraques para ambas categorías. También contempla la dotación de nuevos servicios en la superficie ganada al mar. Las obras han sido adjudicadas a la UTE compuesta por Sato y Hermanos Tito, firmas que también figuraban en algunas de las pancartas exhibidas ayer.

La protesta finalizó con la lectura de un manifiesto en el que se exigía que "si quieren hablar de interés general hablemos de igualdad social, de empleo digno, de educación, de sanidad de calidad, de protección y desarrollo rural", leído por la portavoz Cathaysa Jiménez, para cerrar el acto con Arístides Moreno, que cantó, entre otros, el tema compuesto exprofeso contra el "macromuelle".