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San Bartolomé de Tirajana

Lubina canaria, desde Castillo del Romeral a Estados Unidos y Dubái

Una veintena de personas participa en las Jornadas de Acuicultura organizadas por el Grupo de Acción Costera de Gran Canaria

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Jornada Conociendo la acuicultura de Gran Canaria

Es el producto del mar canario que más lejos viaja. Parte de la lubina producida en las piscifactorias de la Isla se consume en países como Estados Unidos o Dubái, según explicó ayer Enrique Haro, director de operaciones de la empresa Aquanaria S. L., especializada en la producción de este pescado, durante las primeras Jornadas de Acuicultura de Gran Canaria, organizadas por el Grupo de Acción Costera de Gran Canaria. La empresa tiene las 22 jaulas con las que cuenta para desarrollar esta actividad repartidas en las aguas de Castillo del Romeral y Melenara. La acuicultura, aseguran, será el futuro del sector pesquero mundial.

La jornada, diseñada para dar a conocer cómo funciona el sector de la acuicultura en Gran Canaria, arrancó con una visita a la planta de empaquetado de Aquanaria en el Polígono Industrial de Las Majoreras, en la que participaron unas 25 personas, entre marineros, investigadores, empresarios y representantes públicos con un interés común: salvaguardar la costa de la Isla y optimizar sus recursos de la mejor forma posible.

El futuro

El recorrido continuó por las instalaciones de la Cofradía de Pescadores de Castillo del Romeral y finalizó con una degustación de lubina producida a través de la acuicultura en uno de los restaurantes ubicados en este pueblo marinero.

Tal y como explicó Haro, la planta de empaquetado de la compañía, que nació en 1973 en Santander como un criadero de moluscos y llegó a Gran Canaria en 1990, en principio con tanques en tierra, tiene una capacidad de producción de 2.500 toneladas de pescado al año, entre lubinas y doradas, de las que el 80% superan el kilo de peso. De esta cantidad, el 60% se exporta fuera de España a distintos países del mundo, un 36% a la Península, y tan solo un 4% se queda para su comercialización en las Islas. Ello, añadió, se explica por la baja demanda de pescado en el Archipiélago, que según cifras oficiales no supera los 18 kilos por persona al año, frente a los 40 de media en todo el territorio nacional.

Durante el encuentro de profesionales, Haro explicó las ventajas de la acuicultura, como la producción de pescado en masa para satisfacer la oferta, algo a lo que no llega la pesca artesanal, y las estrictas condiciones sanitarias a las que está sometido este modelo.

Canarias, explicó, es referente en acuicultura. "El tiempo de engorde varía en función de la temperatura del agua; a mayor temperatura, más rápido crece el pez", señaló, "y ahí es donde Canarias se diferencia de la Península, al gozar de un régimen térmico de 18 a 23 grados, lo que permite alimentar a los peces durante todo el año". "En cambio", continuó, "en el Mediterráneo, con temperaturas que no superan los 15 grados, los peces no comen y no crecen".

Dada la evolución de la pesca extractiva, la acuicultura se posiciona como el futuro del sector, ya que será la única forma de suplir la demanda de pescado, según pudieron constatar ayer los expertos en el sector que participaron en el encuentro profesional.

Robert Bernal, consultor especializado en turismo gastronómico, y participante de la jornada, conocía la acuicultura "de oídas". "Ahora he conocido la amplia producción que existe de determinadas especies, hecho que facilita al sector de la restauración disponer de una carta más estable", apuntó, "no tenía una visión negativa, pero la impresión que me llevo es aún mejor; sería ideal hacer una cata para comparar una lubina salvaje y una de piscifactoría".

Por su parte, el chef Nelson Pérez sí ha trabajado con pescado de acuicultura. "Hoy en día tiene un sabor mucho más elegante que hace unos años, porque los piensos han cambiado y ahora son vegetales", explicó, "es un pescado de mayor calidad y no tiene exceso de grasas; y, como la merluza, se presta a muchas preparaciones". "El pescado procedente de piscifactorías está cada día más apreciado por los consumidores", detalló.

La jornada cumplió su objetivo. "Hay mucho desconocimiento sobre el pescado de acuicultura, y el encuentro ha servido para que quienes no sabían de él, sepan ahora cómo se produce y cómo se procesa", añadió Montse Gimeno, gerente del Grupo de Acción Costera de Gran Canaria, "existen muchos prejuicios y se tiende a pensar que no es un pescado fresco, sino congelado, y que su engorde en negativo; pero el pescado de acuicultura tiene unos controles sanitarios enormes y eso ofrece muchas garantías de su calidad".

Para Alejandro Báez, director insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Gran Canaria "es un ejemplo de lo bien que se pueden llevar las cofradías de pescadores y las empresas de acuicultura", pues las primeras prestan servicios a las segundas, como la venta de hielo.

Por delante, el sector se enfrenta al reto de su industrialización y profesionalización para ganar en competitividad, concluyó por su parte Enrique Haro. "Al final, hacemos peces, y hay empresas con una profesionalización superior".

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