"Estoy bien, dentro de lo que se puede esperar a mi edad. Estoy muy agradecida a Dios", aseguró entre risas y contenta Agustina García Santana, quien tuvo ayer una jornada muy especial, ya que no se cumplen 104 años todos los días. Su vivienda, sita en el barrio de El Sequero, fue el escenario de dos fiestas de cumpleaños de Agustina García, una por la mañana y otra por la tarde, por las dificultades de ir de unos y otros por compromisos laborales y familiares, aunque todos buscaban la manera felicitar a la centenaria.

Una mantita con manga, ramos de flores y cajas de bombones fueron algunos de los regalos, además de numerosos besos, abrazos y felicitaciones, que recibió ayer Agustina García, quien se mostraba siempre agradecida por la atención recibida. A la fiesta que tuvo lugar por la mañana acudieron, entre otros, el alcalde de Ingenio, Juan Díaz, y la primera teniente alcalde Ana Hernández, quienes aprovecharon para entregar unos presentes a la vecina centenaria, así como para escuchar las anécdotas que ella, alegre, les comentó. Por la tarde, la celebración fue más familiar y más numerosa.

Agustina García está bien de salud por lo general, sólo tiene algunas dificultades para escuchar, aunque siempre está sonriente y con ganas de hablar. Sólo toma media pastilla por unos picores. No tiene más medicación. No ha perdido la memoria, ni tampoco la habilidad con sus piernas para salir con rapidez de la cama o para caminar. Hace años que no acude al médico de cabecera. Cuando no tiene visitas está haciendo ganchillo, actividad que le encanta. Siempre está atendida y acompañada por alguien de la familia.

Su centenaria historia es muy curiosa, como también un ejemplo de cómo vivieron muchos isleños, especialmente del Sureste, durante el siglo pasado, muy ligados al campo, al tomate y a trabajar mucho, tanto hombres, como mujeres. Nació en Cuba el 8 de diciembre de 1914, siendo sus padres Juan García González y Candelaria Santana González, dos naturales de Ingenio que buscaron mejor vida en la Isla caribeña. Siendo Agustina pequeña, unos siete años, el padre y ella fueron de vuelta a Gran Canaria. La anfitriona de ayer sábado tuvo seis hermanos, de las que viven dos hermanas, Candelaria y Josefa García Santana, con 95 y 92 años respectivamente.

Su padre, Juan García, siempre trabajó ligado al campo, tanto en Cuba, como en Gran Canaria, donde durante muchos años fue el encargado de la finca de Los Benítez, en Ingenio. Por eso, Agustina estuvo muy relacionada con la zafra, el empaquetado y todo lo vinculado con el tomate. Ella comenzó a trabajar desde pequeña y durante gran parte de su vida "lo hice en almacenes durante la zafra en Maspalomas, Puerto Rico, Tenoya, Gáldar, Ingenio, Las Puntillas, Las Majoreras, Ojos de Garza, La Aldea y en Juan Grande", recordó.

Se casó con Francisco González Gutiérrez, quien falleció a los 69 años, exactamente en 1983.

Tuvieron 15 hijos, de los cuales sobrevivieron siete ya que la mayoría murieron de bebé e incluso uno el día que cumplía un año. También tuvo, como lo llamó ella, "un hijo de teta, que la vecina Josefa y yo alimentamos cuando nació en 1951". Los siete hijos de Francisco y Agustina, con edades entre 69 y 50 años, son: Juana; María; Paqui; Agustina, llamada Tina; Francisco; Josefa, conocida como Fefa; y Agustín González García, falleciendo el último de ellos a los 63 años. Agustín, que fue tractorista, perdió la vida de forma repentina, delante de ella en el domicilio familiar. Ambos tenían una relación muy estrecha.

"Todos los hijos que tuve, quince, los que fallecieron siendo pequeños y los que salieron a delante, eran muy lindos, blanquitos y rubios", destacó orgullosa Agustina García, quien recordó que fue el doctor Juan Espino quien "me dio penicilina y eso ayudó a que mis hijos no siguieran muriendo".

Respecto a los siete vástagos, comenzaron a trabajar a las edades de nueve y diez años en los semilleros de la finca donde el padre era el encargado y después a partir de los 13 y 14 años en el almacén.

Los siete hijos se casaron y Agustina tiene en la actualidad 23 nietos y 21 bisnietos. "Mi madre duerme bien y no se queja de nada", afirmó Paqui González, quien agregó que "le gusta comer bien". Esa podría ser una de las razones de la larga vida de la madre.

"No me gusta nada comer embutidos, ni laterío, ni carne que no se fina y clarita", explicó la mujer centenaria, quien agregó: "me gustan mucho los potajes, como las papas y fideos, como el pescado, las piñas, y los plátanos. Las cebollas me encantan, y las echo al pan o al gofio amasado". Su hija Paqui González señaló que su madre come "todos los domingos sopa con pan de leña de Amaro. Su plato o comida favorita es el bocadillo de plátano frito y huevo frito".

A la hora preguntarle de cómo se siente por su larga vida, Agustina García fue clara: "Feliz. Siempre he tenido cosas buenas y fui feliz en las bodas y bautizos. Feliz que nuestro hijos son buenos y salieron adelante. Lo malo fue la muerte de varios hijos, especialmente Agustín". Respecto a su deseo al soplar las velas, dijo: "Que Dios de salud a mis hijos y a mí". "No tengo miedo a la muerte. Cuando él quiera, aquí estoy, aunque es verdad que no quiero morir y dejar los hijos atrás", manifestó con seguridad.