Un vecino de La Aldea de San Nicolás denuncia a su expareja por incumplir el régimen de visitas a sus hijas, de 3 y 5 años, a quienes sospecha que se ha podido llevar a la República Checa, país natal de la madre. Antonio Segura perdió el rastro de las menores desde finales de mayo, pocos días antes del vencimiento de la orden de alejamiento y prohibición de comunicación por cualquier medio que debió de acatar durante 16 meses, según consta en la demanda de ejecución de sentencia presentada por él ante el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Santa María de Guía.

Si bien el juez atribuyó la guardia y custodia de las menores a la madre, dictaminó que la titularidad y ejercicio de la patria potestad fuera compartida por ambos. Por lo que el padre tenía establecido un régimen de visitas a las hijas los fines de semana alternos, miércoles desde las 17 hasta las 20 horas, un mes en verano, una semana en Navidad y la mitad de las vacaciones de Semana Santa. Una persona de confianza, distinta al progenitor, se encargaba de recoger y llevar de regreso a las niñas al domicilio materno. "Durante un mes y medio, cada vez que se incumplía la entrega de las niñas, puse una denuncia ante la Guardia Civil por incumplimiento del régimen de visitas", afirma Antonio Segura, quien explica que "al principio me decían que podía deberse a que ella estuviera disfrutando con las niñas de su periodo de vacaciones de verano, pero ya han pasado casi seis meses desde que se marchó".

Según refleja la demanda presentada por el afectado, tras los reiterados incumplimientos del régimen de visitas, intentaron ponerse en contacto con la progenitora por todos los medios a su alcance hasta que, a través de conocidos y de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás, "conseguimos averiguar que había salido del territorio español en compañía de mis dos hijas menores, abandonando su domicilio habitual". A continuación, el padre visitó casi diariamente el colegio de la hija mayor, de manera que pudo constatar que no estaba acudiendo al centro, donde no quisieron facilitarle información sobre las causas del absentismo de la niña a las clases.

Segura no ha tenido ningún contacto con sus hijas en los últimos seis meses, ni siquiera a través de una llamada telefónica. Y la única información que ha podido recabar sobre el paradero de las menores ha sido a través de un perfil de Facebook que, asegura, creó su expareja con un seudónimo y otro perfil del tío materno de las niñas, publicando ambos fotografías de las menores en su compañía. Por este motivo, Antonio Segura declara que "la incertidumbre de no saber nada sobre mis hijas y sobre su estado de salud, me ha ocasionado una depresión", situación, lamenta, que además "complica mi vida laboral y mi economía".

El pasado mes de septiembre, el padre inició un expediente gubernativo en el que solicitaba ante el Ministerio de Justicia la intermediación en el procedimiento a efectos de cumplir "de manera inmediata con la devolución de las menores de edad a su lugar de residencia". A tal efecto, según recoge una de las demandas interpuestas por Antonio Segura, "resulta trascendental que las autoridades judiciales españolas declaren, por medio de sentencia, la ilicitud del traslado o retención internacional de las niñas, así como su entrega inmediata", ya que dicho pronunciamiento tiene fuerza ejecutiva inminente entre los Estados Contratantes.

"Son unas niñas maravillosas y solo pido, por favor, poder verlas y saber de ellas", afirma Antonio Segura. Quien, además, manifiesta que "no me gustaría pasar estas Navidades sin tener noticias de mis hijas, sería muy duro". Sin embargo, según explican fuentes de la investigación, al no tener asignada el padre la patria potestad de las menores, no puede iniciarse una orden de búsqueda internacional y solo puede exigir el cumplimiento del régimen de visitas establecido. Por esta razón, en una de sus denuncias, Antonio Segura solicita que se acuerden como medidas urgentes que las menores queden bajo su guarda y custodia y que se suspenda temporalmente la patria potestad a la madre, así como que se replantee el régimen de visitas "teniendo en cuenta que la intención de la madre sea, probablemente, permanecer en su país de origen".

Por otra parte, el padre explica que ya no es solo el perjuicio que su marcha le ha causado a él, "también las niñas están sufriendo porque las ha sacado de su entorno, solo hablan español y, además, no están acostumbradas a un clima tan frío como el de allá".