La Finca de Osorio, en Teror, y la Finca de El Rincón, en Mesa Mota, Tenerife, disponen de una reserva genética de olmos de todo el país. Los ejemplares se encuentran libres de la epidemis de la grafiosis, lo que permite que Canarias sea una de las zonas de la UE aptas para el desarrollo del cultivo del olmo con el objetivo de mejorar la conservación, evaluación y uso de los recursos genéticos de los mismos y regenerar así los bosques de esta especie en Europa.

El mantenimiento de esta reserva es posible gracias a la colaboración entre la consejería de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno de Canarias, la Fundación Bancaria 'la Caixa' y Fundación CajaCanarias, entidades que han unido fuerzas para luchar contra la enfermedad que amenaza a la población de olmos.

Después de un exhaustivo estudio realizado en 2005, en el que se evaluaba la inexistencia de la grafiosis en Canarias, así como la distribución real de las diferentes especies de olmos plantados antiguamente en las Islas, se concluyó que entre los lugares más adecuados para proceder a su cultivo se encontraban los municipios de La Laguna (Tenerife) y en Teror (Gran Canaria), donde ya existían poblaciones de olmos con más de 100 años de antigüedad. Entre los objetivos específicos de este estudio estaba el determinar los requerimientos ambientales necesarios para garantizar el cultivo de las tres especies de olmos endémicos de la Península Ibérica ( Ulmus laevis, Ulmus minor y Ulmus glabra).

La colaboración canaria en el establecimiento de bancos vegetales de conservación ha convertido a las Islas en un arca de Noé para la especie, ya que el Archipiélago es la única región del país libre de grafiosis, una enfermedad causada por un hongo que puede acabar en meses con olmos centenarios. El fin último de estos convenios es crear una reserva ante el peligro existente de pérdida de los recursos genéticos de esta especie en el territorio peninsular.

Los olmos en territorio peninsular llevan décadas sufriendo el ataque de esta enfermedad foránea que se ha convertido en una plaga que ha diezmado sus poblaciones, aniquilando su presencia en los ecosistemas de ribera y acabando con ejemplares emblemáticos y singulares.

El Programa Español del Olmo se inició en 1986. Desde que la grafiosis se convirtió en una epidemia, se han desarrollado programas para lograr su detención y erradicación y conseguir restaurar las menguadas poblaciones de olmos.