El emblemático Faro de Maspalomas, ubicado en el entorno de Meloneras, en San Bartolomé de Tirajana, reabrirá sus puertas el próximo 1 de febrero, tras más de 20 años a la deriva y de varios proyectos fallidos. El edificio, que ha sido sometido a una intensa rehabilitación para su recuperación desde noviembre del año pasado, volverá a estar operativo a partir de principios del próximo año, después de que el Cabildo concluya las obras de remodelación, que se encuentran en su fase final, según explicó ayer el presidente insular, Antonio Morales, durante una visita a las instalaciones.

Los trabajos de recuperación del espacio, en los que la Corporación ha invertido 1,4 millones de euros, han intervenido en la reparación del pavimento, la carpintería, las dependencias que antaño funcionaron como vivienda para el farero y su familia, y en las estancias, donde aún se conserva la antigua maquinaria del faro. Ahora, el inmueble contará con un punto de información turística, una sala de exposiciones, una tienda de artesanía y un museo etnográfico donde se expondrán numerosas piezas que explicarán a residentes y turistas el devenir de la historia grancanaria, y que conserva la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac).

Las instalaciones del Faro de Maspalomas, diseñado por Juan León y Castillo y operativo desde 1890, albergarán un conjunto museístico, que se habilitará más adelante, donde se expondrá a los visitantes un repaso de la historia de la Isla durante los últimos cinco siglos. Así, el pasado aborigen y la era hispánica de Gran Canaria se darán la mano en este nuevo espacio.

"Hemos recuperado los textos de todos esos viajeros que han venido a través de los siglos a Gran Canaria y toda la visión que se ha dado de cómo se vivía aquí", explicó ayer Francisco Miguélez, técnico de la Fedac, "para incorporarlos al museo, y junto a ello aprovecharemos las más de 6.000 piezas de material de artesanía para recrear pequeños espacios domésticos que tenemos documentados de finales del siglo XVIII, XIX y XX".

El experto explicó que el conjunto museístico no renunciará a exponer las conexiones entre la cultura aborigen y el mundo hispánico "no en técnicas, pero sí en materiales como fibra vegetal, piel o alfarería". "Aprovechamos el tránsito de un mundo a otro para explicar cómo fue la llegada a Gran Canarias de los colonizadores y contar qué elementos importaron, como la herrería y la carpintería, y cómo se fundió con la población autóctona", añadió el especialista. El centro etnográfico ofrecerá reproducciones de la industria lítica de los aborígenes, así como la recreación de un enterramiento y una momia aborigen.

Después de todo el recorrido del futuro museo, el visitante podrá disfrutar del fondo de imágenes de la Fedac, donde obtendrá una completa visión histórica del entorno del Faro de Maspalomas, la charca, las playas y los cultivos de tomateros. "Es un guiño al turismo, al que nunca abandonamos", agregó Miguélez. Mientras se desarrolla el museo, el inmueble albergará, desde su inauguración, tres exposiciones: una sobre la artesanía relacionada a la vivienda tradicional de Gran Canaria, las casas cuevas; otra con imágenes de artesanos y sus productos y otra de objetos de artesanos actuales.

Termitas

El Faro de Maspalomas volverá a abrir al público después de más de 20 años de proyectos fallidos e inconclusos. El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ganó, a mediados de los 90, un concurso convocado por el entonces presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Hernández, por el que pagaría un canon anual de 25 millones de pesetas para usar el Faro, en el que invirtió además otros 100 millones para su conversión en museo. Ante su inviabilidad, el Consistorio lo devolvió a la Autoridad. En 2009, Cabildo y Ayuntamiento firman un convenio para la creación del museo y en 2011, el presidente de la Autoridad, Javier Sánchez Simón, lo cede al Cabildo para su recuperación. En 2014 Bravo de Laguna adjudica la obra, pero la aparición de termitas en el edificio paralizó los trabajos ya que la concesionaria no asumió la eliminación del insecto, lo que provocó que la obra estuviese paralizada durante dos años y medio, mientras se adjudicaba nuevamente. Fue a finales de 2017 cuando el Cabildo reinició de nuevo la obra de recuperación del Faro, que concluirá en breve y permitirá abrirlo al público en febrero.

"El Faro de Maspalomas está llamado a ser un lugar que, además de dar una visión de los elementos tradicionales de nuestro pueblo, pueda convertirse en un espacio que congregue a visitantes y escolares, y en un espacio para la realización de actividades diversas", explicó Antonio Morales. En este sentido, pretende ser un polo de atracción de turistas a otros centros culturales repartidos por toda la geografía de Gran Canaria.

En principio, la visita será gratuita, aunque no se descarta la aplicación de una tasa turística. El Cabildo reabre las estancias del Faro, pero no la torreta, a la que los visitantes no podrán acceder ya que este espacio es propiedad de la Autoridad Portuaria de Las Palmas.