El extrabajador de Pirotecnia San Miguel denunciado como presunto autor de la muerte de un perro branco de Weimar, propiedad de su jefe, con un sacho el pasado 3 de diciembre se enfrenta a una pena de prisión entre los seis y los 18 meses, además de la "inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales".

La reforma del Código Penal tipifica el delito de maltrato animal en su artículo 337, donde se establece como circunstancias agravantes que "se hubieran utilizado armas, instrumentos, objetos, medios, métodos o formas concretamente peligrosas para la vida del animal; hubiera mediado ensañamiento, se hubiera causado al animal la pérdida o la inutilidad de un sentido, órgano o miembro principal y que los hechos se hubieran ejecutado en presencia de un menor de edad".

Por su parte, en la legislación autonómica, la ley de protección de los animales, aprobada el 30 de abril de 1991, sanciona como falta muy grave la muerte violenta de un animal y fija una multa de entre 250.001 a 2.500.000 pesetas, que convertidas a euros suponen una multa de entre 1.502 y15.025 euros, impuesta por el Gobierno.

Mensajes de pésame

R. J. M., dueño del perro víctima del violento ataque a cargo presuntamente de su extrajabador, ha recibido cientos de mensajes de pésame por la muerte del animal desde Canarias y de la Península.

Según fuentes del entorno del empresario, "mucha gente, incluso empresas de la competencia, saben el gran cariño que le tenía al animal, que para él era como un hijo y que haya muerto de esa manera le ha causado un gran dolor".

El propietario de Iman, nombre del branco de Weimar, y su familia siguen consternados por los hechos. Los otros tres perros que están en la finca de Luis Verde donde se encuentra la sede de la empresa de pirotecnia, entre ellos Desmond, el cachorro hijo del can muerto, siguen en la perrera ubicada para tenerlos durante el día, ya que luego por la noche los sueltan.

Iman era el único que estaba libre de ir adonde quisiera e incluso dormía en la casa, como un miembro más de la familia. Fuentes consultadas prevén un juicio rápido.