Miguel Ángel Álvarez está en la cárcel desde el pasado martes, 20 de noviembre, por cometer un delito urbanístico en 2011 al ampliar su casa alrededor de 40 metros cuadrados en suelo calificado como rústico. Este vecino del barrio de Salobre en San Bartolomé de Tirajana no sabe que este miércoles su casa será derribada en su totalidad.

Mientras Miguel Ángel, ajeno a esta situación cumple en prisión la primera semana de los dos años y tres meses de condena que se le ha impuesto, desde primera hora de esta mañana más de cien personas, entre familiares y vecinos, se concentran a las puertas de su domicilio.

En unos terrenos de su propiedad, situados en el número 3 de la calle Islas Malvinas del barrio de Salobre en San Bartolomé de Tirajana, Miguel Ángel amplió hace site años su salón-cocina en 40 metros cuadrados. Una denuncia del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) puso su finca en el punto de mira.

Tras las diligencias, una sentencia firme de 2014 obligó a Miguel Ángel a derribar la ampliación y a pagar una multa de 5.400 euros. El propietario cumplió con la sanción económica, pero se declaró insolvente para afrontar los 25.000 euros que suponía derribar el anexo construido. Sin embargo, sí ofreció la posibilidad de dar vía libre al Seprona para ejecutar el derribo en su lugar, según explican los familiares durante la concentración. Este organismo no realizó ninguna acción en ese momento.

Finalmente, otra sentencia de 2018 condenó a Miguel Ángel a la demolición total de la vivienda. Esta nueva sanción por el quebranto de la primera pena vino acompañada de una condena de dos años en prisión, a pesar de no tener antecedentes penales.

Según los mismos portavoces, otro juez archivó el procedimiento al considerar que Miguel Ángel no era el responsable de la demolición de la vivienda y no habiendo, por tanto, quebranto de la pena. "Pero la jueza ha insistido en que hay quebranto de la pena y lo ha enviado a prisión", apuntaron familiares que prefieren mantener el anonimato.

Miguel Ángel Álvarez entró en la cárcel hace una semana para cumplir una condena de dos años, a pesar de no tener antecedentes penales.

Una semana después su casa está en peligro de desaparecer. Por este motivo, a las puertas de su vivienda se concentran ahora mismo más de cien personas para mostrar su apoyo a su familiares y amigos, y sobre todo a su madre, una anciana que se encuentra destrozada por la situación en la que se encuentra su hijo.

Desde primera hora del día, varios operarios comenzaron a desmontar las puertas y ventanas de la casa, mientras una excavadora intenta acceder a la vivienda frente a la firmeza de los vecinos para no dejarla pasar. En el lugar también se encuentran tres patrullas de la Policía Canaria.

"Este terreno se contempla como urbanístico en el futuro plan general", explican sus familiares, "pero como no se aprueba, Miguel Ángel ha ido a prisión. Llevamos 22 años siendo presos de la administración".